librooooo

NOTA A LA LECTORA: ESTO ES UN LIBRO VIVO

Sí, porque tu Propósito no es una frase bonita que pones en un Diploma y miras de vez en cuando, es un ser vivo que se va expandiendo junto contigo.

Es un entrenamiento para mujeres que han olvidado su poder y que están hartas de estar hartas. Me refiero a mujeres sabias, mujeres intuitivas, mujeres poderosas, mujeres que aman la libertad por sobre todo en la vida, mujeres líderes que sienten un llamado desde lo más profundo de su Ser a volver a creer en sí mismas, a servir a otros, a conectar con el amor que son y dejar “lo que no importa” guardado en el baúl de los recuerdos, recuperando todo su poder y atreviéndose a ir por sus sueños y por la vida que siempre soñaron. A nosotras, las eternas buscadoras que nos hemos convertido en encontradoras. También es para hombres que han olvidado su poder, y les servirá tanto como a las mujeres, pero como el 99% de las personas que asisten a mis talleres y formaciones son mujeres, lo he escrito dirigido hacia ellas.

También es un libro INTERACTIVO, ¡sí! porque incluye material complementario especialmente diseñado para este propósito, el cual podrás descargar desde www.andreaburon.cl/libro a medida que avances en cada capítulo. Además te invito a unirte al grupo en Facebook donde puedes dejar tus comentarios y hacer preguntas. Finalmente, podrás escuchar interesantes programas con invitados de lujo que nos hablarán semana a semana en el Podcast “Propocity, la ciudad del Propósito”. En la última página encontrarás el detalle y los links de acceso.

“El lugar que estás buscando, es el lugar desde el cual estás buscando” Mooji

Se dice que la palabra Propósito ha sido muy manoseada, y algunas personas le temen. A lo que temen es a una condena enmarcada en una frase que diga “Tu propósito es ser tal profesión” y nada más. Si el propósito fuera eso, a mí también me daría miedo. Por suerte, no lo es. En primer lugar porque el Propósito no te condena sino que te da libertad y no te puede conducir sino hacia lo que amas y sueñas en la vida; y dos, porque el Propósito no es sólo el aspecto laboral de tu vida.

Cuando hablamos de estar hartas, nos referimos a estar cansadas, agotadas e incluso decepcionadas o desesperanzadas respecto de la posibilidad de tener una vida realmente feliz y satisfactoria. Lo primero que quiero aclarar aquí, es que esa vida sí es posible y se acerca cada día más a medida que nos alineamos con nuestro Propósito y transformamos nuestros miedos -e incluso nuestras rabias- en poder personal y en decisiones.

Cuando hablo de servir y alinearse con el Propósito, me refiero al propósito en todos sus niveles. Esto incluye los propósitos individuales (laboral, físico, mental, emocional y del alma de cada persona) así como también los propósitos colectivos, como los familiares o grupos de almas que veremos más adelante. Como ves, el propósito laboral es sólo un aspecto del Propósito de Vida. Hablaremos de esto más adelante cuando te cuente que el Propósito es como el menú de un restaurante.

Para que este alineamiento suceda deben suceder dos cosas esenciales: lo primero, es que descubras quién eres y cuál es tu Propósito, tu sello personal, tu esencia o verdadera identidad; y lo segundo es que hagas algo con eso, que vayas a la acción, que generes hábitos y te comprometas contigo. ¿Por qué? Te lo voy a explicar con ejemplo muy claro: Una cosa es leer sobre automóviles, pero otra cosa muy diferente es ir y aprender a manejar uno.

Puedes leer los ejercicios contenidos en este libro y hacerte una idea de cuál es tu propósito, o puedes hacerlos y descubrir mucho más de lo que podrías lograr con sólo reflexionar sobre ello. Y si luego de eso vas a la acción para que tu vida cotidiana refleje tu Propósito y haya coherencia entre lo que eres, lo que dices y lo que haces, podrás observar la verdadera transformación en ti.

Y es que realmente tomar un lápiz y no quedarse sólo con la lectura, para luego llevar ese aprendizaje a la vida cotidiana, equivale a ir a la acción y aprender a manejar el auto. Esto es de vital importancia si consideramos que las personas retenemos sólo el 10% de lo que leemos, el 75% si lo practicamos y el 90% si lo enseñamos. Por tanto, si quieres aprender algo con maestría, la mejor manera de lograrlo es enseñando sobre eso.

El pasar a la acción comprometida es de primera importancia. Hay estudios que afirman que la mayoría de las personas saben o tienen alguna noción de cómo manejar el estrés o la ansiedad pero que simplemente no aplican lo que saben. Aquí corremos el riesgo de que nos suceda lo mismo.

Digamos también, que hay personas que aprenden a manejar para conseguir su permiso de conducir a los 18 años y luego no lo intentan nunca más. Esas personas realmente no saben manejar, aprendieron la técnica, pero no saben manejar realmente. Y generalmente les da miedo intentarlo de nuevo.

¿A dónde quiero ir con esto? Te cuento: he escuchado a personas que después de asistir a algunos cursos sobre desarrollo personal y/o espiritualidad reclaman y manifiestan que “para qué van a ir a otro curso más, si tanto los cursos cortos como los largos tienen resultados momentáneos en el tiempo”. Es decir que van, practican, ven resultados un rato y después sus vidas vuelven a ser “las mismas de siempre”. Y con los libros les pasa lo mismo.

Esta pregunta de “para qué otro curso o libro más” es tan absurda como decir que fui a un curso de maquillaje y aprendí a maquillarme como profesional pero al día siguiente al despertar ya no estaba maquillada. O reclamar porque no obtuve el mismo resultado cuando le dediqué menos tiempo y energía. La única manera de que yo pueda observar un resultado diario sostenible en el tiempo es que cada mañana me aplique el maquillaje. Está claro que si una mañana no amanezco maquillada no puedo llamar a Maybelline para reclamar ¿no?

La responsabilidad de aplicar lo aprendido es personal. Cuando estudias una carrera universitaria vas a clases, pero los profesores no hacen los trabajos ni las pruebas ni la tesis por ti. Tú pagas por las clases y por el título, pero el nivel de profundidad y de aprovechamiento de los contenidos lo decides tú. Hay personas que sólo quieren salvar y hacer lo mínimo para conseguir el cartón (como yo cuando estudié periodismo), en tanto hay otras que lo dejan todo en la cancha de juego y obtienen resultados sobresalientes. Hay personas que estudian para las pruebas con resúmenes del resumen, y otras que leen los libros originales. Hay personas que copian para salvar los ramos y hay personas que pagan porque les hagan los trabajos. Hay otras personas que le hacen los trabajos a los compañeros o que permiten que los demás le copien. No estoy juzgando, sólo estoy diciendo que la responsabilidad de estudiar, de entender, de aplicar y de mantener lo aprendido en el tiempo es de cada estudiante, no de la Universidad.

La magia existe, sí, pero sucede cuando hay una maga que la activa. Puedes ir a un espectáculo de magia pero si no hay un mago, nada va a suceder. Y adivina qué: la maga eres tú. Nadie puede hacer la magia por ti. Nadie puede meditar por ti. En tu mundo interior tú eres responsable por lo que estás manifestando en tu vida. Sólo tú puedes tomar las decisiones correctas. No sacas nada con leer cinco tomos de la filosofía ayurvédica y llenarte de “conocimiento” si cada mañana no limpias tu lengua de toxinas ni realizas los procesos depurativos que ella recomienda.

La sabiduría consiste en saber qué hacer con un conocimiento, cómo utilizarlo de manera que te rinda los frutos que tú deseas. El conocimiento por sí solo no te convierte en una persona sabia. El llevar ese conocimiento a tu vida cotidiana, sí.

Con los cursos, formaciones y enseñanzas espirituales, la práctica y la disciplina son de la mayor relevancia. Puedes leer mil libros sobre ello, pero si no practicas tu vida seguirá estando donde mismo. No estoy diciendo que caigas en el activismo, o en el quehacer sin sentido, de hecho, con la sola práctica de la presencia y la meditación es más que suficiente.

Más vale elegir un solo libro (o pocos) y practicar la teoría ahí expuesta hasta que seas una maestra en ello, que leer cientos y no practicar nada. En ese caso sólo habrá aprendizaje pero no transformación (y además será un aprendizaje selectivo, pues se dice que nuestra mente elige sólo parte de la información que está recibiendo).

Querida lectora, quiero decirte que NADIE va a hacer las tareas por ti. La acción comprometida es lo que va a marcar la diferencia entre aprendizaje y transformación. La acción comprometida es lo que va a determinar tu éxito.

Comenzar un proceso de transformación es tremendamente importante para dejar de estar harta. También es posible que no estés harta y te consideres una persona feliz, pero aún así estés leyendo estas líneas. Si es así, quiero que sepas que este libro también te puede aportar información relevante sobre tu Propósito que te sirva para ser aún más feliz, para que te enfoques aún más y obtengas mayor claridad sobre él, porque somos seres multidimensionales que estamos en reinvención permanente: somos como el agua, que si se estanca empieza a descomponerse. Nuestra naturaleza es el cambio, y por tanto el Propósito no se puede estancar ni reducir a lo laboral ni a una sentencia eterna.

Como este libro se trata de un entrenamiento, contiene ejercicios prácticos y material interactivo al que podrás acceder entrando a los links sugeridos. Este material está en permanente crecimiento, de modo que te recomiendo entrar cada 2 ó 3 meses para revisar los nuevos contenidos. Te recomiendo conseguir un cuaderno o un archivador que puedas dedicar con exclusividad para trabajar con tu Propósito de Vida, y que lo tengas a mano mientras lees, para que puedas hacer algunas notas además de los ejercicios propuestos. Si bien hay un espacio dedicado para ello, es probable que necesites más.

La invitación que te hago a lo largo de estas páginas es un viaje de transformación que requiere tu atención y participación. No es sólo un libro sólo para leer, sino que es un libro vivo (e infinito si lo quieres) que te invita a escribir tu propia historia… es el libro del autoconocimiento y la autora eres tú. Sí tú, porque TÚ eres el más importante y hermoso proyecto en el que trabajarás durante tu vida, y por tanto, es tu deber invertir en TI más tiempo, amor, dedicación y recursos que en cualquier otro proyecto. ¿Lista?

~

Este párrafo lo agrego durante la Cuarentena que estamos viviendo en nuestro mundo producto de la pandemia por Covid 19. No me parece coincidencia que, debido a esta situación mundial, el lanzamiento de un libro sobre el Propósito de Vida se haya atrasado, regalándome una nueva posibilidad: la de agregar dos capítulos completos y un poco más al final del mismo, para dedicarlo al Propósito de esta pandemia, y a la transformación y reinvención inminente que nos lleva como individuos y como Humanidad.

A pesar de la dificultad que reviste toda esta situación, tanto a nivel general por todas las pérdidas humanas como a nivel individual por el tremendo cambio que implica adaptarse a las nuevas circunstancias laborales y sociales, cumplir con cuarentenas, adaptar muchos de los trabajos existentes a un formato de teletrabajo, a la incertidumbre, el estrés y todo lo que puede implicar el transitar estos tiempos (incluida la pérdida de “tiempo libre” en el caso de todas las que somos madres de hijos pequeños y ya no contamos con algunas horas al día para nuestras cosas personales y para nuestro trabajo “de escritorio”) para las personas que hemos elegido ser lo que vinimos a ser, este nuevo desafío en nuestras vidas no puede ser sino otra cosa que un nuevo aliciente, un nuevo empujón para ponerle “más color” y más fuerza a nuestra misión, a nuestro Propósito, a nuestras decisiones y elecciones conscientes. También es en muchos casos un llamado a Reinventarnos ¡una vez más! dentro del camino que es vivir en Propósito.

Yo definitivamente no quiero ser la misma persona que era antes del Covid 19 y si tú también eres de esta Tribu de mujeres y hombres valientes que estamos decididos a “cambiar el mundo” partiendo por nuestro interior y siendo quien vinimos a ser, alineados con nuestro Propósito, este libro es para ti. Si estás en ese punto de quiebre donde no quieres seguir sobreviviendo, debes saber que no importa quien “fuiste” hasta hoy, sino quien quieres ser. Y para ello, tomar acción es una de las claves del éxito en este camino. Porque hemos elegido -nuevamente- hacer limonada con los limones que nos ha dado la vida… o más bien, con los limones que hemos elegido nosotros mismos. Ya veremos por qué.

AGRADECIMIENTOS
En primero lugar, hoy quiero agradecerte especialmente a TI por estar aquí leyendo estas líneas. Recordando juntas quién somos y para qué estamos aquí. Gracias por acompañarme hacia una vida con Propósito y Sentido. Gracias por escuchar el llamado de tu Alma a recordar quién eres para luego compartirlo con el mundo.

Personalmente, la gratitud es algo que me costó muchísimo hasta que encontré mi Propósito de Vida y pude experimentar en carne propia los beneficios de haberlo encontrado. Antes de eso, me parecía estar en una especie de castigo permanente donde los hermosos atardeceres y amaneceres, los colores del arcoíris, las comidas deliciosas y la música más gloriosa, no parecían ser suficiente compensación a la idea de “tener que estar aquí” en una vida que yo negaba haber elegido.

Pero después de muchos años de transformación y sanación, lo logré!!! Y es por ello que en segundo lugar quiero agradecer a la Vida misma: gracias a cada evento doloroso, a cada lágrima, a cada desilusión, a cada crisis y a cada desafío, porque sin duda ese cúmulo de dolor desde mi infancia me llevó a realizar el viaje más profundo, exhaustivo y hermoso que podría haber hecho (y por cierto el más feliz): el viaje al interior de mí misma, es decir, el viaje hacia los confines del Universo.

Gracias a cada persona que ha tenido que ver de una u otra manera con este viaje: mis padres, mi hermano, mis abuelos y mi familia de origen en general. Gracias a mi marido y a mi hija que me han apoyado en todo momento para la materialización de mis sueños y para la escritura de este libro. Gracias también a todas las personas significativas de mi vida, incluyendo a quienes han sido grandes amigas y amigos, parejas, guías, profesores y maestros. Gracias también a las y los inversionistas que han creído en mí cada vez que he aparecido con una nueva idea.

Y gracias especiales a las dos personas que me empujaron básicamente sin piedad a lanzarme a la aventura de empezar por primera vez en la vida -a mis 40 años recién cumplidos- un libro que sí iba a terminar… al fin!!! Sí, porque cuando entré a estudiar periodismo no fue para ser periodista sino para ser escritora, es decir, me tomó 20 años en dar a luz este sueño!!! Y cuánto agradezco también esa “demora”! Porque si hubiera hecho esto hace 10 años -cuando empecé mis primeros bocetos de libros- probablemente habría escrito muchas “leseras” de las cuales hoy me avergonzaría!!! Así que GRACIAS: Gracias Analía Molinari (mejor amiga y financista del proyecto) y Alejandra Veder, mi coach del libro. Sin ustedes, la maravillosa persona que está leyendo estas líneas no tendría la oportunidad de recibir ahora las siguientes palabras que resumen una buena parte de este libro-proyecto y que son la base para una vida con sentido y Propósito. Estas palabras son:

  • Eres Suficiente
  • No hay nada malo contigo
  • El Propósito eres TÚ

Y finalmente, y no por ello menos importante, gracias a mí misma, gracias a mi Alma por haber elegido cada espacio-tiempo que he habitado y que habito. Gracias a mi alma por elegir los padres que elegí, la familia, el país y la ciudad donde iba a nacer, los colegios a los que asistiría y la gente que conocería ahí. Gracias a las personas con las que de alguna manera hicimos un acuerdo álmico para crecer juntas, para enseñarnos mutualmente y llegar a vivir la experiencia que elegimos experimentar para el desarrollo de virtudes únicas, dones y maestrías. Sí, maestrías que todos tenemos, porque muchas de ellas se desarrollan luego de experimentar un evento doloroso (o varios) y su consecutivo proceso de integración o sanación.

Por eso, todos somos maestras y maestros, seamos conscientes de ello o no, en diferentes áreas y en diferentes aspectos, pero no es sino hasta que lo hacemos consciente, que podemos comenzar a vivir en gratitud por esas experiencias dolorosas que nos hicieron -quizás- el mejor regalo de la vida.

Capítulo 1: Descubriendo por qué estás harta de estar harta

Si estás harta de estar harta se puede deber a una o varias de las siguientes alternativas:

  • Vives atrapada en el pasado y en el futuro: no has descubierto el poder del Ahora, el poder de la Presencia, que es consciencia. Cuando practicamos el arte de la atención plena en el presente (sin juicio, sin apego y sin rechazar lo que es) lo único que puede suceder es el desarrollo de la compasión, de la ecuanimidad (no reacción), la auto-observación y el anclarte en tu verdadera identidad, desapegándote del sufrimiento. Descubres la ley de la impermanencia, aprendes a ver las cosas tal como realmente son y aprendes el arte de vivir, el secreto de la verdadera felicidad. El propósito de esta práctica de atención plena (que puedes desarrollar a través de vipassana o del mindfulness, por ejemplo) es ponerle fin al sufrimiento humano.

 

  • Le diste tu poder a alguien o a algo más: a tu trabajo, a tu jefe, a tu status, a la vida, a tu terapeuta, a tu sicóloga, a tu pasado, a tu futuro, al miedo, a la angustia, al estrés o a lo que te pasa sin que lo puedas “controlar”. Es decir, no crees en ti y no confías en la vida. O crees en ti pero crees más en otros. Si no crees en ti es porque no te conoces. Si crees que no tienes habilidades es porque no las has descubierto, no porque no las tengas. La vida siempre te está sosteniendo. El poder está en ti y no afuera. Debes traerlo de regreso a tu interior y desarrollar tu propia maestría basada en tu autenticidad.

 

  • No has encontrado tu Propósito y/o no lo estás cultivando. Y con esto me refiero a que no solo debemos descubrir nuestro Propósito sino además diseñarlo de manera permanente, ser arquitectos de nuestra vida. Debes encontrar tu “para qué”. Si no has descubierto tu Propósito, es probable que no te hayas puesto aún al servicio de tus dones y del mundo, al menos de manera consciente. Debes realizar un viaje deliberado para descubrir quién eres y ponerte en contacto contigo. Puedes comenzar buscando de forma activa cosas, personas, lugares, libros, que te ayuden a recordarte. Estar aquí ya es un gran paso.

 

  • No estás siendo tú misma (porque no te conoces) y te has identificado con alguno de tus personajes, entonces crees que no te amas, pero lo que en realidad no amas es a ese o esos personajes de tu ego. Es imposible no amarse porque nuestra esencia es el amor. Es imposible amar a otros y no amarse a sí misma, debes recordar esto. No estamos deprimidas, estamos distraídas de nuestro ser esencial con los personajes del ego. Y es que para “protegernos” del mundo, muchas veces construimos máscaras o personajes que nos permiten sobrevivir y adaptarnos -por adormecimiento y de manera ilusoria por cierto- a esta realidad. Está bien usar los personajes, todos los tenemos, pero debemos regresar siempre a nuestro Yo neutral en conexión con nuestro Ser superior o esencial.

 

  • No sabes que puedes elegir algo diferente porque crees que la vida es algo que te pasa y no algo que tú creas. Quien has sido hasta hoy es una opción, no una imposición. Debes dejar de contarte las viejas historias (por reales que parezcan) y decidir cuáles serán tus nuevas historias, decidir dónde poner el foco y qué emociones vas a cultivar. Debes saber que los pensamientos se pueden elegir. No son algo que te sucede “por arte de magia”.

 

  • No tienes disciplina y hábitos que te permitan liberarte de los viejos condicionamientos que te limitan y alinear tu biología (estado físico y energético) con tu verdadero ser. El mejor hábito que puedes desarrollar es la meditación y el cuidar tu cuerpo físico, tu energía y tu salud. Cuando lo hagas, te dirigirás de forma natural hacia tu verdadera esencia, hacia quien realmente eres y lograrás claridad. El siguiente hábito a desarrollar es dejar de culparte –y por tanto perdonarte- pues eso obstaculiza que te conectes con tus dones y poder personal.

 

  • No has aprendido a convertir tus miedos en tus aliados, a usarlos como trampolín hacia tu felicidad y realización. No es verdad que la vida está al otro lado del miedo como dicen por ahí, sino más bien cuando aceptas que va a seguir estando ahí, que no eres eso y que a pesar del miedo vas a ir por tus sueños. Debes aprender a reconocer tu miedo, a sentirlo y a observar cuándo te está indicando que estás a punto de alcanzar algo grande.

 

  • Estás viviendo en piloto automático, en modo sobrevivir en vez de vivir. Cuando permites que el piloto automático conduzca tu vida, lo hace. Y al hacerlo te tomas la vida muy en serio, olvidas que es un juego y te pasas tratando de controlar lo incontrolable pretendiendo ser gerente general del universo. Al hacerlo te pones a los hombros más y más peso innecesario, te estresas, te impacientas y tu punto de atracción varía.

 

  • No te has alineado con las leyes fundamentales del Universo. Cada día debes intencionar conectarte con estas leyes, conocerlas y aplicarlas para que puedas distinguir lo real de lo ilusorio y para que comprendas cómo funcionamos. Porque aunque no conozcamos estas leyes, nos rigen igual. Por ejemplo, yo puedo no conocer la ley de la gravedad, y aun así si suelto una piedra que tengo en mi mano, va a caer al suelo, produciendo un efecto. Puedes comenzar estudiando las enseñanzas del hermetismo (descritas en el Kybalión) o las 7 leyes espirituales que explica muy bien Deepak Chopra en sus libros.

 

  • Has olvidado quién eres de verdad y por tanto no confías en ti y en tus habilidades. Si te sientes menos y te comparas es porque te has dejado llevar por la ilusión de lo que no eres, has olvidado que todo es para tu más alto bien y que ya tienes todo lo que necesitas para hacer una contribución significativa al mundo desde lo que eres. Aprende a hablar contigo misma usando tu intuición y aprende a escuchar lo que te quiere decir la vida.

 

  • Crees que las emociones molestas que sientes debes soltarlas (excluirlas) para no sentirlas más. Pero es aprendiendo a sentir honestamente lo que sientes que no te gobernarán más.

 

  • Tu sistema nervioso está sin espacio: No te permites los errores y reaccionas cuando hay alguno. Has olvidado que al final siempre sale como lo correcto. En ese intento, tu sistema nervioso se va sobrecargando cada vez más, te ves sobrepasada por tus emociones y por los eventos de la vida, y te vas quedando sin espacio para recuperar tu equilibrio y armonía en todos sus aspectos (físico, mental, emocional y espiritual).

 

  • Crees que no se puede vivir de hacer lo que amas, monetizar tus pasiones y alcanzar tu libertad financiera.

 

  • No has logrado aquello que deseas, pero no sabes que no lo deseas tanto como crees. ¡Exacto! Porque cuando reamente deseas algo ¡lo das todo! para conseguirlo. Es un tema de prioridades más bien. Debes revisar qué decisiones has estado postergando y reemplazarlas por una acción comprometida (estrategia). Debes revisar tus prioridades y garantizar su cumplimiento.

 

  • Estás enojada y te sientes impotente porque no has conseguido lo que deseas o crees desear, por no cumplir tus expectativas, por “no avanzar” en tu vida o por no poder comunicar lo que sientes. Debes saber que la vida siempre te está dando lo que necesitas, y si no te lo está dando es porque no lo necesitas (aunque creas que sí).

 

  • Tienes miedo a perder lo que ya tienes (generando mayor inseguridad y más miedos) e impidiendo que te conectes con la gratitud. Necesitas reemplazar la queja y la crítica por gratitud. Para ello realizaremos el Detox emocional con el desafío de 21 días.

 

  • Te has concentrado en la cantidad en vez de la calidad, viviendo una vida sin significado, sin norte, desconectada de la agenda del alma, de tu intuición y del GPS que es tu corazón.

 

  • No sabes que la forma en que te estás expresando en el mundo ya está marcando la diferencia, sí, con tu sola presencia o existencia. Debes hacerte las preguntas correctas cada día para ir conectando con tu poder, tu grandeza, tu plenitud y tu felicidad.

 

  • Crees que ser feliz no incluye los momentos de dolor y tristeza. Claro, porque la creencia generalizada es que la felicidad es un estado permanente de “éxtasis” donde no hay problemas, y puede ser confundido con un estado hormonal de “yiuhu!!!”, algo así como la sensación de enamoramiento. Estoy de acuerdo en que ese estado inicial de las relaciones es muy placentero, pero eso NO es felicidad por definición, es enamoramiento. No, tampoco es amor, es enamoramiento. Si eres madre sabrás que se puede ser inmensamente feliz incluso teniendo lágrimas en los ojos por el cansancio. La verdadera felicidad es paz interior, es certeza y conlleva un sentido de satisfacción y un espacio interno infinito.

 

“Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos: ‘¿Qué te ha proporcionado la iluminación?’ Y contestó: ‘Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión.’ Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro” (Autoliberación Interior. Anthony de Mello)

 

La mayoría de las personas aspiramos a vivir una vida feliz, sin embargo el correr de cada día, el estrés, las obligaciones sociales y otras tantas que nos imponen desde afuera, más las que nosotras mismas le agregamos, nos llevan a perder de vista qué es realmente para nosotras ser felices, junto con el olvido de cuáles son nuestros propios valores más allá de los socialmente aceptados.

Ser fieles a lo que nos importa y a nosotras mismas (es decir, a nuestro Propósito) nos permitirá vivir una vida feliz, significativa y plena, desde nuestros propios valores y desde nuestra propia esencia.

Te invito ahora a que anotes cuáles de las alternativas mencionadas previamente crees que tienen que ver con tu sensación de estar Harta de estar Harta. Si lo deseas, anota también otros motivos que sientes que puedan estar contribuyendo con ello.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Ahora te invito a reflexionar y escribir para qué quieres dejar de estar harta, para qué quieres descubrir, cultivar y diseñar tu Propósito. Saber esto es fundamental ya que nos da combustible, nos mueve, nos moviliza desde el tener una visión hasta llevarla a la acción. En este punto no importa el cómo, ni el qué, importa el para qué.

Para algunas personas esa respuesta puede ser tan simple como una sola palabra: ayudar, disfrutar, aprender, recordar, amar, crecer, celebrar, servir, contribuir o tener una vida significativa. Para otras, puede ser una frase algo más compleja como “Para ser yo misma, honrando la vida y los dones que he recibido, dando lo mejor de mí en cada momento y así contribuir y servir al mundo”.

Ahora anota a continuación tu “para qué”:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lo que es claro, es que cuando no estás donde quieres estar, algo debe cambiar. Así que la pregunta es: ¿Qué estás dispuesta a decidir y a hacer hoy para vivir tu Propósito? Anota tu respuesta:

________________________________________________________________________________

Siendo ya consciente de esto, te invito a seguir leyendo todas las claves que te develaré capítulo a capítulo para crear la vida extraordinaria que mereces. No me refiero a una vida extraordinaria de bombos y platillos al estilo Hollywood necesariamente, sino una vida extraordinaria en tu propia definición, y en términos de felicidad y paz. ¿Porque sabes? Lo realmente extraordinario en estos tiempos es lograr vivir una vida de equilibrio, paz y autorrealización. Esto puede suceder 1) Haciendo “grandes cosas” dentro de la intimidad de tu casa, de tu trabajo y de tu vida “de siempre”, y por grandes me refiero a significativas o llenas de valor para ti y/o 2) Haciendo  “grandes cosas” en el mundo de allá afuera. No es necesario que seas “famosa” para hacer grandes cosas, entendamos esto bien. Eso dependerá de tu propio camino, de tu Propósito. No es necesario que juzguemos el camino de los otros. Cada uno tiene su propio sendero hacia la autorrealización y su propia definición de éxito, de extraordinario o de grandes cosas. Como siempre, dependerá desde el prisma o punto de vista desde el cual estés mirando.

Tu Propósito no es una frase bonita que pones en un Diploma y miras de vez en cuando, es un ser vivo que se va expandiendo junto contigo.

Como ya hemos dicho, a largo de este libro vamos a hablar sobre el Propósito a la luz de sus diferentes niveles: los individuales y los grupales. No te asustes. Lo que sucede es que probablemente creías –al igual que muchas personas- que tu Propósito era una frase bonita que indica en qué área laboral deberás trabajar y que podrías colgarla como un diploma en tu pared para quedarte tranquila por el resto de tu vida con eso ahí. Nada más lejos de la realidad. Porque tu Propósito está tan vivo como tú, y su único camino es la expansión, sí, igual que tú. Puede parecer que es mucho, pero a la larga es el camino más fácil y más simple. Es una invitación a AMAR TU VIDA y a ser tú misma.

Y no tenemos sólo UN propósito, tenemos muchos -en diferentes niveles- que exploraremos en los siguientes capítulos. Pero te adelanto que si bien no es tan fácil como asociarlo a un título universitario o a una actividad remunerada, tampoco es tan complejo como puede parecer. A muchas personas las intimida el concepto de propósito, y no hay nada malo con que así sea, pero huir de él es como tener miedo de meterte en tu cuenta bancaria para mirar cuánto dinero tienes. Si no sabes cuánto hay ahí, no puedes tomar decisiones apropiadas. No saber cuáles son tus propósitos y tus dones es como no saber cuánto dinero tienes en el Banco: podrías terminar viviendo en la calle sin saber que tienes millones y millones en tu cuenta.

Del mismo modo, si no sabes que tu propósito tiene varios niveles y que va cambiando por etapas, podrías tomar decisiones que no te contribuyen: te podrías empantanar, podrías hacerle el quite a tu “software upgrade” (actualización) permanente y podrías perderte la oportunidad de vivir alineada con tu Propósito. Hay momentos de la vida en que tu propósito es aprender algo nuevo, o reinventarse, o perdonar, o estar presente con quienes amas. Hay momentos en que el propósito es dejar de esperar que llegue el momento indicado para algo y convertir el momento presente en ese momento indicado. Hay momentos en que el propósito es hacer que las cosas sucedan, y otros momentos en que el propósito es permitir que sucedan, sin resistirse. Hay momentos en que el propósito es encontrar el Propósito. Todos esos momentos son igualmente válidos.

La verdadera Ley del Mínimo Esfuerzo

Por cierto que este camino requiere dedicación de tu parte, pero si pones en la balanza todo lo que estás perdiendo por no vivir alineada con tu Propósito, versus todo lo que ganarías si lo hicieras, los resultados serán evidentes. Esto es una invitación a crear tu vida bajo tus propios términos sin aislarte en una burbuja. Y eso requiere coraje, requiere decisiones, requiere algunos cambios y la incorporación de algunos hábitos saludables. Requiere –insisto- acción comprometida.

Y no es que vayas a tener “más trabajo del que ya tienes”, ¡cuidado con creer eso! Pero es que a veces nos sentimos tan sobrepasadas que queremos una varita mágica que nos resuelva todo! Y sí, puede pasar, pero en muchos casos sucede gracias a que le dedicamos tiempo, recursos, energía y voluntad. Al hacerlo, haremos mucho menos, seremos más eficientes, ¡pero haremos igual! Debemos cuidarnos de dormirnos en los laureles. Porque también nos toca hacer nuestra parte, tal como bien lo ilustra el siguiente cuento de Anthony de Mello:

Ata tu camello

 

“Un discípulo llegó arriba de su camello ante la tienda de su maestro sufí.

Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y le dijo:

 

– Tengo tanta confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera, pues estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman.

– ¡Pues sal fuera y ata tu camello! – le dijo el maestro. Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo”.

 

Te confieso que cuando leí hace muchos años sobre la famosa Ley del mínimo esfuerzo en un libro de Deepak Chopra, entendí lo que quise entender (sí, estaba tan cansada de estar nadando contra la corriente que no quería hacer nada “extra”), pero si hubiera leído bien, habría entendido que no se trataba de hacer algo extra ni de echarme a dormir sobre los laureles, se trataba de elegir entre todas las posibilidades que tenía, aquella o aquellas que implicaran el menor gasto de energía posible, actuando así de forma más eficiente e inteligente.

Pero mi pensamiento new age o naif de ese momento quería creer que la ley del mínimo esfuerzo era sentarse a esperar que el Universo me trajera todo hasta la puerta de mi casa, cual delivery gratuito por compras sobre no sé qué cantidad, jajaja, ¡y estuve esperando un buen rato! Por supuesto que ese momento también tuvo su propósito y sus frutos. De hecho uno de sus propósitos es usarlo como ejemplo para que quede claro lo que NO es la ley del mínimo esfuerzo.

Con el paso de los años descubrí que la ley del mínimo esfuerzo es la ley de alinearte con tu Propósito!!!!!!!! Sí!!!! Porque cuando estamos viviendo alineadas con nuestro Propósito todo fluye mucho más fácilmente! Dejamos de nadar contra la corriente, dejamos de ser osos polares en el trópico, o astronautas en el fondo del mar. Dicen por ahí: pastelero a tus pasteles. Y por cliché o trillada que esté esta frase, ¡cuánta sabiduría contiene!

Cuando empiezas a sintonizar con tu propósito empiezas a fluir, las piezas del puzle encajan solas, todo se empieza a acomodar, te topas con las personas correctas, aparecen los recursos, y sobretodo empiezas a recodarte con mucha intensidad: a recordar quién eres, tu verdadera identidad, tu esencia, tu poder personal. Conectas con la gratitud, te llenas de energía y motivación y se empieza a sintonizar la abundancia. Cuando decides que es el momento de vivir tu propósito, todo se acomoda, y en vez de nadar contra la corriente fluyes con ella, no estás forzando nada.

Supongamos que quieres crear una laguna artificial en un lugar donde no hay mucha agua. Para crearla y además mantenerla tendrás que meterle muchos recursos. Pero una laguna natural no requiere que le hagas nada, sólo que vayas a ella y la disfrutes, que estando en ella nades, chapotees, te sumerjas ¡Ese es el mínimo esfuerzo! Nadie va a nadar por ti, debes hacerlo tú, pero en la laguna adecuada. Con el Propósito sucede algo muy similar, si no es real te costará mucho sostenerlo, porque a lo artificial hay que meterle muchos recursos para mantenerlo, pero al Propósito no, sólo es, simplemente fluye… y te hace muy feliz. Es un motor que te impulsa y te hace conectar con lo mejor de ti.

Y con lo mejor de ti, me refiero a tu máximo potencial, y eso incluye el uso de los personajes de tu ego para recordar tu verdadero Ser. Se trata de incluir e integrar, no de excluir. Muchos aspectos o características de tu ego o personalidad son señales e indicadores que apuntan hacia dónde dirigir tus pasos, sabiendo que no eres eso, sino que “eso” fue puesto ahí a modo de recordatorio para dirigirte de regreso a casa, a quien siempre has sido, a tu Propósito.

Los pilares del Propósito

Todos tenemos un Propósito (que como ya dijimos tiene varios niveles, algunos individuales y algunos grupales) y lo estamos viviendo desde el momento de nacer, seamos conscientes de ello o no. Hemos dicho que el Propósito no es una frase bonita que se cuelga como un diploma en la pared, sino que es un ser vivo que se va transformando.

 

El Propósito es un puzle que se va armando a medida que nos conocemos. Es decir, que vivir tu Propósito no es una meta sino que es un estilo de vida, el cual se sustenta en 7 pilares fundamentales que vamos a revisar a continuación:

 

1) Amor/consciencia: Esta es tu esencia. Cuando sabes que eres eso, contribuyes, vives para servir y vives desde la confianza.

2) Presencia: Presencia es consciencia y es paz. Vivir en presente, en el aquí y el ahora te ayuda a vivir desde esa Paz, a encontrarte con tu intuición y con tu silencio interior, y eventualmente entrar en comunión con el vacío.

3) Sabiduría: Cuando conectas con tu sabiduría interior comienzas a vivir en gratitud.

4) Libertad: Todos tenemos el Universo completo dentro de nosotros. Saberlo y vivirlo nos hace libres.
5) Consciencia de Unidad: Somos seres totales que vivimos fragmentados. Recuperar esa totalidad es nuestra responsabilidad y Propósito superior, es decir, recordar que somos Uno con todo (Oneness).
6) Autoconocimiento: Conocerte te llevará directo a la autorrealización y a recuperar tu poder personal.

7) Ser tú misma: Siendo este último –a mi gusto- el que reúne y unifica todos los demás. No a la ligera, sino en el más amplio y profundo sentido de la palabra. Sí, porque para ser tú misma debes saber quién realmente eres, y cuando lo haces, descubres que ya eres amor y consciencia de unidad, que ya eres libre, que ya eres presencia, etc.

De ti depende vivir una vida llena de sentido y propósito. Tienes mucho que ganar y poco que perder. Es momento de tomar las decisiones correctas y de hacer las preguntas correctas. Es hora de tomar acción comprometida, esto es, comprometerte al 110% con tu felicidad, con tu potencial, contigo misma. Es desarrollar un mindset o mentalidad donde permanentemente das y esperas lo mejor de ti, sí, en cada situación que se presente. Se trata de ir más lejos de lo que cualquier persona esperaría de ti o incluso de lo que tú misma crees posible. Porque no se trata de lo que crees sino de lo que eres y de lo que creas a contar de lo que eres. Y eso mi querida amiga, siempre es mucho más de lo que somos capaces de imaginar.

 

Ejercicio con tu niña interior
Vamos a invitar a tu niña interior a trabajar contigo en tu Propósito. He observado que los resultados de empoderamiento y autoestima son mejores cuando hacemos este movimiento antes que los otros. Sí, porque tus miedos están muy relacionados con ella. La niña interior para los antiguos chamanes de Hawai, los Hunas, representa la mente subconsciente. En ella están alojados los pensamientos negativos, las memorias doloras y las creencias erróneas.

 

Entonces no eres tú quien tiene miedo sino ella. Es bueno saberlo ¿no? Así que la vamos a invitar a participar para que crezca contigo. Vas a tomarla de la mano y te vas a dar cuenta que tú ya no eres ella, que creciste. Y que hoy tú eres la grande y que puedes darle lo que necesita, abrazarla fuerte e invitarla a saltar contigo hacia la vida de tus sueños.

 

Te pido que busques una foto de cuando eras pequeña, si no tienes una impresa puede ser en el celular. Si no tienes ninguna, haz un dibujo a mano alzada. La intención es lo que cuenta. Consigue un cojín o una muñeca grande. Busca en youtube la canción de Snatam Kaur que se llama Ong Namo o alguna de tu elección que sientas apropiada para este ejercicio.

 

Luego cierra los ojos, respira profundo y revisa cómo está tu sensación corporal general. Conecta con tu corazón, con la sonrisa del alma, con tu sabiduría interna. Respira profundo dándote permiso para sentir lo que sea que estás sintiendo. Quédate ahí un par de minutos sintiéndolo, observando sin juicio cómo se siente en tu cuerpo. A esto lo llamamos atención plena en el presente, más conocido como Mindfulness en los tiempos actuales.

Con la foto entre tus manos y escuchando la canción, recuerda que la persona que tiene más poder y capacidad de sanarte en todo el mundo, eres tú. Decide que eres la mejor sanadora que puedes tener, y decide que a contar de hoy dejas de darle ese poder “de sanarte” a otra persona… o al futuro. Decide ahora, mirando a tu niña, sanarla ¡Aquí y ahora! Es posible si tú así lo decides.

 

Toma el cojín o la muñeca grande e imagina que representa a tu niña interior. Cierra los ojos mientras suena la música y abrázala, cuéntale que todo va a estar bien. Muéstrale todo lo bueno que pasó después de esos momentos dolorosos, muéstrale la mujer maravillosa en la que te convertirse. Cuéntale cómo lo hiciste, cuéntale qué valores, decisiones y fortalezas internas te ayudaron en el camino, y sobretodo cuéntale que ella también lo hizo, junto contigo.

 

Ahora que eres grande, despierta el arquetipo de la madre en ti, y abraza a tu niña, ámala con todo el amor que eres y dale todo lo que necesitó. Sólo necesitas dos minutos o el tiempo que tú sientas apropiado, pero no te demores horas ni días. Una vez que has decidido sanar desde tu corazón, la sanación ya está hecha.

 

Al hacer este ejercicio te estás haciendo 100% responsable de tu vida, estás dejando de culpar a tus padres o a las personas que te criaron por lo que te faltó o por lo que dolió, y estás eligiendo hacer algo con eso. Estás liberándolos de toda responsabilidad y dejando atrás la victimización, sabiendo que no te aporta nada más que dolor.

Trae a tu niña interior hasta el momento presente, ánclate tú misma al momento presente, y a ella contigo, aquí́ y ahora.⁣⁣⁣
⁣⁣⁣
Luego cuéntale que lo que sea que esté doliendo ahora también va a pasar, pero que ahora es más fácil porque se tienen mutuamente, en el presente. Cuéntale que eres mágica y poderosa, que eres atrevida, valiente y corajuda. Cuéntale que estás llena de amor y que te amas, porque descubriste que cada vez que amas a los demás, te estás amando a ti. Cuéntale que eres suficiente, y que incluso cuando no lo sientes así, sabes que se trata sólo de una creencia limitante que aparece cuando te has olvidado de quién eres realmente. Dale el mejor consejo que le puedes aportar desde quien eres hoy, en este presente.

 

Sostén a tu niña amorosamente entre tus manos y visualiza o imagina que la subes desde tu bajo vientre hasta tu corazón elevado: el timo, y dale un nuevo lugar, ahí, en el espacio sin tiempo ni dualidad. Dale la bienvenida a su nuevo hogar e invítala a vivir siempre en el presente.

 

Cuando te refieres a ti misma y dices “yo” apuntando con tu dedo, el lugar que indicas es el Timo, que está ubicado bajo las clavículas, y es la residencia de tu verdadero Ser: tu verdadero “Yo” está ahí. No se trata sólo de una glándula asociada a tu sistema inmune sino que es muchísimo más: un centro energético y de poder donde reside buena parte de tu poder personal y esencia, y desde donde te puedes conectar directamente con tu alma y con tu ser superior.

⁣⁣⁣
Ahora que tu niña habita en ese espacio sagrado, te invito a  que conviertas este ejercicio en un hábito, y recuerda que cuando sientas miedo puedes abrazar a tu niña y contenerla. Verás la magia que sucede! Tú no eres tu miedo, no eres eso… así que no te identifiques con eso. Tú eres un alma pura. Tú eres tú, tu ser esencial. Repítelo todo el día, a cada rato, al despertar, y antes de dormir.
⁣⁣⁣
Está bien sentir miedo, pero no quieras gestionarlo ni controlarlo, pues para ser maestra de tus emociones debes aprende a sentir lo que sientes, hasta encontrar la paz que hay detrás de cada emoción, la paz del Yo.

 

Sanar es abrazar el dolor del pasado, encontrarle sentido y resignificarlo desde tu sabiduría y desde el amor que eres. Vuelve a ti, en cada momento, en cada instante, en cada respiración. Eso, es volver a casa. Recuerda cada día que tú no eres esa niña, que ahora tú eres la grande y que todo va a estar bien. Recuérdaselo también a tu niña en cada situación que lo requiera.  Que disfrutes tu momento de reconexión y poder.

 

Ejercicio complementario: Busca en tus recuerdos si hay algo que tu niña interior quiso y no tuvo, puede ser un juguete o algo que sea fácil de conseguir pero significativo para ella. También puede ser algo que sí tuviste pero que te gustaría volver a tener. Regálaselo e intenciona que a través de ese regalo le estás dando no sólo eso sino también todo lo demás que sientas que le puede haber faltado: lo material, lo emocional y lo espiritual. Permite que desde este ahora –a través de ti-reciba lo que sientes que faltó.

Autoconocimiento
Por supuesto que es muy fácil decirle a una persona que sea ella misma, pero previamente es necesario saber de quién y de qué estamos hablando. Pues ser una misma no se refiere a ser espontánea o “loquilla”, significa conocerse de verdad, ser eso que eres en lo profundo. Para ello es que nos hemos embarcado en este viaje.

 

Ya hemos citado a Mooji cuando dice que “El lugar que estás buscando, es el lugar desde el cual estás buscando” y que nos remite -una vez más- al autoconocimiento, a buscar adentro lo que habíamos estado buscando afuera.

 

Somos seres totales que vivimos fragmentados y recuperar esa totalidad es nuestra responsabilidad y Propósito ulterior, es decir, volver a Ser Uno con el todo (Oneness) para vivir en Unidad o verdadera felicidad.

Para navegar en esas profundidades, tenemos algunos escalones en nuestra pirámide de vida, que atender. Una de las formas de hacerlo es a través del trabajo con el Propósito.

Vamos a definir de inmediato algunas palabras, pues entendemos que podemos haberles otorgado diferentes significados desde nuestra propia individualidad y mi deseo es que a lo largo de estas páginas sean entendidas en el contexto y desde el significado que te ofrezco a continuación, y que cobren el sentido que tengan para ti desde esa mirada reflexiva y más amplia.

Definiciones

Ayudar: Normalmente cuando hablamos de ayudar, nos remite a la idea de que hay alguien que sabe más que me puede ayudar. Hasta ahí todo bien. Sin embargo en la práctica, he podido observar muchas personas que andan por la vida creyéndose poca cosa, diciendo que antes de tomar una decisión “lo van a consultar con su terapeuta o con su sicólogo”. Entonces en situaciones así, nos encontramos con personas que han entendido mal los “Órdenes de la ayuda” como bien explica el padre de las Constelaciones Familiares, Bert Hellinger, en su libro del mismo nombre.

Si yo me siento con el poder de “ayudarte” corro el riesgo de caer en la trampa del ego y sentirme mejor que tú. Y tú corres el riesgo de entregarme tu poder para “ayudarte”. Así que aclaramos que, a contar de ahora, cuando hablemos de ayudar en el amplio sentido de la palabra, nos estaremos refiriendo a “acompañar” y facilitar, en igualdad de condiciones. Aquí no hay nadie que sea más ni menos que la otra. Todas somos expertas en algo. Y todas somos Una.

Evolución: Todo bien si nos remitimos al diccionario, ahí  se define como “cambio o transformación gradual de algo”. Sin embargo, muchas veces podemos escuchar un uso peyorativo de la palabra, descalificando al otro como “involucionado”. El uso diario de la palabra evolución nos remite a un tiempo lineal, donde la persona está en un punto A (que no es suficiente) y debe lograr algo para “evolucionar” o “ser mejor” y llegar a un punto B deseado. Muchas veces esta connotación puede desempoderar a una persona, pues implica que aún no es “lo suficientemente evolucionada”. En cambio, si usamos la palabra evolución como sinónimo de expansión, no implica que ahora somos “menos”, al contrario: ya somos suficiente, y al igual que el universo (que también ya es suficiente) podemos expandirnos aún más. Es –entonces- bajo esta mirada, con la que vamos a navegar en las páginas siguientes.

Aprender: Al igual que en los términos mencionados previamente, en sí misma no encontraremos problema alguno aparente. Pero si lo miramos en un segundo nivel de profundidad, cuando hablamos de aprender estamos diciendo –entre líneas- que hay algo que no sabemos. Y no se trata de arrogancia, por supuesto que no. Se trata de una comprensión diferente a la tradicionalmente usada sobre qué es lo que significa ser humano. Existen muchos Maestros espirituales que constantemente nos recuerdan que no hay nada que aprender, sino que más bien lo que toca es recordar lo que ya sabemos, y reconectar con aquella sabiduría que ya habita dentro de nosotros. Sí, porque todo el Universo habita dentro de ti. Por tanto, cuando hablemos de aprender, estamos haciendo una invitación a recordar, que en su etimología significa “volver a pasar por el corazón”.

Sanar: Cuando hablamos de sanar nos referimos al arte de mirar una herida o un dolor desde un nuevo prisma, para comprender su sentido y resignificarlo, integrando su mensaje y abrazando ese dolor, llevándolo hacia el corazón para incluir y amar lo que fue y lo que es. Sanar no es “deshacerse” de una enfermedad o de un síntoma, sino todo lo contrario, es haberlo visto, haberlo abrazado y haberlo integrado con amor y sabiduría.

Definiendo Propósito, Visión, Misión y otros

“Si sabes a dónde quieres llegar, es más probable que llegues ahí pronto. Si no sabes, podrías tardar toda tu vida”

Sin Propósito la vida no tiene sentido. Al menos para mí y para muchísimas personas que he conocido. Cuando hablamos de Propósito nos referimos a algo que es mucho más grande que lo laboral o lo vocacional, porque si bien es fundamental la carrera que va a elegir una persona, aquello en lo que va a trabajar o aquello de lo que va a obtener el dinero para vivir, si no va acompañado de un sentido de propósito, de satisfacción y amor por la vida, ese trabajo puede terminar siendo más una amenaza y fuente de estrés que un puente hacia la autorrealización.

Comenzaremos diciendo que Propósito de Vida no es lo mismo que misión, ni es lo mismo que visión. Tampoco es lo mismo que objetivo y, por cierto, es mucho mayor y trascendental que una meta, pues está vinculado directamente con la Misión de Vida, que sí es transversal a todos los humanos: vivir la vida, ser feliz y aprender a vivir en el momento presente, más bien conocido como “el aquí y el ahora”. Podríamos decir que la misión es el “qué”.

¿Pero cómo llegamos a ello? ¿Cómo ser feliz? Aquí es donde aparece el Propósito de Vida, el cual nos muestra el “cómo”: cómo logramos ser felices y vivir en el presente. Ahí está el desafío. Si fuera tan fácil, muchos ya lo habrían logrado sólo con el qué. Lo que tenemos aquí entonces es una invitación a descifrar el cómo. Y el cómo tiene que ver profundamente con el autoconocimiento y con lo que manifiesta Viktor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido”. En él, Frankl se refiere a las manifestaciones de la espiritualidad, que son la libertad, la conciencia y la responsabilidad. El autor afirma que “el sufrimiento deja de ser sufrimiento cuando encuentra sentido”.

Vivir el Propósito no es una meta a futuro, es un estilo de vida que nos indica cómo ser felices en el aquí y en el ahora desde nuestra propia individualidad y al servicio de la colectividad, de la humanidad. Por cierto que las metas son parte de este viaje, y juntas conforman lo que llamamos objetivos.

Hablaremos de estas definiciones ahora para que esté claro desde un inicio y entendamos lo mismo (dentro de lo posible) a lo largo de las páginas de este libro.

Muchas personas utilizamos las palabras propósito, objetivo y metas como sinónimos. Escuchamos con frecuencia decir “el propósito de esta visita es compartir más horas de calidad con el personal de la empresa…” o “Para reforzar este propósito, se realizó una reunión con los directores de… “, en ambos casos, la palabra propósito ha sido utilizada como un objetivo o una meta a lograr.

Otras personas utilizamos la palabra propósito para hacer referencia a algo, por ejemplo: “a propósito de lo que dijiste el otro día”. También podemos encontrar frases como “hice algo a propósito”, haciendo alusión a que hizo algo con la intencionalidad de hacerlo. Habiendo tantos usos para una misma palabra, ¡cómo no va a prestarse para confusiones! Vamos entonces a aclararnos:

Una meta es un objetivo a corto plazo, que se suma a otras metas para lograr un objetivo, el cual es la sumatoria de varias metas. Podríamos decir que las metas son los pasos y procesos que debemos seguir para llegar al objetivo. En este sentido, si el objetivo es construir un computador, las metas serán instalar cada parte de él: el disco duro, el procesador, la memoria ram, etc.

Habiendo dicho esto, vayamos ahora a la palabra visión y misión, tan ocupadas en los tiempos actuales a nivel corporativo.

Cuando hablamos de visión hacemos referencia a la vista en perspectiva que se logra producto del ejercicio de mirar una situación desde las alturas, como un águila, es decir, con una perspectiva más amplia y elevada que la cotidiana. En la definición empresarial, se aplica de la misma manera. La visión es la gran imagen que se alcanza producto de un sueño o ideal a conseguir.

Podríamos decir -entonces- que la visión engloba todo lo demás, pues se trata del “sueño” de la empresa: una serie de aspiraciones a mediano y largo plazo de lo que se desea en el “futuro”. Por otro lado, tenemos la Misión que, a diferencia de la visión, tiene su enfoque en el presente. Una forma de explicar lo que es la misión, sería encontrar la respuesta al por qué de la empresa, es decir, su razón actual de ser.

La visión, misión y los valores de una empresa constituyen su ADN o identidad corporativa, y es lo que le da coherencia, autenticidad y originalidad. De la misma manera, cuando –como personas- iniciamos un viaje de autoconocimiento o autoindagación, nos vamos encontrando con diversos aspectos de nuestro Ser y de nuestra personalidad, lo que podríamos homologar con la “estructura” de la identidad de la empresa.

El Propósito está codificado en el ADN y responde a un patrón vibratorio único, lo que se traduce en una visión, misión y valores únicos de cada persona, dando como resultado un Universo de Propósito de alta complejidad que merece ser descubierto a cada momento durante toda la vida.

“Tu Propósito está codificado en tu ADN y responde a un patrón vibratorio único”

Mientras más claros tenemos nuestros valores, dones, metas, objetivos, misión, visión y Propósito, vamos adquiriendo más coherencia, más motivación y vamos siendo más conscientes de nuestra verdadera identidad, es decir, de quién somos realmente, instalándose así con más fuerza el Propósito mayor o Sentido superior que nos convoca en esta vida.

Presente y Maslow

Para que comencemos a mirar la importancia de vivir y habitar en el Presente, me gustaría citar al autor español Sergi Torres, cuando dice que “el único objetivo a alcanzar es el presente”, pues sí, es así. Pero incluso sabiendo esto, muchas personas se preguntan el cómo alcanzar ese presente cuando tienen tantos problemas que atender (sí, es una gran paradoja) y lo que yo he descubierto desde mi propia experiencia y trabajando con muchas personas a lo largo de los últimos 20 años, es que el momento presente –en algunos casos- puede ser más fácil de alcanzar si estás en una situación que lo haga más fácil desde sus bases, aunque sea un poco.

Me explico: todos conocemos la pirámide de Maslow, una teoría que trata de explicar qué es lo que motiva el comportamiento humano. Se trata de una pirámide de cinco niveles, ordenados jerárquicamente según las necesidades que tenemos todas las personas. Lo que Maslow plantea, es que a medida que se van satisfaciendo los niveles inferiores de la pirámide (donde se encuentran las necesidades fisiológicas más básicas) se puede ir ascendiendo hacia los siguientes niveles.

Si yo no tengo los primeros niveles de mi pirámide al menos relativamente resueltos, es muy poco probable que pueda dedicarme a los aspectos que corresponden a la parte superior (la autorrealización), pues voy a estar dándole prioridad a mis necesidades básicas de sobrevivencia (techo, alimentación, etc). Ya sabemos que en India esto no funciona tan así, y por tanto podemos encontrar personas que viven en la calle muy dedicadas a su vida espiritual, pero en occidente no suele verse esta situación demasiado a menudo.

Una vez que ya han sido cubiertas las necesidades de los 5 niveles de Maslow, podríamos decir que aparece una “nueva pirámide”, pero esta vez dentro del nivel de satisfacción de cada área: puede ser que tenga trabajo, pero que sea un trabajo que aborrezco. En ese caso me podría costar más llegar al momento presente desde mi estado de “frustración”, porque la mayor parte de mi energía la estaré poniendo en el pasado, en el futuro y en quejarme, en vez de entrar en la aceptación de lo que es o buscar un nuevo trabajo que me dé mayor satisfacción. En cambio, si estoy en un trabajo que me agrada, me llena de motivación y me inspira, casi por defecto voy a acceder a estados de plenitud y gratitud desde el aquí y el ahora.

Es bastante fácil permanecer en presencia plena cuando estamos disfrutando lo que estamos haciendo. La mayoría de las personas lo hacemos casi de manera automática en ciertas actividades que requieren estar presente, como un baile coordinado o jugar un juego de mesa. Hasta ahí, todo bien. El desafío aparece cuando tenemos actividades que no nos exigen presencia plena para realizarlas. Podemos estar conduciendo nuestro automóvil mientras vamos pensando en el problema de una amiga, podemos estar duchándonos mientras planificamos toda la agenda del día, podemos incluso estar conversando con alguien sin ponerle atención real pues estamos pensando qué le vamos a decir después, o incluso pensando en algo nada que ver con lo que nos está planteando. Al hacerlo, nos estamos perdiendo todo el regalo que supone el presente y la escucha activa.

Si mis actividades diarias no están alineadas con quien soy, en todo sentido de la palabra, comenzaré a esforzarme, a perderme en el camino del cansancio y en el piloto automático de una vida sin sentido. Si tengo techo, comida y trabajo, pero me impongo (o me imponen) convertirme en algo que no soy, por ejemplo un basquetbolista de alto nivel como Michael Jordan (el mejor basquetbolista de la historia), es muy poco probable (por no decir nulo) que tenga éxito en ese objetivo, ya que ni mi altura de 1,58cm ni mi biografía, ni mis pasiones ni mi configuración arquetípica, ni mi perfil mental-emocional me acompañan en ello!

Me voy a estar tratando de imponer algo que por naturaleza no viene dado. Por supuesto que existen excepciones, pero son las menos. Si quieres saber si tú podrías ser una de las excepciones, la única pregunta que tendrías que hacerte es: cuánto quieres eso, por y para qué. Si deseas con todo tu corazón ser la mejor basquetbolista del mundo, aunque midas 1.40 mt. podrías lograrlo. Porque un deseo ardiente puede mover montañas, pero si además de ser una persona de baja estatura ni siquiera te interesa ni disfrutas jugar básquetbol, ten la certeza de que ése no es tu camino.

Entonces, un camino es atender y entender el “equipaje” que traemos a esta vida a través de nuestra personalidad, como indicadores o flechas que apuntan hacia nuestro Propósito: si entiendo mi mundo emocional, mis gustos, mis pasiones, mis sueños, mis talentos, mi biografía y mis desafíos, si soy consciente de todos los indicadores que me regala mi fecha de nacimiento y estoy a gusto viviendo una vida alineada con ese equipaje que traigo, con esas características, mi vida cotidiana será mucho más simple y tendré mucha más energía y tiempo disponible para dedicarme al Ser y a alcanzar el momento presente.

Propositómetro
Entendamos que el Propósito es un motor que te mueve, que está siempre buscando manifestarse, es algo que te hace levantarte todos los días, es algo que te apasiona y –sobretodo- algo en lo que crees, es como el amor: cuando amas, no hay duda. De la misma forma, cuando estás viviendo tu Propósito, no hay dudas. Hay certezas, hay energía, hay ganas incluso de quedarse toda la noche despierta haciendo eso que tanto amas. Y es que cuando te sumerges en tu vida con Propósito, el tiempo vuela! Pasaron horas y tú sientes que fueron sólo 5 minutos. Y quieres más!!! Es algo que hasta te puede hacer sentir mariposas en la guata, te hace vibrar y te da sensación de plenitud, de satisfacción profunda: a este conjunto de indicadores lo llamo Propositómetro.

Anota a continuación en qué momentos y actividades de tu vida se te pasa el día “volando”.
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Por lo tanto, sin perder de vista el lugar número 1 que tiene el vivir en el Aquí y el Ahora, en este libro nos estamos dedicando a atender uno de los caminos que pueden facilitar la llegada a ese momento, es decir, atender la Agenda del Alma, como lo llama Neale Donald Walsch, autor de “Conversaciones con Dios”. Diremos entonces que descubrir, trabajar y cultivar el Propósito personal equivale a preparar la tierra y luego sembrar, mientras que el aprender a vivir en el Presente equivale –muchas veces- a la cosecha. Esto no quiere decir que no pueda entrar al presente si no estoy viviendo mi propósito laboral, sólo estoy diciendo que para muchos es más fácil hacerlo en ese orden.

Hay quienes invitan a una entrada rápida y directa hacia el Presente desde cualquier situación laboral o emocional actual (incluso recomendando que sea una situación poco agradable), mientras que hay otros que lo hacemos desde un camino diferente, que es el de haber atendido las flechas que nos dejamos a nosotros mismos para armar el puzle de quién somos siguiendo el GPS interior o “estrella del norte” que es nuestro corazón.

El Menú de la Felicidad

Ya hemos dicho que el Propósito de la vida no es un título que uno cuelga en la pared como un diploma o una frase bonita y que se va a quedar ahí “haciéndome feliz” por el resto de mis días. El Propósito es un ser vivo y si pudiéramos homologarlo a algo, sería a un Menú de restaurante, pero en este caso, a un Menú de la Felicidad. ¡Veamos!

Si yo abro un restaurante es –generalmente- porque hay algo desde adentro que me mueve a hacerlo: siento una especie de “llamado”, el cual probablemente será confirmado por las famosas “señales” de la vida. Además me apasiona cocinar, tengo una especie de superpoder creando nuevas recetas y siento que el mundo necesita un buen lugar donde ir a compartir y a tener una experiencia gastronómica como la que yo les puedo brindar.

Cuando voy a inaugurar mi restaurante, preparo un Menú. Ese menú al principio quizás será más limitado, más acotado, pero luego con el paso de los meses o de los años irá creciendo, se irá diversificando o especializando. El Menú se irá adecuando a la necesidad de los clientes y a las necesidades personales también, e incluso se irá adecuando a los tiempos reinantes. Incluso el restaurante puede mutar en su formato y convertirse en una Fundación o en una ONG.

El Propósito de Vida es igual que ese Menú: va cambiando, se expande, se contrae, entra en momentos de reflexión o de autorreflexión y reestructuración, resignificación y transformación, pero sigue siendo conducido por un mismo eje, por una misma esencia y sigue teniendo el mismo norte, ese norte que indica hacia dónde vamos.

¿Y desde dónde surge ese norte? Desde la profundidad del Ser. Desde la profundidad del deseo que lo mueve y que lo inspira.

Por ello se me hace difícil creer que alguien externo pueda darnos en una frase armada, bonita, un resumen de nuestro Propósito a modo de título universitario: “Tú vienes hacer tal o cual”, porque el Propósito es muchísimos más amplio que eso, y efectivamente tiene una parte dada, que es lo que traemos al momento de nacer (características físicas, emocionales, mentales, espirituales, etc.) y a esa base hay que agregarle lo que nosotras mismas decidamos hacer con eso que nos ha sido dado. Es decir, que podemos elegir libremente sobre esa base qué construir o crear a contar del momento en que lo hacemos consciente. Podemos transformar lo que no nos gusta y también podemos elegir o dejar de elegir algo, como bien nos enseña Un Curso de Milagros.

Personalmente llevo algún tiempo realizando lecturas individuales de Propósito, y la cantidad de información que entrego es mucha. Llegar a resumir todas las piezas del puzle en un frase, requeriría un proceso de integración y de síntesis de todos esos datos (y otros cuantos más que veremos más adelante), el cual siento es un proceso que debe ser personal donde las personas juntan las piezas que han logrado reunir y lo meten a una especie de licuadora cuántica: el resultado de esa mezcla vendría a ser algo así como un smoothie –también cuántico- que sintetiza o resume su esencia, y que refleja su “marca o sello personal”.

Cuando comenzamos a reunir toda la información que podemos sobre nosotras mismas, la cantidad de información que consigamos puede dar para escribir hasta un libro completo. Un libro exclusivo de autoconocimiento ¿Suena bien no? Te invito entonces a escribir el tuyo propio. Y por favor, ¡comienza hoy!

Empezando a juntar las piezas del Puzle

El Propósito es un ser vivo que momento a momento en nuestra vida nos va conectado con nuestra maestría personal o maestría interior, nos va mostrando cómo todos nuestros dones, talentos, pasiones, características internas, mentales, emocionales, espirituales y físicas pueden estar al servicio de la felicidad propia y de los demás. Y no sólo de la felicidad sino de la facilidad, la expansión y la libertad.

Hay una parte de este viaje de Propósito que tiene que ver con las preguntas que se hace el ser humano en algún momento de su vida, y que suelen surgir con mayor fuerza en tiempos de crisis: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Para dónde voy? ¿Por qué y para qué estoy aquí?

Estas preguntas vienen a conectarnos con las profundidades del Ser y se la han hecho grandes personajes de la historia en momentos de crisis, como es el caso de Viktor Frankl, a quien su búsqueda de sentido lo llevó a desarrollar una gran maestría relacionada con todo el dolor que le significó su estadía en distintos campos de concentración, y no sólo eso sino que también lo llevó a compartirse con el mundo a través del posterior desarrollo de la Logoterapia y el análisis existencial.

Observamos por tanto en Frankl altísimos niveles de resiliencia, capacidad de adaptación y servicio a través de su Propósito. Son precisamente estas últimas ideas, las que nos sumergen en la concepción más elevada de lo que es el Propósito de Vida: un viaje hacia el fondo de ti misma para conectar con toda tu pasión, con todo el amor que eres, con toda la sabiduría que vive en ti para ponerla al servicio de la humanidad, del amor y de la consciencia.

La pregunta aquí es: ¿quieres? ¿Quieres poner tu Propósito al servicio de tu familia, de tus amigos y de todas las personas a quienes vas a contribuir, de todas las personas cuyas vidas tú vas a tocar de una manera u otra gracias a tu Propósito?

Como ya decíamos, a veces es algo que puedes realizar desde tu hogar sin grandes aspavientos, y a veces es algo más visible o público, como lo es el Propósito de personajes famosos. A veces es algo que lleva más tiempo, como montar una empresa o una Fundación, o escribir un libro, pero que no es más ni menos que todas las demás opciones. Todas son igualmente válidas. La cosa es contribuir, conectar y amar.

Vivir tu Propósito es un estilo de vida, no es una meta a alcanzar. Es algo que se arma con lo que estás siendo y viviendo -en el presente- desde tu coherencia interna y desde lo que ya sabes de ti, lo cual siempre es muchísimo más de lo que crees saber.

Para entrar en el momento presente debemos dejar de resistirnos, debemos dejar de luchar por todo lo que venimos luchando, incluso debemos dejar de luchar por nuestros sueños, porque ellos deben venir a nosotras gozosamente y fácilmente, sin lucha mediante. Luchar es algo así como lo opuesto de fluir y aceptar. Debemos dejar de evadir las emociones que no nos gustan, como el miedo, la ansiedad o la angustia ¿Por qué? Porque al evadirlas sólo las estamos haciendo crecer, y porque detrás de ellas se encuentra la paz y las respuestas que tanto anhelamos.

Cuando vas viajando hacia tu interior te vas encontrando con tu maestría interior, con tu poder personal, con tu auto valía y eso empieza a asentarse cada vez más como un sentido de pertenencia a un Propósito. Perteneces a tu Propósito, no al revés. Y cuando le sirves, él te sirve, está a tu servicio. Todo es Propósito y todo está ahí por algo, no hay nada que esté ahí por azar.

Los aspectos claves de tu biografía, tus historias de vida, tu constitución física, mental, emocional y espiritual, tus colores, libros, canciones y animales favoritos. ¡Todo! lo que tú eres y haces está ahí para servir a tu Propósito. También tus valores, tu vocación y tus heridas de vida (No! No las sigamos llamando heridas de guerra, porque la vida no es una guerra a no ser que tú lo decidas).

Anota las palabras que emergen desde ti cuando piensas en los aspectos mencionados previamente. El único objetivo de este ejercicio es que esta información quede anotada junta, es decir, en el mismo párrafo.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

 

Todo obedece al Propósito y el Propósito ERES TÚ, el propósito es el puzle que se arma cuando tú te conoces a ti misma y ocupas todo lo que tú eres, tienes y haces para ser feliz y para compartir esa felicidad y ese amor con todos los demás. Por eso debes ser tú misma, pero no quien crees que eres sino lo que realmente eres, y eso está detrás de las máscaras, detrás de las apariencias y detrás del ego.

Tu esencia verdadera, tu verdadera identidad contiene las claves principales de tu Propósito en la vida.

Entrar en coherencia con tu corazón y con lo que viene contigo de base, te da Sentido de Propósito y en la mayoría de los casos tiene que ver con ponerse al servicio, con transformar vidas, con tocar las vidas de las personas desde tu propia experiencia y desde tu propia maestría.

No tienes que ser un conferencista motivacional para transformar vidas. Para transformar vidas se necesita que seas tú misma. Comprométete con aquello que decidas hacer y asegúrate de que te haga feliz. ¿Para qué? Para que lo hagas con todo tu amor, con toda tu pasión siendo una real contribución. Sé tú misma, porque no hay alegría más grande que ser tú misma y vivir en coherencia, porque eso da paz, sí, incluso en tiempos de crisis da paz. Sí, incluso en procesos de plena transformación como lo son los desafiantes tiempos actuales.

Vivir alineadas con nuestro Propósito nos da las herramientas y los recursos suficientes para ir hacia adentro y vivir en certeza, sabiendo que no somos lo que parece ser, que no está pasando lo que pareciera estar pasando y que el significado que le hemos dado a las cosas no es su verdadero significado, porque el significado que tiene todo para nosotros en este momento está basado en nuestra percepción pasada y no en el presente.

Por tanto, el viaje hacia el Propósito es el viaje de redescubrirse y recrearse a una misma desde el Ser. Es un viaje hacia el presente, es un viaje de consciencia y un viaje de unidad en el cual vamos transformando las barreras que nos separaron de los demás para ir reencontrándonos en el amor, en el mirarnos a los ojos, en el descubrirnos desde un nuevo espacio, más humano, más compasivo, más expansivo y colaborativo. Es decir, que todo lo que viene desde la profundidad y desde el corazón es un regalo, de la misma manera en que tú eres un regalo para el mundo ¡Nunca dudes de ello!

Para que lo puedas integrar, muchas veces es necesario hacer un viaje de recordarse, y eso va a implicar que en este camino vas a juntar todas las piezas del puzle que tú eres, y al principio del camino no vas a saber todavía cuál es la imagen final (igual que cuando estás armando un rompecabezas de verdad, no se ve la imagen con claridad al principio).

Pero sí puedes intuir hacia dónde va la cosa, sí puedes ir confirmando lo que ya sabías de alguna manera. Y lo sabías porque aunque no lo recuerdes, antes de nacer viste la caja del puzle, esa donde está la imagen de lo que se va a armar. Tu Propósito individual entonces, es como ese puzle que se arma cuando te autodescubres, mientras que el gran Propósito colectivo que nos convoca a todos es volver a la Unidad y al Amor que siempre hemos sido (eso es nuestra verdadera identidad).

Esta nueva visión tiene todo que ver con tus sueños, con tus anhelos, con todo eso que pensaste que era una utopía y que nunca se iba a lograr. Cuando tú te pones en contacto con el Propósito en tu vida, eso deja de ser una utopía, la vida entera se configura y el Universo entero conspira para entregarte todo lo que necesitas para servir a tu Propósito, para que encuentres todas las piezas del puzle y lo armes, y digas: “Uhhh, si era tan fácil. Era tan evidente, ¡cómo no lo vi antes!”

Nuestro Propósito (que como ya hemos dicho, incluye muchos propósitos en sí) es tan obvio que no nos damos cuenta de que está frente a nuestros ojos y que siempre hemos sido eso, pero que estábamos distraídos en el pasado y estábamos distraídos en el futuro, estábamos distraídos en nuestras creencias antiguas, obsoletas y cuando entramos en el presente, el entramado se despliega ante nuestros ojos con toda claridad.

Además de todo lo que ya hemos nombrado, las piezas del puzle incluyen tus datos astrológicos, tus arcanos personales, los datos basados en tu numerología, tu biotipo ayurvédico, nahual maya, eneatipo, curadores estelares, horóscopo chino, submodalidad predominante (visual, auditiva, kinestésica), temperamento (sanguínea, flemática, colérica, melancólica), el significado de tu nombre, y lo que sepas sobre ti que creas que puede aportar información valiosa.

A continuación te invito a anotar todo lo que sepas sobre ti de los aspectos mencionados en el párrafo anterior:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

 

Creencias limitantes sobre el trabajo, el dinero y la felicidad

Se suele llamar “negocios con alma” a las aquellos emprendimiento que surgen desde el Propósito de vida de las personas. Si deseas emprender con tu Propósito, no hay nada malo con que cobres por ello, porque es un trabajo tan digno como cualquier otro, y porque no cobras por el amor que pones en él sino por tu tiempo, por tu formación y por tu experiencia.

El problema surge cuando tenemos creencias limitadas y erróneas con respecto al dinero (que es sólo energía) y nos sentimos culpables de ganar un sueldo gracias a aquello que amamos. Un poco paradójico ¿no?

Así que hoy te invito a mirar el dinero como una energía de agradecimiento con la cual la gente te retribuye por tu amorosa labor. Es su manera de agradecerte por tu coraje de emprender con propósito o por el intercambio de bienes que está sucediendo entre ustedes. Esto es todo lo que necesitas saber para sanar tu relación con el dinero. Aunque de todos modos puedes usar técnicas terapéuticas sugeridas para estos fines.

Recordemos que laborar es hacer una labor orando, mientras que la palabra trabajar viene del latín tripalium, que era una herramienta con tres puntas que se usaba para castigar y torturar, asociado entonces a un tormento psicológico o sufrimiento físico. No es de extrañar entonces que aquí en Chile al trabajo le digamos “pega”. Y es que cuando no estamos alineados con nuestro propósito, el trabajo nos golpea y nos pega para que podamos pagar nuestras cuentas, ahorrar y comprar lo que necesitamos o deseamos. Pero cuando estamos alineados con nuestro Propósito, ya no trabajamos, laboramos.

El viaje que yo te invito a hacer tiene que ver con conectar todos los aspectos de tu vida, todos los momentos de tu vida y todo lo que tú eres, para ir más allá, para vivir una vida llena de sentido y un trabajo que sea una labor, una vida que te permita llegar a los 80 o a los 100 años y decir: “Wow, quiero más de esto por favor” en vez de decir “No, ya fue suficiente. Estoy cansado”.

Porque la edad es una actitud mental y una decisión que florece gracias a nuestro Propósito, es una disposición que varía según cuánta pasión, amor y sentido hay en nuestras vidas. Hay personas que tiene la misma edad y se ven como si una fuera la mamá de la otra. Las que se ven mayores, a veces son personas que se dieron por vencidas y dejaron de vivir con entusiasmo y propósito, ¿Qué les pasó? Envejecieron, se encorvaron y no se movieron más.

En tanto, las que se ven mucho más jóvenes, probablemente aún siguen viviendo como si tuvieran 20 ó 30, disfrutando cada momento y amando profundamente. Las personas que viven con Propósito son personas que eligen servir y amar a sí mismas y a los demás.

Si tú comparas la foto de una persona que ya ha encontrado conscientemente su Propósito y que vive su Propósito, con una foto de una época donde no lo había encontrado, probablemente notarás una gran diferencia en el brillo de sus ojos, de su pelo, en la fuerza de su mirada y en su postura y actitud general.

Una vida con Propósito es una vida llena de sentido, es una vida que vale la pena y la alegría ser vivida. Claro, porque como ya dijimos, la felicidad no es un estado hormonal de permanente júbilo de una vida sin problemas. La felicidad es paz interior, la felicidad contiene los momentos de tristeza y de dolor, admite todas las emociones, es la integración de nuestras dualidades, de nuestra luz y de nuestra sombra, desde el Amor. Una vida feliz es una vida que quieres vivir, donde cada mañana te despiertas y tienes un sentido de Propósito que te llena de energía, que te hace agradecer y vivir en permanente gratitud más allá de las circunstancias, siempre desde el presente, escuchando tu intuición y siguiendo tu corazón ¿Lista para continuar el viaje? Vamos para allá.

Capítulo II: Mi herida me llevó a mi Propósito

Tengo 40 años. Desde pequeña o desde que tengo uso de razón me sentía diferente a los demás. Miraba el mundo con ojos extremadamente sensibles. Mi mirada era nostálgica y mi corazón añoraba no estar aquí o más bien estar en un lugar lleno de gente que se pareciera más a mí. La vida me dolía, me parecía injusta lo que veía suceder alrededor mío y lo que me sucedía a mí también. Me sentía una verdadera víctima de las circunstancias.

Más allá de todos los eventos dolorosos que viví -al igual que el 99 % si es que no el 100% de los seres humanos- lo que más me dolía era que yo no entendía para qué pasaba lo que pasaba, ni por qué. No entendía cuál era el sentido de estar aquí, siendo que yo creía que podía estar en un lugar mucho mejor, en un lugar donde fuera amor, en un lugar donde no hubiera bullying ni discriminación ni injusticias, en un lugar donde no fuera diferente a los demás, en un lugar donde no hubiera restricciones ni escasez.

Cuando cumplí ocho años, en el colegio nos mandaron a leer “Ami, el niño de las estrellas”, un libro muy hermoso que cambió mi vida porque le dio la esperanza de que sí había un mundo como el que yo soñaba, un mundo lleno de amor, un mundo donde se vivía en consciencia y donde no se trabajaba como tal sino donde se vivía colaborativamente.

Si bien por un lado fue un súper salvavidas, por otro lado me sumió en un estado permanente de vivir en un futuro utópico, lo que no me permitió nunca estar presente en el aquí y en el ahora, lo que con el paso de los años se convirtió en una depresión que comenzó a muy temprana edad y que arrastré hasta los 23 años con altos y bajos, y por supuesto, con muchas búsquedas de por medio.

Cuando tenía 12 años me refugié en la religión católica. En mi colegio se formó un grupo que se dedicaba a la acción social y fue en ese lugar donde empecé a encontrar un primer boceto de sentido y propósito: en el dar, en las calles, en las misiones de verano, en brindarme por completo y estar al servicio, en colaborar y contribuir. En ese grupo de personas encontré amigas y amigos que conservo hasta el día de hoy, personas cuyas presencias en mi vida marcaron un antes y un después, porque ahí conocí la amistad verdadera, porque conocí el amor desinteresado y la camaradería.

Fue en esa época que comencé a conectar con mi liderazgo interno, con esa capacidad o talento innato y con esa visión que yo ya tenía de visionar, de anticipar, de organizar y dirigir grupos en aras de un propósito mayor y de un propósito común.

La depresión que comenzó en esa época -alrededor de los 12 años- fue creciendo hasta los 15, momento en que no tenía ganas de nada. En esa época rezaba y le pedía a Dios que me llevara a otro lado, porque para mí no tenía propósito estar aquí. Más allá de que tenía mi familia, amigas y amigos y relaciones significativas, para mí no era suficiente. No porque hubiera algo malo con ellos (más allá de las clásicas peleas de adolescente con los padres y los clásicos problemas que puede tener que enfrentar una adolescente como yo en un colegio que era diametralmente opuesto a como era yo). Mi tema era otro: para mí la vida no tenía sentido. Mi autoestima estaba por el suelo, me sentía sola y extremadamente incomprendida.

Fue en ese momento que -impulsada por mis padres y la cultura familiar- decidí irme de intercambio estudiantil a otro país, lo que se constituyó en mi “salvación” en ese momento, así como también en una escapatoria a esa vida que no me gustaba. Postulé para irme a Nueva Zelanda y con 17 años me fui a terminar el último año de colegio a ese hermoso y amado país.

Cuando llegué allá y el avión aterrizó, desde adentro de mí emergió una voz grande y fuerte que dijo: “I’m home” (estoy en casa). En ese momento no lo entendí con claridad, pero con el paso del tiempo se hizo más fuerte dentro de mí, y es que realmente nunca me había sentido en casa, nunca me había sentido tan valorada, vista y querida como fue durante ese año.

Pasé de ser una persona con “Síndrome de Casper” (el fantasma) como le decía yo a esa sensación de ser medio invisible, a ser conocida por todo el mundo, porque me tocó vivir en una ciudad muy pequeña donde no había latinos y yo era prácticamente un fenómeno donde todo el mundo quería conocerme, ser mi amigo y hacerme preguntas sobre mi extraño y lejano país.

Recuerdo que un día me preguntaron: “¿Qué tal es andar en burros en vez de autos, qué tal eso de vivir en los árboles? Aunque me daba risa también me molestaba que en esa época en que aún no teníamos un mundo “globalizado” a través de las tecnologías actuales se sabía poco y nada de lo que era nuestro continente.

Me tocó mostrar fotos de casas, de autos y de supermercados. Me tocó ser conocida y olvidarme por un año del complejo de Casper que me acompañaba desde pequeña. Me incluían y me invitaban a todos lados. Tuve una familia anfitriona y amigos de lujo. ¡Fue una experiencia maravillosa!

Agradezco profundamente el salvavidas transitorio que fue ese año. Pero llegó el momento de volver a enfrentar la otra realidad que seguía ahí esperando por mí.

Encuentro con el Reiki, mi primer salvavidas real

Al regresar de Nueva Zelanda estuve nuevamente con depresión buscando respuestas sin saber ni siquiera dónde buscar. Entré a estudiar bachillerato en Humanidades porque no sabía qué quería estudiar, y el bachillerato me daba algo más de tiempo para decidirme. Me fui a vivir sola con dos amigas universitarias y eso tuvo muchas cosas muy buenas, claro que sí. Pero yo seguía pisándome la cola con mis cuestionamientos existenciales. En esa época estaba empezando a conocerse Internet, de manera que la información estaba aún muy limitada. A los 21 años comencé a caer en estados depresivos más profundos.

Recuerdo una semana completa de haber estado acostada en mi cama mirando al techo. Comía muy poco y tomaba poco líquido para evitar tener que moverme demasiado. No tenía ganas ni siquiera de caminar hasta el baño. Una de mis compañeras de departamento llegó un día de clases y me dijo:
“¿Por qué no vas a ver al Chino?”
“¿Qué Chino? Le dije yo
“Mi profesor de anatomía que hace Reiki”
¿Qué es “Reiki”?  Le dije yo.
“Es algo de sanación con energía”
En ese momento algo dentro de mí se movió y dijo “sí, necesito su ayuda”

Así que le pedí hora y fui a verlo. Recuerdo que estuvimos tres horas conversando en esa primera sesión, ¡hasta las 11 de la noche! Y gracias a esa gran conversación, ese día mi vida empezó a cambiar, por fin. Ese día conocí a alguien que pensaba como yo, que miraba el mundo con un prisma similar al mío (o al menos eso sentí yo) y dejé de sentirme tan sola como me había sentido hasta ese momento.

Ese día se abrió una verdadera esperanza para mi vida sin sentido y una de las primeras tareas que me dio el famoso Chino (que no era chino sino chileno) fue leer un libro de Anthony de Mello que se llama “Autoliberación Interior” y cuyo párrafo sobre la depresión compartí con ustedes al inicio de este libro. Por supuesto que fui a comprármelo de inmediato, lo comencé a leer y empecé a entender. Algo muy profundo empezó a transformarse dentro de mí. Y empecé a rearmarme por dentro.

Seguí devorándome el libro. Hasta el día de hoy lo uso, lo repito y lo cito cada vez que puedo. Ese libro marcó mi vida, marcó mi cambio, y dos meses después decidí seguir los pasos de ese doctor que me había sacado del pozo profundo en el que estaba e iniciarme en Reiki.

Siempre he sido impaciente, y esa época no fue la excepción: no quería demorarme más, llevaba toda mi vida esperando el “paraíso perdido” y quería obtener rápidamente mis primeros niveles de Reiki para hacer sesiones a distancia y dedicarme por completo a esta pasión que había “aparecido” en mi vida para darme una nueva esperanza. Yo quería dar y quería darlo todo. Llevaba muchos años sin esa entrega apasionada que solía tener en la época de mi grupo de acción social escolar. Toda esa energía estaba acumulada dentro de mí… y yo misma me sentía bloqueada, enojada, sola, incomprendida e incapaz de concretar algo. Mi falta de dirección, de propósito y de decisión no me permitía moverme ni salir de mi zona de confort que era esa depresión y victimismo.

Aun sintiéndome así, atendí a más de 200 personas en dos meses (gratis, por supuesto, pues mi meta era tener la práctica suficiente para realizar el nivel dos) y con todo ese movimiento y entrega la vida lentamente volvió a brillar y tener sentido. Desde el amor, desde el servicio, desde el tocar la vida de las otras personas aunque fuera con un granito de arena muy pequeño.

Pasó el tiempo y esa estabilidad se vio nuevamente afectada por una relación de pareja que me sacaba totalmente de mi centro. Si a eso sumamos que me seguía sintiendo diferente, rara e incomprendida, no es de extrañar que haya recaído en una depresión incluso más profunda cuando tenía 23 años. En esa oportunidad la situación ameritó psicóloga y psiquiatra, el cual me llenó de remedios, porque claramente no sabía qué hacer conmigo. Yo salía de todo molde y sus supuestas mezclas perfectas no hacían más que empeorar mi depresión cada vez más.

Hasta el día de hoy no entiendo qué parte de mantener dopada las 24 horas a una persona puede considerarse como “estabilizarla”, ¡pero qué va! Ya he hecho las paces con ese episodio de mi vida que terminó en un cortocircuito generalizado de mi sistema nervioso. Y si lo cuento es para ejemplificar lo jodida que estuve y cómo eso que fue mi peor pesadilla se convirtió -con el paso del tiempo- en una bendición. Cabe destacar que el “pronóstico” entregado por el doctor en esa época, era el de tomar remedios para toda la vida y, por supuesto, la casi nula probabilidad de ser feliz alguna vez… tremendamente alentador!

El GRAN cambio: mi felicidad depende de mí y de nadie más

Varios meses después de ese episodio me desperté una mañana inspirada,  iluminada y sobretodo decidida a ser feliz. Finalmente después de tanto sufrir algo se había movido dentro de mí. No sé bien qué fue, pero esa mañana me dije a mí misma: “Esto no depende de nadie más que de mí. No depende de los demás. No es culpa de mi pasado, de mi colegio, de mi familia, de mis compañeros, de mis amigos, de lo que me tocó y de lo que no me tocó. Mi felicidad depende de mí y de nada ni nadie más”. Así que con esa decisión, esa certeza y esa fuerza volcánica que emergía desde adentro de mí como un impulso que me era absolutamente desconocido, comenzó el primer día del resto de mi vida.

Agarré todos los remedios y los boté por el baño y, querida lectora, lee bien: NUNCA MÁS en la vida volví a tomar un antidepresivo. ¿Por qué? Supongo que porque hice este trabajo existencial tempranamente, o porque la vida me llevó a ese espacio donde tuve que viajar a las profundidades de mí misma a encontrar las respuestas y el coraje que buscaba. No, la solución no estaba en ninguna otra parte, no estaba en otro país, no estaba en las fiestas, en los antidepresivos, en los amigos, en las relaciones de pareja ni en los chocolates, estaba -como ya dije- dentro de mí. Como dirían mis queridos amigos españoles: menudo descubrimiento!!!

A los 24 años egresé de periodismo. No sé bien cómo (porque casi no iba a clases y si iba me distraía en cualquier cosa) pero lo logré. Estuve algunos meses desempleada y me inscribí en un Diplomado en Comunicaciones y Estrategias Públicas, pues si hay algo que tenía claro, era que no quería trabajar en ningún medio de comunicación. Mientras tanto juntaba dinero trabajando en lo que fuera, desde ir a vender ropa a la feria o ir a sacar los permisos de circulación de mis amigos hasta traducciones y trabajos universitarios para mis compañeros de Diplomado. A los 25 comencé a trabajar en una pequeña agencia de comunicaciones corporativas y a tomar algunos cursos de terapias complementarias.

Además empecé a leer libros de Louise Hay, La enfermedad como camino, El Secreto y otros de la misma línea de desarrollo personal. Junto con la práctica de kundalini yoga, empecé a asistir a unas charlas semanales que fueron entregándome muchísimas herramientas de autoconocimiento y sanación.

Al momento de cumplir 28 años estaba bastante más armada, pero me había cambiado hacía poco de trabajo a uno que no me gustaba para nada. Cuando llevaba 5 días en ese nuevo trabajo fui a una iniciación de reiki con el famoso Chino, y recuerdo que durante alguna de las meditaciones que hicimos ese día, literalmente “me cayó” un gran cinco desde arriba. En esa época no sabía que canalizaba, pero lo que vi, fue con mucha claridad. Luego de instalarse en mi cabeza y cuerpo, miré hacia arriba y pregunté: “¿Cinco qué?” Y una voz muy clara me dijo: “Cinco meses para armar tu propio Centro de Terapias”. Para mi periodista interior que ya estaba desesperada por huir del nuevo trabajo fue una gran noticia!!! Y como siempre he sido “pastito seco”… qué me han dicho!!!

En esa época soñaba con tener mi propio Centro de Terapias cuando fuera “grande”, como a los 35 (sí sí, ríanse no más, pero es que en serio en esa época creía que a los 35 iba a ser “grande”). Pero como soy muy obediente de la información que me cae “de arriba” (aunque soy muy rebelde con lo humano) miré al cielo y dije “Sí, acepto”. Así que me puse en campaña, hice mi primera página web, mi primer logo y tarjetas, compré mi primera camilla y armé mi primera consulta.

En cosa de meses armé mi propio Centro de Terapias a puro pulso y corazón. Sin plan de negocios y confiando totalmente en que todo lo que necesitaba me lo mandarían “de arriba”. Emprendí por primera vez, no en cualquier momento de “bonanza” financiera, sino que en plena crisis económica mundial 2008-2009, y haciendo oídos sordos a todas las personas que me decían: “cómo se te ocurre emprender en plena crisis económica!!!”. No me importaron sus malos augurios, gracias a que soy una capricorniana obstinada por un lado, y por otro, gracias a dos grandes textos que comparto con alguna frecuencia en mis redes y en mis cursos.

La primera es sólo una frase, simple y corta, pero con un tremendo mensaje:

“Y como no sabía que era imposible, lo hizo” (Anónimo)

Y la segunda es una fábula oriental llamada “la rana sorda”. Aquí va:

“Esto era un grupo de pequeñas ranas que atravesaban juntas un bosque. Pero de pronto, dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto de ranas, se asomaron para mirarla, rodeando el agujero. Rápidamente se dieron cuenta de que el agujero era muy profundo. Sus compañeras saltaban y saltaban, pero no podían alcanzar la orilla.

Las ranas comenzaron a cuchichear entre sí. Todas daban por muertas a las dos ranas, ya que no veían posible que pudieran dar un salto tan alto como para salir del agujero. Así que comenzaron a gritar a las ranas que no podían hacer nada, que no podrían salir de allí.

¡Dejen de intentarlo, no lo van a conseguir!- gritaban las ranas desde la orilla.

Pero las dos ranas continuaban saltando sin parar, ignorando los gritos de sus compañeras, que no dejaban de decirlas que iban a morir igualmente a pesar de sus esfuerzos.

– ¡No lo intenten más! – gritaban las ranas- ¡No lo conseguirán!

Las ranas les llegaron a insinuar a sus dos compañeras que no gastaran más fuerzas, que se dejaran morir. Y gritaban tanto, que al final una de las dos ranas que saltaba sin parar se dio por vencida y decidió parar. Se dejó caer al suelo sin más, y murió.

Sin embargo, la otra rana continuó saltando, a pesar del agotamiento. Cada vez más alto, cada vez con más fuerza. Las demás compañeras gritaron mucho más alto para que dejara de saltar.

– ¡Deja de sufrir ya!- le gritaban una y otra vez.

Y la rana saltaba más y más. Hasta que de pronto, logró salir del agujero. Ella creyó que sus compañeras le habían estado animando todo el rato, fijándose en los gestos que hacían. Y les agradeció de todo corazón el haberle ofrecido todo su apoyo. Pero lo que pasó en realidad, es que la rana era sorda y no había escuchado los gritos de desaliento de las demás”.

Yo fui como la rana sorda, yo fui porfiada y perseverante. Hasta el día de hoy lo soy. No sé si porque soy una obstinada y decidida capricornio como les decía previamente o porque simplemente cuando decido por algo me la juego hasta el final… o porque simplemente mi Propósito, y lo haría siendo obstinada o no.

Mi Retorno de Saturno

Sea como sea, en esa época tenía 29 años casi recién cumplidos. Para los que algo saben de astrología, se trata de una edad donde se produce el llamado “Retorno de Saturno”, un evento de suma importancia en la vida astrológica de una persona, que se conoce también como “la graduación” y frente al cual casi nadie puede permanecer indiferente, sea consciente de ello o no. Se trata de la invitación de Saturno a crecer, a volverse más independiente y dejar de estar orientada hacia el interior para salir al mundo. Para algunas personas esta época puede ser como un terremoto: grandes cambios suelen suceder en la vida de las personas en esta edad, y en mi caso fue “de libro”!

Estaba emprendiendo por primera vez sin ningún tipo de proyecto de negocio y viviendo sin un sueldo fijo también por primera vez. Había terminado una relación de casi cinco años un mes después de abrir mi centro de terapias y no tenía dónde vivir, tampoco podía seguir viendo a los que habían sido mis amigos durante los últimos cinco años ni a la familia putativa que adoraba con todo mi corazón. Internamente, sentí que me caía por un precipicio, despojada de todo mi pasado reciente, hacia mi nueva vida. Básicamente fue un borrón y cuenta nueva en cuestión de meses. Un reseteo completo.

Y si bien fue tremendamente duro, lloré muchísimo y tuve mucho miedo, fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, porque tuve que enfrentar esos miedos, tuve que abrazar a mi niña interior yo misma sin pedirle nada a nadie y enseñarle a ser corajuda sin saber lo que era el coraje.

Y eso le dio combustible a mi vida, y ese combustible es Propósito: combustible que mueve, que hace que cada día tenga una chispa. O una llama. No una chispa de fuegos artificiales sino una chispa divina, una chispa que activa la llama interna que dice: “Voy por más y por mejor. Me abro a la posibilidad de que vivir esta vida sí valga la pena y la alegría”.

De ahí en más todo se sucedió de manera vertiginosa y bastante feliz. Comencé a tomar muchísimos más cursos de terapias y espiritualidad. Todos los fines de semana estaba metida en alguno y organizaba otros en mi propio Centro. Probaba todas las nuevas técnicas terapéuticas y empecé a trabajar mucho más en mí, en desbloquear, en profundizar, en recordar… Caí también, como a muchos les pasa, en muchas de las trampas del new age, pero yo lo agradezco profundamente, porque gracias a este movimiento es que se destapó y masificó el acceso universal al mundo terapéutico.

Si les soy honesta, incluso pasé por una época medio conspirativa, la que terminó abruptamente cuando una persona que asistía a las charlas semanales que había en mi Centro de Terapias, me llamó un día para preguntarme “¿Andrea, va a pasar algo esta semana?”. En ese momento, como si me hubiera caído un balde de agua fría, me di cuenta de que la estaba embarrando medio a medio. Ese NO era el camino. No, no podía ser el camino un paradigma que lleva a vivir en el miedo permanente, en la persecución permanente. No, no podía ser el camino un paradigma que nos lleva a seguir luchando en bandos donde unos juegan a los “buenos” y otros a los “malos”. No, no podía ser el camino una ideología que nos hace sentir superiores, inferiores o diferentes a los demás. Ese camino lo único que hacía era mantenerme en la vibración del miedo, así que lo dejé ir y me volví a resetear… una vez más.

Renacer, una vez más

Si bien me alejé de la iglesia católica a los 17 años, siempre tuve una gran simpatía con Jesús. Para mí es un Maestro como el Buda y otros tantos. Tiene un significado espiritual, pero no religioso.

Recuerdo que cuando era chica e iba a rezar a la capilla de mi colegio, lo miraba en la cruz y lloraba. Supongo que desde esa época se me ancló la idea de la edad arquetípica del Cristo, los 33 años, que para muchos de nosotros representa (a nivel de arquetipo) la edad de la muerte y el renacimiento. Y dentro de mí, en algún momento había decidido que también sería así para mí. Luego lo olvidé.

[Mientras escribo estas palabras, miro el contador de página de mi archivo en Word y me doy cuenta que voy exactamente en la página 33 ¿Casualidad? Claro que no, causalidad, sí. Respiro profundo, sonrío, agradezco y sigo escribiendo. Qué feliz me hace escribir! Las palabras simplemente fluyen desde mis dedos, como si mis manos escribieran por voluntad propia]

Pasó el tiempo, y cuando creí haber avanzado lo suficiente en mi autosanación (suficiente para lo que yo creía que era suficiente en ese momento), me tomé un momento para detenerme en el camino y auto-observarme: me di cuenta de que había sanado varias de las grandes heridas de mi vida. Las había resignificado, me había reconciliado con buena parte de mi historia y con mi pasado. Descubrí que era una persona altamente sensible y al mirar mi vida decidí que quería ir aún más allá, que quería ir más profundo en algunos aspectos que aún no tenía resueltos, como lo eran mis relaciones de pareja.

Así que ese año decidí invertir todos mis recursos en esa dirección: me inscribí en la Formación de constelaciones familiares, en un taller de coaching para el amor y en un taller de Ho’Oponopono con la -en ese entonces- brazo derecho del Doctor Len, entre otras acciones más pequeñas.

Obviamente, eso tuvo un resultado: se llama ley de causa y efecto. En resumidas cuentas, hacia finales de año (y no sin antes haber tenido una muerte simbólica a una parte importante de mi vida) me reencontré con un antiguo amigo del colegio, quien rápidamente pasó a convertirse en mi marido y padre de mi hija. Comenzó una nueva etapa, que ha sido tremendamente expansiva y hermosa, pero que a la vez me llevó a perderme ¡nuevamente! en el momento en que nació nuestra hija.

Sí, igual que todos nos perdemos muchas veces durante la vida, cuando la maternidad llegó a la mía, la convirtió en un nuevo laberinto. No sin cierto disgusto y cansancio de mi parte, me dije: “Wow, yo pensaba que mi vida ya estaba medio resuelta e iba para allá pero no, no va para allá. ¿Para dónde va?”

 

La Ley de la Impermanencia volvió a tomar un rol fundamental para vivir mi maternidad y todo fue más fácil cuando descubrí́ el Propósito de las alergias alimentarias y trastorno de integración sensorial de mi hija, entre otros.

 

Si hay algo que he aprendido a hacer con maestría en la vida es sonreír más allá́ de las circunstancias. (Incluso gestando, a un mes de parir y sintiéndome muy mal). Para hacerlo, aprendí a sentir lo que siento y encontrar la paz que hay detrás del dolor y de la incomodidad.

Cuando asistí a un retiro de Vipassana lo practicamos de manera intensiva: la famosa Ecuanimidad, es decir, el arte de la no reacción que dice “esto también pasará”.⁣

No sé qué habría sido de mi vida sin esta práctica desde el día 1 de mi gestación. Porque ser madre ha sido intenso en todos los momentos y dimensiones posibles en las áreas que tenía que integrar. No me sentí́ mal los tres primeros meses sino los nueve completos. Tuvimos un trabajo de parto muy doloroso que duró casi 30 horas. Nuestra hija nació́ con alergias alimentarias que me tuvieron en los huesos un buen rato. Además de un trastorno de integración sensorial que hacía todo cuesta arriba hasta que lo descubrimos a sus dos años y medio.

PERO ESTO TAMBIÉN TENÍA UN PROPÓSITO! O varios más bien.. y dilucidarlo fue un Arte y un alivio… fue como desenredar una madeja de lana enredada y armar un puzle de esos bien difíciles, desarmarme, reconstruirme y “aprender” a amarme en mi nueva versión.⁣

Aunque quise tirar la esponja muchas veces, ¡no lo hice! Fui -y soy- disciplinada en mis prácticas mentales, emocionales, terapéuticas y espirituales.

Ahí́ estaba yo, siempre, en mi firme decisión de ser feliz más allá́ de las circunstancias, de llorar cuando hay que llorar, pero sobre todo no identificarme con ello, de buscar soluciones y pedir ayuda, y hacer todo lo que haya que hacer. ⁣

Mi hija me trajo nuevamente la pregunta del por qué y para qué, la pregunta del sentido de la vida. Pero como ya dije, no soy una persona demasiado paciente y me gusta la acción, así que decidí jugármela al 100% para decodificar y entender el mensaje que me traían estos síntomas a mi vida.

 

Lo que yo creía que era, lo que yo sabía, nuevamente se había desmoronado y ahí estaba de nuevo, desnuda frente a la existencia preguntando para dónde voy, quién soy, de dónde vengo. En ese momento recordé el libro “El plan de tu alma” de mi querido Robert Schwartz y decidí que lo necesitaba en mi vida.

Como no podía ir a un seminario de Robert a Estados Unidos con mi guagua recién nacida y porque además no tenía el dinero para hacerlo pensé: “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Si nada de eso pasa, Mahoma se convierte en la montaña”. Le escribí un email presentándome, y usando todo mi desplante lo invité a Chile. Para gran sorpresa mía, aceptó la invitación. Así que me puse a organizar su viaje y –a medida que lo hacía- empecé a reconectar con más fuerza con el plan de mi alma, el que ya venía trabajando desde el año 2012 gracias a los Animales de Poder de la autora mexicana y querida amiga Karina Malpica, pero ahora empezó a arraigarse esa sensación de “por aquí sí es, por aquí hay algo más que antes no había considerado”.

El nacimiento del Propositómetro

Como ya les conté, a esa sensación, mezcla de intuición con sensación “de guata”, con el paso de los años la llamé Propositómetro. Ya hemos dicho que se trata de una suerte de termómetro o barómetro que mide el nivel o cantidad de alineamiento de algo que estoy pensando o sintiendo con mi Propósito vital. Personalmente, a nivel físico lo suelo sentir como mariposas en mi abdomen, fuego interno o pelos parados (alias pelómetro). Sé de muchas personas a quienes les funciona de manera bastante similar.

Ese mismo año (2015) comencé a preguntarme dónde estaba la famosa marraqueta que se supone que los bebés debían traer bajo el brazo. Como no era evidente, decidí que yo misma haría el bendito pan y aprovecharía de ordenarme y de ponerle un stop al “turismo espiritual” que comenzaba a observar en muchas de las personas que asistían a mis talleres.

Descubrí que buena parte de las personas necesitaban un tiempo de integración de todo lo aprendido para que hubiera real transformación y que no quedara sólo en aprendizaje momentáneo. Así que junté todos los cursos cortos que yo impartía en una Formación de Terapeuta Integrativo y coaching transpersonal -la cual se fue orientando paulatinamente hacia el Propósito de vida de las personas- y desarrollé un método y una matriz de trabajo que permitía a las personas ir conectando con su Propósito.

Todos los caminos llevan a Roma… y ya sabemos que Roma al revés es amor ¡Eureka! Todos los caminos nos llevan al amor pero hay caminos que son más largos y hay caminos que son más cortos. Hay caminos muy escabrosos que conllevan sufrimiento pero también tenemos la posibilidad de elegir los caminos del gozo, del éxtasis, del placer y la paz. Descubrí que el camino del Propósito era uno de los caminos más cortos y gozosos, y me dediqué a profundizar en él.

Cuando comencé a buscar, no encontré demasiada bibliografía ni información sobre el tema del Propósito ni del Supra y Superconsciente. Pero mi Propositómetro me decía que esta era el área en la que me iba a especializar. Todo indicaba hacia allá, partiendo por mi herida. Todos los años fue llegándome más información sobre el Propósito y la fui integrando en mi vida y en mis cursos, porque si hay algo en lo que soy muy buena es en integrar, de hecho, es una de mis maestrías de Propósito, pero no nos adelantemos, ya hablaremos de eso más adelante. Integré, integré e integré hasta que finalmente terminé de pulir este método que -al igual que el cinco gigante que me mandó a abrir mi propio centro de terapias a los 28 años- me cayó del cielo. Algunos lo llaman canalizar, otros crear, pero el resultado es el mismo. Con el paso del tiempo, esa Formación se convirtió en un Diplomado… y en este libro.

Cerré mi consulta y dejé de atender de manera individual con las terapias que solía usar (Reiki entre ellas), para dedicarme exclusivamente a realizar sesiones individuales de coaching y mentorías para el propósito, canalizaciones y clases sobre el Propósito de vida.

Gracias a esto, hoy puedo decir que 40 años de vida no fueron para llegar a este punto, sino que fueron siempre para llegar al presente. Fueron para llegar a mí, para llegar a ser quien soy hoy de la manera más honesta que pueda, ofreciendo y compartiendo lo que ahora volví a tener, lo que ahora recuerdo desde este camino de no dualidad. Este camino que se me abrió y se me ancló profundamente durante los últimos tres años con la práctica de Un curso de Milagros, con el trabajo e inspiración de personajes como Sergi Torres y Mooji, y donde me tocó resignificar la superficialidad de lo que había aprendido con el new age y transformarlo en un viaje al interior, en un trampolín hacia el vacío o hacia la desaparición del Universo, como diría Gary Renard.

Cerramos este capítulo diciendo que una de las preguntas existenciales más grande que se ha hecho el hombre a lo largo de la historia -y que se sigue haciendo- es: de dónde vengo, quién soy, hacia dónde voy. Y se la va a seguir haciendo hasta que no entre en contacto consigo mismo y con el momento presente, que es el único lugar donde se encuentran todas las respuestas.

El sentido y propósito superior de la vida está en el Presente, y eres tú, la verdadera tú
¡Bienvenida a casa!

Capítulo III: Los Niveles del Propósito

Cómo decíamos previamente, las personas están acostumbradas a confundir Propósito con metas y con objetivos. También están -o estamos- acostumbrados a confundir propósito con vocación. Ya hemos dicho que misión es distinto de vocación y de propósito, y que si tu misión es ser feliz, el propósito te muestra el cómo.

Cuando desarrollé mi sistema para trabajar con el Propósito de vida de las personas, el método P.R.Y.S.M.A. (sigla que corresponde a Propósito Yo Soy y Misión del Alma) parte de lo que recibí fue una planilla de trabajo junto con una pirámide (estilo Maslow) pero con siete niveles en vez de cinco, cada uno de los cuales describe niveles del Propósito.

Como en todo orden de cosas, hay diferentes maneras de mirar el mismo “objeto”, en este caso, el Propósito. A mi parecer no hay correctos ni incorrectos, pues creo que todas las miradas son piezas del mismo puzle.

Por ejemplo, para Eckhart Tolle en la vida existen dos tipos de propósito. Uno es el interior, que es el primario y el más importante (el Ser), y el otro es el exterior, el cual se refiere al hacer. El propósito interior tiene que ver con lo que eres y el propósito exterior con lo que haces. El factor primario en la Creación es la conciencia ya que es lo que crea nuestro mundo independientemente de cuánto nos esforcemos en el nivel externo o ilusorio.

Yo estoy totalmente de acuerdo con el señor Tolle. Y además creo que podemos mirar todos los aspectos de nuestra vida a la luz del Propósito, de manera que encontramos niveles que nos permiten comprender a cabalidad detalles que no creíamos que tuvieran nada que ver con nuestro Propósito, desde cosas trascendentes como nuestras heridas de vida, hasta cosas casi anecdóticas, como nuestro color favorito.

 

Los niveles inferiores de la pirámide se refieren a los propósitos individuales de cada personas: laboral y vocacional, emocional, mental, físico y material y Propósito del Alma.

 

Y luego tenemos los Propósitos colectivos. Sí, porque no es lo mismo nacer en un grupo familiar que en otro: cada grupo tiene su propia identidad, sus patrones, su historia, y desde esas características también nosotras nos constituimos como personas transitando una experiencia humana.

 

Tampoco es lo mismo el propósito del alma grupal de quienes viven en una ciudad desértica cuyo eje principal es la actividad minera, que el alma grupal de quienes viven en una ciudad donde llueve todo el año y su eje comercial principal es la ganadería. O quienes viven en una gran urbe en estado de permanente estrés, versus quienes viven en poblados pareciera que todo funciona en “cámara lenta”. Las “invitaciones” de la vida son distintas para ellas. Los procesos colectivos son distintos. Y por supuesto tampoco es lo mismo el alma grupal de quienes viven en un país primer mundista, que quienes viven en un país en vías de desarrollo, o de quienes viven en un país que está en guerra versus uno que no lo está.

 

El primer Propósito o propósito Uno, es el Yo Soy, la Consciencia de Unidad o Oneness, donde recordamos nuestra verdadera identidad divina. Este Propósito o sentido superior de vida abarca tanto los propósitos colectivos como los individuales, pues en el Oneness o Consciencia de Unidad empezamos a integrar o trascender la dualidad y comprender que realmente no existe un adentro y un afuera, ni un arriba y un abajo, ni una separación real entre el individuo y el colectivo, sino que todo está adentro y que realmente no hay división.

 

Evidentemente que para llegar al nivel UNO del PRYSMA no es necesario haber pasado por todos los anteriores. Existen personas que simplemente se sitúan automáticamente en esa comprensión y vivencia de la Unidad sin haber “entendido”, vivenciado e incluso sin siquiera haber escuchado hablar de tal nivel de detalle.

 

Yo lo transmito así pues es lo que recibí, y a muchas personas les ha servido para ordenarse y para comprender que todo es Propósito, pero cada persona elegirá cómo transitar hasta ahí.

 

En la punta de la pirámide se encuentra el Sentido superior de la vida o Propósito mayor: el Propósito Yo Soy, el cual se refiere a recordar el verdadero Yo (la verdadera identidad) y vivir desde ahí, sabiendo que somos Uno y por tanto vivimos en consciencia de Unidad o Oneness.

 

Somos seres totales que vivimos fragmentados y recuperar esa totalidad es nuestra responsabilidad y Propósito ulterior.

Sé que ya lo dijimos, pero como el ser humano aprende por repetición, hay varios aspectos que estoy repitiendo varias veces pues me parecen importantes, como el hecho de que parte del Propósito es Ser tú misma, no lo que crees que eres sino tu verdadero Tú. Esto es, recordar quién eres realmente,  recordar tu esencia. Es por eso que uno de los entrenamientos que doy se llama “Be Yourself”, porque lo considero un pilar fundamental, pues es una invitación a desarrollar la maestría de conocerte a ti misma, y al Universo a través de ti.

Quiero dejar en claro, que en muchos de estos aspectos del Propósito estamos hablando de tu aspecto humano, no de tu Ser Trascendental (el cual no requiere ningún tipo de esfuerzo), entendiendo que el respirar, los esfuerzos, las prácticas no son para el Ser sino para la mente, para la personalidad, para el aspecto humano que ha olvidado que también es Uno con el Espíritu.

Se dice que hace miles de años atrás, en Tíbet, cuando un niño cumplía 4 años, el chamán o sacerdote de la Tribu le realizaba un perfil completo para determinar a qué venía ese ser a esta vida. Si el pequeño venía a ser líder, se le enviaba directamente a formarse como líder, si venía a ser agricultor, se le mandaba directamente a trabajar la tierra, etc. Pero esta valiosa forma de comenzar la vida se perdió con el paso del tiempo, y con ello, el sentido que la vida solía tener para muchos.

Hoy estamos recuperando poco a poco esa búsqueda de vivir con propósito. Vamos descubriendo nuevas cosas cada día. Ahora sabemos que tus dones y talentos, tus capacidades innatas, tus regalos divinos, tu forma de ser, tu mundo emocional, tu biografía, todo lo que se te da fácilmente, tus gustos, tus pasiones, incluso tus grandes dolores, están íntimamente relacionados con tu Propósito de Vida.

Podemos decir -por tanto- que tu Propósito mayor es Ser Tú Misma. Cuando eres tú misma ya estás conectando con la Unidad que somos. Pero no lo que crees que eres, sino lo que verdaderamente eres. Para ello, deberás limpiar las malezas de la ilusión, despejar falsas creencias sobre ti misma y verte con los ojos del Alma, mirar tu esencia, conectar con tu Ser Superior, abrir tu corazón y sentir y descubrir quién eres realmente, SER lo que realmente ERES es tu verdadero Propósito. ¿Cómo lograrlo? Simple: conócete a ti misma, pero de verdad. Cuando te conozcas, te amarás tanto que no tendrás otro camino más que ser tú misma y vivir tu Propósito alineada con el Plan de tu Alma. Créeme: no querrás otra cosa que Ser Tú misma.

Recuerdo una reunión que tuvimos con Neale Donald Walsch hace un par de años cuando vino a Chile, donde estábamos hablando de las vías posibles para transitar hacia una vida y un mundo más orgánico y más feliz.

De todo lo que hablamos ese día, hay dos cosas que me parecen fundamentales entender e incorporar en el camino del Propósito:

1) Si todos recordáramos quiénes somos, no permitiríamos que muera un solo niño de hambre en el mundo.

2) No podemos “avanzar” si seguimos tratando de resolver los problemas en el mismo nivel de consciencia donde se originan.

3) Debemos ser la fuente (el origen) de aquello que deseamos para nuestras vidas. Si deseamos amor, debemos dar amor. Si deseamos paz, debemos ser fuente de paz para otros. Si deseamos abundancia, debemos ser fuente de abundancia para otros.

La Felicidad es nuestra esencia, estamos hechos de ella, estamos hechos de amor, y por tanto no podemos buscar afuera ni la felicidad ni el amor, no se puede “conseguir” porque ya la tenemos, porque ya lo somos… más bien debemos conectarnos con esa esencia, viajando a las profundidades del Ser. La Felicidad no es una meta sino la actitud con que decidimos viajar por la vida.

“El propósito de la vida es estar en Paz, amar a todos los seres, y saber quién eres. Conócete a ti mismo y lo sabrás todo”. ~ Papaji

 

En la parte basal de la pirámide del Propósito está el aspecto laboral y vocacional, que corresponde a un aspecto individual de cada persona y tiene que ver –en parte- con el famoso Ikigai japonés que vamos a realizar en el capítulo de ejercicios prácticos.

 

Es importante destacar que siempre vas a sentir un llamado interno a realizarte en una o más áreas con las que sientes afinidad. Es normal haber estudiado algo oficialmente relacionado con esa afinidad, haber realizado un postgrado de especialización o al menos haber profundizado tus conocimientos de esa área ¿Qué área? Normalmente la misma que intuyes, la misma en la que eres bastante buena, la misma que te apasiona… pero sobretodo aquella que tú quieres. Normalmente vas a tener abundante bibliografía sobre esas áreas en tu casa. Te invito a descubrirlo a continuación:

EJERCICIO: Tu estantería de libros

Levántate y dirígete a tu estantería de libros. Tómate algunos minutos para leer los títulos, no algunos, todos, permitiendo que aparezcan recuerdos y emociones mientras lo vas haciendo, y observa tu cuerpo, observa tu mente mientras vas leyendo esos títulos.

¿Qué ideas acuden a ti? ¿Qué sensaciones físicas? ¿Qué emociones? ¿Qué recuerdos y asociaciones? En los libros que hay en tu librero normalmente vas a encontrar un patrón, una temática que se repite, una búsqueda. Observarás que tus libros siguen una misma línea y que no se salen mucho de ahí (o no debería al menos). Encontrarás una tendencia levemente marcada en algunos casos y muy marcada en otros. (Personalmente en mi estante no tengo ningún libro que no sea sobre magia, sobre el universo, sobre terapias y espiritualidad).

Si no tienes libros no pasa nada, hay personas a las que no les gusta demasiado la lectura. Pero seguro recuerdan más de un libro que les ha gustado de los que han leído en su vida. Incluso puede ser alguna lectura obligatoria del colegio que los marcó. Hay personas que se sienten atraídas hacia ciertos títulos cuando pasan frente a la vitrina de una Librería, aunque no lleguen a comprarlos. Si eres de esas personas, te invito a tomar tu cuaderno y anotar los títulos que recuerdes. Para efectos del ejercicio, te servirá de igual manera.

Si encontraste suficientes libros en tu estantería, abre también tu cuaderno y anota las temáticas que se repiten con mayor frecuencia. Ahora anota tus libros favoritos de la vida: los que te marcaron, los que quisiste leer una y otra vez, los que te invitaron a entrar profundamente en sus personajes y a vivirlos tan vívidamente como si hubieras sido uno de ellos.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Luego tómate un momento para reflexionar conectándote nuevamente con las sensaciones que tuviste al reconectar con esos libros, anota lo que te evocan, qué es lo que más te gusta de ellos, qué es lo que te conmueve y emociona de ellos, las ideas que te provocan, las emociones y los sueños con que te conectan esos temas y títulos.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Luego cierra los ojos y durante un par de minutos reflexiona sobre los personajes que más te marcaron de esos libros, sobre los momentos de esas historias que te emocionaron y dedícate a fantasear, a imaginar, en cuál de esos libros te gustaría meterte y participar, qué personaje te gustaría ser, qué aventuras te gustaría correr. Echa a volar a tu imaginación y cuando ya tengas una imagen clara de quién serías en esos libros, anótala y escribe un par de líneas reflexionando qué tienen que ver contigo y con tu esencia esas imágenes que vinieron a ti durante el ejercicio.

Aquí no hay correcto ni incorrecto. La idea es que hagas la visualización y que te permita hacer consciente un aspecto de ti que no conocías conscientemente, o que al menos era difuso. Cuando ya tengas un personaje, una idea, una visión o incluso un sueño, la vas a “aterrizar” al papel para que no lo olvides.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Te pongo un ejemplo:

Tuve una alumna que cuando hizo este ejercicio durante una clase, anotó que su libro favorito de la vida había sido “Cien años de soledad”, un libro de carácter obligatorio en su época colegial que había disfrutado muchísimo. Como no lograba entender qué tenía eso que ver con ella y su propósito, le pregunté qué fue lo que la emocionó de ese libro y específicamente qué parte del libro le había gustado más. Intentaré reproducir el diálogo que sostuvimos:

Andrea: ¿Qué pasaba contigo mientras leías esas páginas?
Bárbara: No sabría decirte bien, había infinitas historias en Macondo, ahí la vida era sólo magia, lograba abstraerme de esta realidad y vivir en un mundo totalmente mágico.
Andrea: ¿Y a qué te dedicas hoy?
Bárbara: Soy socióloga
Andrea: ¿Y te gusta tu trabajo?
Bárbara: Sí
Andrea: ¿Qué te toca hacer en él?
Bárbara: Me toca analizar muchos datos, es un ejercicio de abstracción permanente (zás! Justo ahí le cayó la teja, se le iluminaron los ojos y se emocionó).

¿Qué sucedió en ese momento con Bárbara? En su interior encontró un puente entre dos cosas que aparentemente no tenían nada que ver entre sí. Descubrió un nexo entre el ejercicio de abstracción permanente al que la llevaba su libro favorito y su trabajo actual. Me explicó que la capacidad de abstracción que su trabajo requiere no es necesariamente algo fácil para todas las personas, mucho menos en ese nivel, y por tanto entendió que no sólo ese libro sino muchos otros, contribuyeron profundamente con el desarrollo de sus talentos y de las capacidades que requeriría en el futuro para el desarrollo de su profesión.

Por supuesto que te he dejado aquí un ejemplo de los difíciles. En otros casos, como el mío, la asociación fue inmediata. Te lo cuento por si te sirve: dentro de mis libros favoritos de la vida cuentan “Las Crónicas de Narnia”, son 7 libros que relatan las aventuras que suceden en una tierra de fantasía y magia donde los animales hablan y hay criaturas mitológicas que se ven envueltas en la eterna lucha entre el bien y el mal ¿Mi personaje favorito? Aslan, el león.

Vamos a analizarlo a la luz de mi Propósito: Sin duda alguna que lo primero que me llamó la atención fue el paso o tránsito de esta realidad de tercera dimensión (o Matrix) hacia un mundo mágico. Recuerdo que cuando tenía 12 años, en los días de lluvia me paraba bajo un farol que había en el patio de mi casa, esperando que apareciera el Fauno y me invitara a su casa en Narnia.

Esto es lo mismo que fui haciendo con mi vida con el paso de los años: primero encontré las puertas que me llevaron hacia el mundo de la magia, de lo onírico, de las terapias y la espiritualidad. Una vez ahí, me dediqué a tratar de resolver esa eterna lucha entre “el bien y el mal”. Esto no tiene que ver sólo con mi Propósito laboral sino también con mi Propósito de vida completo, y es por ello que cuando llegó “Un Curso de Milagros” a mi vida, así como la no dualidad, supe que ese sí era el camino que estaba buscando, el que me daría los recursos necesarios para ponerle fin al eterno juego de la guerra de las galaxias donde nos abanderamos con alguno de los bandos para mantener la lucha.

Hoy por hoy, mi querida amiga, te invito a ti, y día a día invito a todas las personas con que me topo en el camino, a dejar esa lucha, a dejar de creernos guerreras, de luz o de lo que sea, a dejar de luchar por nuestros sueños y más bien abrirnos a recibirlos fácil y gozosamente. A dejar la batalla infinita entre el bien y el mal, y recorrer el camino del medio, el camino del Tao, el camino de la Unidad, donde todos volvemos a ser Uno, pero de verdad.

Mi trabajo actual es precisamente ese, es la misma trama de las Crónicas de Narnia… y cada vez que lo pienso, me emociona observar cómo de una u otra manera nos la arreglamos para vivir en carne propia algunas de nuestras “fantasías” de niños. Digo “fantasía” entre comillas, porque más bien es una realidad, realidad que a contar de ahora la llamaremos “flecha”: una flecha que nos indica -a veces más, a veces menos- hacia dónde va nuestro tren de la vida.

Retomando la idea previa a los ejemplos, diremos que el propósito laboral de cualquier persona tendría que ser muy “cabrón” si fuera -por ejemplo- la ingeniería, y la persona no tuviera ni siquiera afinidad con los números y el cálculo. O si tu propósito laboral fuera ser médico y no soportaras ver sangre o enfermos. Lo que se alinea con tu Propósito, es algo que te nace, te fluye y eres buena en eso. Es algo que tú has venido desarrollando naturalmente desde que eras pequeña, y toda tu biografía te ha ido empujando hacia allá. Puedes terminar -y de hecho le pasa a mucha gente- trabajando en algo muy diferente a lo que estudiaste, pero incluso si cambias de carrera podemos decir que en todos los casos aquello que estudiaron de una u otra manera apoya su propósito laboral. Sí, también me incluyo en este grupo, porque estudié periodismo y me he dedicado a ser terapeuta y profesora, pero mi profesión apoya y complementa el modo, la forma del trabajo y la labor que realizo actualmente.

Hay personas que estudiaron ingeniería informática y terminan desarrollándose laboralmente en el mundo del desarrollo personal y de la espiritualidad, y lo que termina sucediendo es que terminan apoyando la parte más científica para llegar a personas que necesitan que se les hable con un lenguaje más “aterrizado” para conectar con estas claves fundamentales de su felicidad, tanto en la familia como en el trabajo… el famoso Happiness Management.

Si bien hay algunas tribus que continúan conectando con la misión de la persona al momento de su nacimiento, lo normal es que esto no suceda a nivel macro y que no sea hasta avanzada edad, que las personas se cuestionan realmente sobre las preguntas que se han hecho todos los grandes filósofos de la historia: “Para qué estoy aquí, quién soy, para dónde voy, de dónde vengo”.

Esta pregunta puede venir incluso después de los 40 años, momento en que la persona decide hacer una reformulación o dar un salto en su vida, ya sea porque lo decide o porque la vida lo empuja y obliga a hacerlo.

Siguientes niveles del Propósito

Vamos ahora al segundo peldaño en esta pirámide de Propósito: el nivel del Propósito del cuerpo, lo material, la mente y  las emociones. Aquí vamos a ver que no hay nada de malo contigo y que nunca lo ha habido, que todos los modos y los funcionamientos que has tenido hasta ahora han estado sirviendo a tu Propósito, incluso esas formas no tan gratas que puede ser que resistas hasta el día de hoy,  pero que sin duda te están invitando a ser consciente de que están ahí, y de “para qué” están ahí.

Vamos a decir que incluso si tú consideras que tu mente es demasiado estructurada o demasiado compleja, eso sirve a tu Propósito de alguna manera (partiendo por la oportunidad de auto-observarte y auto-conocerte desde los aspectos de tu personalidad). Esas estructuras y personajes tienen un sentido donde se remansa, y parte de ese sentido es que los trasciendas, te dejes de identificar con ellos y sepas que la mente puede estar ahí hablando todo el día… pero tú no eres eso. Es una invitación a no identificarte con la mente para que te ocupes de los asuntos del Ser, a dejar a la mente que haga lo suyo porque tú no eres eso, ni tus pensamientos ni tus emociones, emociones que a su vez tienen un propósito también. Veamos:

Cuando dices “Es que yo soy demasiado sensible, no me gusta ser así” o “Soy demasiado intensa” o “Soy demasiado ansiosa”, tenemos que entender que eso también tiene un propósito y un mensaje para ti. Lo primero, es que esa sensibilidad, esa intensidad o la emoción que sea, está apoyando tu Propósito sí o sí (una hipersensibilidad puede ser un tremendo apoyo para cualquier artista, terapeuta, persona que trabaja al servicio del mundo, etc). Por otro lado, y en segundo lugar, diremos que esta emocionalidad tiene un segundo propósito (o quizás primero) y es que te conviertas en maestra de tus emociones, que las uses para conocerte. Sí, porque cuando aprendes a sentir lo que sientes honestamente y no te identificas con ello, puedes incluso decodificar el mensaje que cada cosa de tu vida que te incomoda tiene para ti, puedes optar a transformarlo y convertirlo en potencial ilimitado al servicio de tu Propósito.

“Sé honesto y siente miedo cuando lo sientas, pero hazlo conscientemente porque de ese modo aprenderás a sentirlo y no te gobernará más” Sergi Torres

En el siguiente nivel de la Pirámide vamos a encontrarnos con la Planificación prenatal y Propósito del Alma, que tiene que ver con lo que relata magistralmente Robert Schwartz en su libro “El plan de tu Alma”, donde explica cómo el Alma elige antes de nacer a sus padres y a su familia de origen para recibir de ellos ciertos patrones, genética y características que van a acompañar su propósito, así como también la elección de las experiencias de su vida (muchas de ellas dolorosas) que le van a permitir recordar, o en palabras del mismo Schwartz, “desarrollar por contraste las llamadas virtudes divinas”.

Dentro de las virtudes divinas encontramos la empatía, la paciencia, el coraje, la auto valoración, el perdón, la paciencia, entre otras, que son virtudes que se desarrollan cuando experimentamos ciertas vivencias dolorosas.

¿Por qué? Porque -por ejemplo- una persona que viene a experimentar el perdón, a la luz de esta mirada, se va a poner de acuerdo con otra alma para vivir una experiencia donde esa persona la va a “traicionar” en algún momento, de modo que ella pueda estar en situación de “tener que perdonar”, cosa que no habría sucedido sin esa “traición”. Podríamos comenzar entonces a hipotetizar sobre cómo las grandes heridas de nuestra vida se pueden convertir en nuestras más grandes maestrías y bendiciones.

Puedes estar de acuerdo o no, sin embargo, te sugiero revisarlo pues ofrece por lo menos un interesante punto de vista sobre la planificación del alma antes de nacer y del cómo podemos transformar las crisis en oportunidades basándonos en las virtudes y maestrías que desarrollamos a partir de las experiencias dolorosas.

Si permites estos nuevos puntos de vista, lo que podría suceder es que se te armen partes del puzle que estaban desordenadas o desencajadas, que empieces a mirar la vida con otros ojos y te expandas aún más (aunque siempre nos estamos expandiendo). De alguna manera u otra, este nuevo prisma nos lleva en alguna parte de este Viaje de Propósito a dejar de mirarnos el ombligo de manera egoica y empezar a mirar con amor y compasión todo lo que hay en nuestra vida y nos da pie para “amar lo que es” como bien dice Katie Byron, o enamorarnos del lugar en el que estamos, como dice Jeff Foster.

Pasamos al siguiente peldaño, a la siguiente parte de esta pirámide que ya deja de ser el aspecto individual y comienza a ser el colectivo: tenemos un propósito familiar, un propósito como grupos de amigos, de habitantes de una ciudad, de un país, de un continente y de un mismo planeta.

Hay grupos de almas que han decidido venir todas juntas a tener una experiencia en común, y desde ese espacio de comprensión podríamos decir que no es casualidad ni una “injusticia divina” el tener la mamá que tuve o este papá o esta hermana, sino que eso sucedió con un Propósito que tiene diferentes niveles de profundidad o invitaciones:

  • Que te auto-observes a través de esa experiencia, que te conozcas y que conozcas el Universo entero a través de ti, que te ames tal cual eres, porque aprendiste a aceptarlo, a integrarlo e incluso a agradecer aquello que dolió.
  • Que aprendas a sentir lo que sientes y te conviertas en Maestra de tu vida y maestra del momento presente.
  • Que esa herida se constituya en una pieza fundamental del puzle de tu vida, en una flecha que te muestra un camino a seguir. Que esa herida, ese patrón “heredado” tan doloroso te lleve a desarrollar tu propia maestría en esa área de la vida. Por ejemplo, hay muchas personas que han planificado eventos muy dolorosos en su vida que luego los han llevado a convertirse en terapeutas, en viajeros, en exploradores del Alma o del universo, en artistas, ¡o en lo que sea! pero que finalmente los llevó a ser tremendamente felices y auto realizarse.

Sin ir más lejos -y como ya te conté en el capítulo dos- yo misma, gracias a todas las experiencias dolorosas de mi vida, pude llegar a encontrarme, o al menos a estar en el camino de lograrlo. Claro, porque sería tremendamente arrogante de mi parte decir que ya me encontré del todo. Pero sí puedo decir que si me miro respecto de la niña que fui alguna vez, he dado pasos importantes hacia mi felicidad y Propósito.

Fue tan desesperada mi búsqueda para salir de ahí, de mi soledad, de mi rabia, de mis miedos, de mi desesperanza y de lo que yo solía llamar “desamor”, que llegué a este camino de autoconocimiento, de amor, de felicidad, de paz y de sentido. Casi por contraste podríamos decir. Y por supuesto que no todo siempre es de color de rosas, pero sí puedo asegurarte que cada vez que aparece un problema o una espina tengo más recursos para seguir eligiendo ser feliz, sí, incluso más allá de las circunstancias.

Creo firmemente que sin todo ese dolor tan profundo -que muchas veces fue sufrimiento- no estaría aquí hoy, ni estaría al servicio de la manera en que lo estoy. Creo que los problemas son nuestros mayores impulsores o trampolines hacia la vida de nuestros sueños. Así de simple.

Entonces, recapitulando, tenemos este propósito colectivo álmico con la familia y con los amigos, con las personas con las que compartimos la ciudad donde vivimos, el país, el continente y si seguimos avanzando, nos encontramos también con un propósito mayor aún y multidimensional, y que abarca todos los anteriores: la Consciencia de Unidad.

Oneness

Luego de haber hecho un recorrido por niveles individuales y colectivos, llegamos con gloria y majestad, con bombos y platillos, al nivel Uno del propósito: el nivel que engloba y contiene a todos los demás. Se trata del “sentido superior de la vida”, esto es, el nivel de la Consciencia de Unidad o “Oneness” como ya dijimos.

El nivel donde, en nuestra conexión profunda con nuestra verdadera identidad, nos unimos al otro y recordamos finalmente que somos Uno, pero de verdad, no solamente en los buenos tiempos, no solamente cuando estamos meditando en la punta del cerro, no solamente cuando estamos en un taller de ángeles, sino siempre: en los tiempos de adversidad, en los tiempos de crisis, en los tiempos de furia y en los tiempos actuales.

Y sí, eso incluye a los que nos caen bien y a los que nos caen mal, a los que juzgamos y a los que no, a los que queremos tener cerca y a los que queremos tener lejos. Porque “esos otros” que percibimos como separados de nosotras, están contenidos en nuestra consciencia, y por tanto, están dentro de nosotras.

Al ser consciente de esto, puedes comenzar a ser creadora de la realidad que estás viendo, o que en realidad más bien estás percibiendo. Y en este punto quiero invitarte a conocer “Un curso de Milagros”, un libro muy profundo y hermoso que fue canalizado entre 1965 y 1972 por personas que no tenían nada que ver con el “mundo espiritual” y que constituye un camino de regreso al presente, de regreso a la unidad y a la paz que provoca el cambio en la percepción. Este curso es una de las tantas vías del corazón, del amor, de regreso a casa, a nosotros mismos, al amor que somos y que siempre hemos sido. Por supuesto que hay más, tan válidas como cualquier otra, porque sí, es verdad que todos los caminos llevan a Roma.

Un Curso de Milagros señala que le hemos dado a lo que vemos todo el significado que tiene para nosotros, que lo que vemos por sí mismo no significa nada, sino que su significado depende del significado que nosotros le damos. De esta manera tú puedes tomar un lápiz y ver un lápiz, pero un bebé no verá un lápiz sino que verá un mordedor, una persona que nunca ha estado expuesto a la tecnología verá un palito extraño, un escritor verá el medio por el cual realiza su misión y un vendedor verá una oportunidad de vender. ¿Por qué nunca entendemos nada de lo que vemos y no tenemos una percepción real de lo que ES? Porque siempre estamos viendo el pasado de aquello que vemos, es decir, no vemos las cosas como son en el presente, porque nuestros pensamientos están absorbidos en el pasado.

Su enseñanza puede extenderse a todas las tradiciones espirituales, habiendo también “derivados” con enfoques y lenguaje mucho más neutros, pero que nos llevan hacia el mismo camino de paz, amor, consciencia, unidad y cambio de percepción. Entre ellos, recomiendo muchísimo “Un puente a la realidad” de Sergi Torres.

En sus primeros ejercicios prácticos, el Curso plantea que en realidad nadie ve nada porque lo único que ve son sus propios pensamientos proyectados afuera y que la mente no puede captar el presente, que es el único tiempo que hay, a no ser que sea entrenada.

Cuando trabajamos o profundizamos en esta línea de autoconocimiento y reseteo de creencias, vamos limpiando las ilusiones y vamos haciéndonos conscientes de quién somos verdaderamente. Al hacerlo se activa el Propósito Yo Soy dentro de nosotros, en conexión con nuestra esencia, nuestra verdadera identidad y la misión que como individuos venimos a plasmar en este tiempo – espacio.

De esta manera y resumiendo, vuelvo a insistir que todo es Propósito. No hay nada que no esté al servicio del propósito y no hay nada que no sea propósito. El Propósito eres Tú, el propósito es amor y tú eres amor.

Sobre el Amor

Respecto del amor, aprovechemos el final de este capítulo para derribar dos mitos: Uno, el amor no se aprende, no, porque no puedes aprender algo que ya eres y que siempre has sido. Dos: no hay nada malo contigo y nunca lo hubo. Tener la creencia de que hay algo malo contigo te limita, te des-empodera, te hace sentir miedo y dudar. Si hay algo que necesitamos como especie es recuperar nuestro poder personal, nuestro poder creador. Ese que has tenido a flor de piel en los momentos de mayor satisfacción de tu vida, esos momentos en que simplemente estás siendo tú misma y te sientes invencible e imparable.

Nuestros problemas y nuestras sombras están asociados al subconsciente, y está bien atenderlos e integrarlos. Lo que no está bien es quedarse pegados ahí por demasiado tiempo alimentándolos. Si pones el foco en tu en tu Ser y en el amor-consciencia que eres, te empiezas a desentrampar de las trampas del subconsciente, valga la redundancia. Cuando pones tu foco en tu esencia, en tu poder, te das cuenta que no hay nada malo contigo y que lo que has percibido como “erróneo”, era sólo eso, un error de percepción. Que nadie te quite tu poder, que nadie te corte tus alas. Estás aquí para ser tú misma y regalarle al mundo tus dones únicos. Se acabaron los tiempos de los maestros de “allá afuera”: son tiempos de automaestría, de maestría interior, de maestría personal.

Si tienes alguna duda, activa tu buscador interno, tu google interno y pregúntale a tu ser superior, a tu corazón, a tu alma. No hay nada malo ahí. Confía… en TI. No hay nada malo contigo. Escúchate. Conócete. Sé tú misma. Ama. Goza. Baila. Sonríe… ahora toca el camino del Placer.

¿Por qué? Porque es hora de recordar que vienes a ser feliz siendo tú misma: esa es tu mayor maestría: ser tú misma, no quien crees que eres sino tu verdadero Ser. Por eso la importancia de la autoindagación y de la capacidad que desarrolla el ser humano para auto observarse en todo momento, especialmente en tiempos de crisis o en tiempos de desacuerdo. Porque si tú y yo -como bien dice Sergi Torres- estamos en desacuerdo, pero ambas usamos ese desacuerdo para auto observarnos, entonces las dos estamos unidas en un mismo gesto y esa es la Unidad donde nos podemos encontrar y acceder a nuestra verdad.

Capítulo IV: Ejercicios

“Eres responsable ante el Universo de ser aquello para lo que naciste” (Lobo Negro)

Vamos a dedicar este capítulo casi completo a realizar ejercicios adicionales a los que ya hemos hecho, y que nos permitan adquirir mayor información y claridad sobre nuestro Propósito. Recordemos que la información que obtenemos en cada ejercicio normalmente nos va a entregar información que concierne a varios niveles de propósito, y no sólo a uno.

Recuerda que estamos buscando conectar con aquello que te hace única. Algunas personas lo llaman “el diferencial”, sello personal o marca personal, y tiene todo que ver con encontrarte a ti misma, conocerte, recuperar tu poder para auto realizarte y para ser tú misma. Si sabes quién eres, tu diferencial será evidente. No necesitarás ni siquiera buscarlo. Cuando descubres la huella única de tu alma, cambian tus modelos mentales.

Quién eres y quién quieres ser

Hablemos de ti. Una cosa es lo que crees que eres y lo que has sido hasta hoy. Y otra cosa es quien podrías ser si desarrollas todo tu potencial. La otra cosa es quién quieres ser.

El camino se trata de descubrir quién eres pero además de elegir
determinantemente quién quieres ser.

Los aspectos que aparecen durante los ejercicios de autoindagación, así como también los que aparecen como resultado de tus datos de nacimiento, se manifestarán a lo largo de tu vida, en algunos casos como etapas específicas, y en otros casos como algo permanente que va evolucionando, es decir, es tu misma esencia que se va expresando de diferentes formas, pues –como ya hemos dicho- el Propósito de la Vida es algo vivo y dinámico, que se va transformando contigo a medida que creces, aprendes y sobre todo a medida que te das cuenta de que TÚ eres la creadora de tu vida y de tu destino, que la vida además de ser un proceso de descubrimiento, es un proceso de creación y que además de descubrirte a ti misma, debes crearte a ti misma según tus propias elecciones y deseos.

Podría homologarse con el modo en que funcionan los panales de abejas, donde cada una cumple distintas funciones o roles a lo largo de su vida, dependiendo de su edad.

Recuerda que todo lo que eres y traes, tiene que ver con tu Propósito. Todas tus respuestas y todo lo que sepas conscientemente sobre ti misma te irá ayudando a conocerte más y a descifrar tu Propósito en sus diferentes aspectos, no sólo en el nivel vocacional-laboral.

Todas tus historias de vida, tus relaciones, tus logros y tus caídas, han ido forjando a la persona que eres hoy, han ido entregándote las pistas y delineando tu Propósito. Cuando lo decodificas o lo miras a la luz del Propósito, te das cuenta que las respuestas siempre han estado ahí. Te das cuenta de que la vida, la inteligencia superior, Dios o como lo quieras llamar, tiene un plan para ti. Ese plan está dentro tuyo y por eso debes viajar hacia el interior a buscarlo y a encontrar las respuestas más puras ahí, en conexión con tu alma.

Aprender a estar contigo -en silencio interior- te traerá las mejores
respuestas y los mejores regalos de la vida.

Vamos a comenzar esta parte contestando algunas preguntas sobre tu infancia. Cabe señalar que cuando somos niñas y niños estamos muchísimo más conectadas con nuestra esencia, tenemos menos programaciones y creencias limitantes sobre la vida y lo que “debe ser”. Por tanto generalmente encontraremos información bastante interesante en estos análisis, incluso si fue una infancia difícil, ya que los niños tienden a abstraerse de eso y procesarlo a través del juego. También podemos encontrar niños que se refugian de sus problemas en la televisión o en ciertos libros, y aun así obtendremos información sobre su Propósito basados en sus programas, libros y juegos favoritos.

Si no recuerdas algún aspecto de tu infancia puedes consultar con algún familiar o amigo. Pero si nadie recuerda no te preocupes, cierra los ojos, imagina que hoy eres una niña y le haces aquí y ahora las preguntas. Puedes realizar este ejercicio directamente aquí en el libro o ir a descargar la planilla digital para hacerlo en tu computador. Si eliges esta opción, puedes descargar el archivo desde el material complementario en la siguiente URL: http://andreaburon.cl/libro

Veamos un ejemplo primero:

 

– Pregunta: ¿Cuáles eran tus juegos favoritos de infancia?

– Respuesta: Jugar a la escuelita, cantar, bailar, cuidar los gatitos de la calle, vender jugo en vasos desechables a los oficinistas que regresaban a sus casas a las 6 de la tarde (yo me imaginaba que tenían sed al volver del trabajo así que buscaba satisfacer una necesidad). Dicen que también vendía otras cosas pero yo sólo recuerdo los jugos.

– Pregunta: ¿Qué crees que tienen que ver esos juegos de infancia con tu propósito?

– Respuesta: ¡La verdad es que todo! Mi ocupación actual es una mezcla de mis juegos de infancia: Hago clases y escribo (escuelita) sobre el Propósito de vida, cuyo eje principal es el servicio (cuidar a otro) y yo misma me encargo del proceso de venta de mis servicios. La danza y el canto son combustible en mi vida cotidiana, y de hecho dentro de mi Método está el I-Dance (un tipo de mindful dance para conectar con tu esencia desde el movimiento libre).

 

Ahora, ¡vamos con tus respuestas! Por favor tómate un tiempo para hacer bien estos ejercicios, si los haces a la rápida no podrás obtener un resultado óptimo.

 

En la primera línea (número 1) vas a responder lo que se pregunta, y en la segunda y tercera  (número 2) vas a escribir el primer pensamiento que tengas sobre qué tiene que ver tu respuesta con tu Propósito. Lo primero que se te ocurra está bien.

El tipo de preguntas que veremos a continuación han sido formuladas con un objetivo específico: lo que buscamos aquí son patrones, por tanto respuestas que conduzcan a eventos únicos en la vida, no necesariamente nos llevarán a encontrarlos.

¿Cuáles eran tus juegos favoritos de infancia?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué soñabas ser y hacer cuando fueras “grande”?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

¿Qué creían los demás que ibas a hacer cuando grande?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Cuáles eran tus monitos animados favoritos en la infancia? ¿Qué era lo que te llamaba la atención de ellos?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Cuál es tu libro/s favorito/s de la infancia?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Cuál era tu película/s y/o serie/s favorita/s?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué coleccionabas cuando niña? ¿Qué te producía hacerlo?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Cuáles eran tus hobbies y pasatiempos favoritos?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué actividades realizabas de manera casi obsesiva en esa época?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué cosas te impresionaban y alucinaban cuando eras niña?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué otras cosas recuerdas de tu infancia que puedan entregarte información relevante sobre tu Propósito?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Ahora lee todas tus respuestas de una sola vez y anota tus reflexiones y conclusiones. Agrega lo que consideres relevante y que no haya aparecido en las preguntas. Luego busca UNA sola palabra o concepto que resuma tus conclusiones. Anótala y subráyala.

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Vamos ahora con Preguntas para tu “yo” del presente. Esto incluye adolescencia y adultez, pero si es demasiada la información, puedes realizarlo en ítems separados en la planilla digital de la sección recursos complementarios de mi página web.

Es necesario que sigas contestando en el formato anterior, es decir, en la primera línea vas a responder lo que se pregunta, y en la segunda y tercera  vas a escribir el primer pensamiento que tengas sobre qué tiene que ver tu respuesta con tu Propósito.

Música
¿Cuál es tu canción favorita de la vida? Debes escuchar la letra muy a consciencia hasta descubrir en qué párrafo está la frase que más tiene sentido o un mensaje para ti.

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué canción/es te emocionan y encienden por dentro? (No tiene por qué ser tu canción favorita, por eso van en secciones diferentes)

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Si tu vida fuera una canción que ya existe, ¿cuál sería?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

Libros
¿Cuál es tu libro/s favorito/s de la vida?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué libros te emocionan y encienden por dentro? (No tiene por qué ser tu libro favorito, por eso van en secciones diferentes)

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

Si tu vida fuera un libro, ¿cómo se llamaría?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Películas

¿Cuál es tu película/s favorita/s?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Cuál es aquella película que cada vez que miras te deja inspirada y/o llena de esperanza? (No tiene por qué ser tu película favorita, por eso van en secciones diferentes)

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

Si tu vida fuera una película que ya existe, ¿cuál sería?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Series
¿Cuál es tu serie/s favorita/s?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Cuál es aquella serie que cada vez que miras te deja inspirada y/o llena de esperanza? (No tiene por qué ser tu serie favorita, por eso van en secciones diferentes)

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

Si tu vida fuera una serie que ya existe, ¿cuál sería?

  1. ______________________________________________________________________________
    2. ______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Personajes
¿Cuál es el personaje (puede ser más de uno) de la historia que más admiras y te inspira?

______________________________________________________________________________

¿Qué tiene que ver esa/s persona/s con tu Propósito y con quién eres?

______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

Historias

¿Qué historias, cuentos, frases motivaciones, leyendas o filosofías te inspiran? (A mí personalmente todas las que he compartido contigo en este libro, son mis comodines en todo tipo de situación)

______________________________________________________________________________

¿Qué tiene que ver esas historias con tu Propósito y con quién eres?

______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

Ahora lee todas las respuestas de esta sección de una sola vez y anota tus reflexiones y conclusiones. Agrega lo que consideres relevante y que no haya aparecido en las preguntas. Luego busca UNA sola palabra o concepto que resuma tus conclusiones. Anótala y subráyala.

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

A contar de ahora tus respuestas ya no necesitan que agregues la línea 2 (el primer pensamiento que tengas sobre qué tiene que ver tu respuesta con tu Propósito). Sin embargo puedes realizarlo de todos modos para dejarlo por escrito de manera clara y acotada. También puedes hacer el ejercicio en la planilla digital si lo prefieres.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué te llena de profunda satisfacción?
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cuáles han sido los mejores momentos de tu vida?
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cuál sería el mejor consejo que le darías a tu yo más joven?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué harías por el resto de tu vida aunque no te pagaran?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

 

¿Qué es lo verdaderamente importante para ti?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué es lo que más te apasiona?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cuáles son los sueños que te han acompañado toda la vida y a los cuales nunca has renunciado?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué valores no estarías dispuesta a tranzar por ningún motivo en un trabajo?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Elige una palabra que te describe mejor que cualquier otra.

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué práctica o hábito te es más útil para desestresarte?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué cosa quieres atraer MÁS a tu vida en este momento?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Si pudieras darle al mundo un regalo, ¿cuál sería?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cuál es tu súper poder? Si te fueran a dar un premio Nobel hoy, ¿por qué sería? (Puedes inventar una categoría nueva para este ejercicio, sí: tu propio Nobel)

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cuál es tu mayor fortaleza y en qué momento de tu vida crees que la desarrollaste?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué te enciende los motores?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué tipo de actividades o situaciones a lo largo de tu vida te han hecho  exclamar “esto es lo mío!”?
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué es lo que más te inspira en la vida?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cómo te describe tu familia? (Debes tomarte un tiempo para pedirles que te respondan, puedes enviarles mails, whatsapps o llamarlos directamente si no vives con ellos)

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cómo te describen tus amigas/os? (Debes tomarte un tiempo para pedirles que te respondan, puedes enviarles mails, whatsapps o llamarlos directamente)

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Cuál es el más grande riesgo que has tomado en tu vida?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Si tienes hijos o planeas tener, ¿cuál sería el mejor consejo que les darías?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué aspectos de la vida, del mundo o de las personas es el que criticas más frecuentemente?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Respecto de la pregunta anterior, ¿qué soluciones aportarías en esos ámbitos? ¿Cómo sientes tú que se deberían hacer las cosas ahí?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué es lo que más te molesta del mundo en general?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Respecto de la pregunta anterior, ¿qué soluciones aportarías en ese ámbito? ¿Cómo sientes tú que se deberían hacer las cosas?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿En qué tipo de ambientes de gusta moverte?

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Lee todas las respuestas de esta sección de una sola vez y anota tus reflexiones y conclusiones. Agrega lo que consideres relevante y que no haya aparecido en las preguntas. Luego busca UNA sola palabra o concepto que resuma tus conclusiones. Anótala y subráyala.

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

¿Qué te gustaría hacer ahora que te has hecho consciente de que todo lo que eres y has sido tiene que ver con tu Propósito? ¿Qué harías distinto a contar de hoy en tu vida diaria y en tu trabajo?

______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

¿Qué más? ¿Qué podrías hacer si el dinero ni el miedo ni el tiempo fueran un problema?

______________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Ahora busca alguien de confianza que tenga buena disposición, buena capacidad analítica, visión de águila y tiempo. Dile que le vas a describir a una persona (que no sepa que eres tú), y que en base a lo que tú le digas, te tiene que dar sus impresiones de cómo se imagina a esa persona que estás describiéndole. Idealmente debe cerrar los ojos y sentarse mientras le relatas en forma de historia todas tus respuestas previas (comenzando en la infancia). Cuando hayas terminado pídele que te entregue la mayor cantidad de detalles de lo que imaginó a medida que ibas describiendo a “esa persona” (que eres tú misma, claro). Anota sus apreciaciones a continuación.

 

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Luego vas a tomar tus conclusiones y las palabras que dejaste subrayadas más las apreciaciones de la persona que te dio feedback y vas a construir una definición de ti misma, de tu identidad, de quién eres y de tu Propósito, basándote en toda esa información que acabas de recopilar.

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Para terminar con este gran ejercicio, desarrolla a continuación un plan de acción (si puedes una carta Gantt de tu Propósito mejor aún) lo más detallado posible con los pasos que seguirás para alinear tu vida con tu Propósito ¡Recuerda que sin acción no hay transformación! No te hagas trampa, si te dices a ti misma que lo harás en el futuro, vas a perder la motivación, el estado y energía de este momento, y pasará a tu lista de pendientes junto a quizás cuántas cosas. Si necesitas algo de motivación con este ítem, te aconsejo que leas libros y veas videos de Tony Robbins.

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Submodalidades
Las personas podemos ser visuales, auditivas o kinestésicas. Por supuesto que todos tenemos de todas un poco, pero hay una que va a ser predominante. Con un poco de auto observación e información podemos saber cuál es la nuestra. También existen muchos test online para ayudarnos a definirlo.

Mi profesor de PNL nos dio un tip fácil basado en cómo buscamos las llaves en la cartera. Las que para encontrar las llaves necesitamos mirar, somos visuales. Las que son kinestésicas meten la mano y las encuentran de inmediato, en tanto que las auditivas se dejan guía por el sonido que emiten al moverla. La verdad es que siempre me da risa, porque muchas veces he llegado a creer que las llaves no están en la cartera después de que mis manos la han recorrido literalmente de lado a lado, sin éxito. En ese punto es cuando decido abrirla y mirar,  y como siempre, lo primero que veo son las llaves, están ahí mismo, donde siempre, pero mis manos no pudieron encontrarlas. Definitivamente soy una persona predominantemente visual.

Aquí –y al igual que en todo- no hay ni bueno ni malo. No hay una submodalidad mejor que otra, sino que cada una sirve mejor al propósito de cada persona. Por ejemplo, las personas visuales normalmente realizan actividades que requieren de un talento visual innato: serán constructores, diseñadores gráficos, pintores, ingenieros, artistas visuales de diversa índole o cualquier actividad que requiera de las características innatas de las personas visuales: organizadas, prácticas, eficientes, impaciente, memoria visual, lógicas, estructuradas.

Por otro lado, las personas auditivas son lo que son porque también desde ese espacio se sostiene su Propósito. Normalmente son personas a quienes les puede ir muy bien en las distintas ramas de la música, así como también recepcionistas, psicólogas y cualquier actividad que requiera de personas que son buenas oyentes y poseen buena memoria auditiva. Por cierto que siempre habrá excepciones, como una persona sorda que se dedica a la música, pero convengamos que son justamente eso: excepciones.

Finalmente están las personas kinestésicas (cuyos sentidos más desarrollados son el olfato y el tacto). Se trata de personas creativas, sensibles, artistas, emocionales, orientadas al amor, al sentir en profundidad. Serán muy buenas en áreas de servicio social, de relacionamiento humano, de solidaridad, pedagogía, educación física, chef,  actividades al aire libre y deportes, etc.

Tómate un momento para indagar un poco más en internet (sólo si lo requieres pues hay personas que ya saben lo que son -o lo intuyen- y no necesitarán información adicional a la ya descrita).

 

Una vez que tengas clara cuál es tu submodalidad predominante anótala a continuación:

________________________________________________________________________________

Ahora contesta: ¿de qué manera sientes que esto apoya tu Propósito?

_______________________________________________________________________________

Temperamentos
Si hay algo que recuerdo con mucha gratitud de mi etapa escolar, son las actividades que se realizaban en las horas de orientación. En una de las actividades semanales de ese ramo nos hicieron el test de los temperamentos, en esas hojas de roneo tan clásicas de la época!!!! También recuerdo con especial cariño y cierta añoranza las actividades de acción social, especialmente las Misiones y los retiros de semana santa en un colegio vecino. Y en tercer lugar recuerdo que tarde, mal y nunca hacía lo que había que hacer: me pasaba en clases escribiendo poemas, escribiéndonos papelitos y largas cartas con las amigas (que ganas de poner aquí una foto de eso!!!) y planificando el diario mural de la sala. Ah! Y recuerdo con especial emoción las muchísimas horas que me pasaba en la capilla conversando con Dios. Ese lugar era un refugio para mí.

¿Por qué te cuento esto? Porque quiero mostrarte algo: de todooooo el universo de posibilidades de cosas, personas y actividades que podría recordar con mayor énfasis y cariño, recuerdo estas cuatro. Y lo que soy hoy, es una buena mezcla precisamente de esas cuatro. ¿Interesante no? Así que te invito a que ahora te tomes un momento para reflexionar y anotar qué es lo que más recuerdas de tu etapa de colegio, qué es lo que recuerdas con especial cariño, y qué tiene que ver eso con quien eres hoy.

________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Volviendo al tema de los Temperamentos, es una de las tantas formas que han aparecido en el intento por entender al ser humano y sus particularidades. Nace con Hipócrates y su teoría de los humores pero fue Galeno de Pérgamo quien le dio la forma que conocemos hoy. Esta teoría se basa en la idea de que nuestra manera de ser depende de varios tipos de sustancias o “humores” que circulan por nuestro cuerpo, los cuales están asociados a los 4 elementos (aire, tierra, fuego, agua) y que todo está constituido por la mezcla de estos cuatro. Observando las cantidades de estas sustancias en cada persona se podría determinar su estilo de comportamiento, cómo expresa sus emociones, etc.

Esta categorización define 4 tipos: Sanguíneo, Colérico, Melancólico y Flemático. Para determinar cuál es el tuyo, puedes realizar algún test online. Es algo realmente muy simple. También debería ser relativamente fácil descubrir el tuyo al leer la descripción. Veamos:

Las personas coléricas tienden a ser líderes natas, constructoras, productoras, actúan rápido, voluntad fuerte, impulsivas, confían en sí, pueden manejar cualquier proyecto, buscan el cambio y no se desaniman fácilmente. Tienden a ser muy buenas  líderes, gerentes, emprendedoras, jefas, profesoras de ramos prácticos, deportistas, aventureras, etc.

Las personas flemáticas son de personalidad más tranquila e imperturbable, no demuestran sus emociones, son muy pacientes, rutinarias y serenas. Equilibradas, contentas con la vida, meticulosas. Pueden ser muy buenas en trabajos que precisen de estas características: profesoras de educación primaria, diplomáticas, administradoras, técnicas, ingenieras, programadoras, calculistas, artesanas, relojeras, especialistas en instrumentos de precisión, etc.

Las personas sanguíneas son alegres, vivaces, extrovertidas, sensibles, les gusta ser la reina de la fiesta. Comunicativas, receptivas, entusiastas, burbujeantes, ingenuas, conversadoras. Serán muy buenas oradoras, vendedoras, animadoras, actrices, humoristas, comunicadoras, anfitrionas, locutoras y más.

Las personas melancólicas son detallistas, profundas, reflexivas, analíticas, idealistas, ordenadas, anticipan problemas, buscan soluciones creativas y terminan lo que empiezan, y por lo mismo son buenas artistas, inventoras, músicas, filósofas, creativas, escritoras, sociólogas, teólogas, científicas, consultoras, creativas, actividades que requieran perfección como artesanía, albañilería, sentido humanitario, creatividad, teóricas, educadoras, etc.

Tómate un momento para indagar un poco más en internet ¡sólo si lo requieres! pues hay personas que ya saben lo que son -o lo intuyen- y no necesitarán información adicional a la ya descrita.

 

Una vez que tengas claro cuál es tu temperamento predominante anótalo a continuación:

________________________________________________________________________________

Ahora contesta: ¿de qué manera sientes que esto apoya tu Propósito?

_______________________________________________________________________________

 

Ikigai

El Ikigai es un concepto tradicional japonés que se utiliza desde hace muchísimo tiempo para referirse a la razón de ser o propósito.

Insertar aquí diagrama Ikigai genérico:

 

Te pido que a continuación anotes con un lápiz mina para que puedas borrar -si lo necesitas- aquellos aspectos en los que eres muy buena, aquello por lo que te pueden pagar, aquello que tú crees que necesita el mundo y aquello que te apasiona hacer o amas hacer. Aquí entendemos pasión como “amor en acción”. No pasiones en el sentido pasional o de rabia.

Nos vamos a encontrar con que muchas veces hay actividades y cosas que amamos hacer pero que no necesariamente somos buenas en ello. Por ejemplo yo amo cantar y me apasiona profundamente, pero no soy tan buena en ello como quisiera serlo y por tanto cuando he cantado arriba de un escenario en un karaoke nunca se me ha acercado un caza talentos a decirme:Hey tú ven aquí que te quiero convertir en una cantante profesional.” Por cierto que esto yo lo podría cultivar y mejorar tomando cursos de canto pero convengamos en que, además de que no es lo que más me apasiona en la vida, también hay millones de personas que naturalmente cantan como los dioses sin tener que hacer un proceso previo de entrenamiento vocal. En mi caso, el canto cae en la categoría de hobbies que sirven a mi propósito: es el mejor combustible para hacerme entrar en el estado energético y fisiológico que necesito para mi día a día, pero no cumple con todos los requisitos para ser considerado mi razón de ser.

 

Anota a continuación:

 

Aquello en lo que eres buena (es decir dones y talentos)

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aquello que amas y te gusta/apasiona hacer
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aquello que crees que el mundo necesita
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aquello por lo que te pueden pagar (ya sea porque es algo que estudiaste o porque tienes un expertise en esa área)

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Ahora tómate un tiempo para seguir los siguientes pasos:

1) Une aquello que haces bien con lo que te gusta hacer, eso es tu pasión. Dale nombre y anótalo:
________________________________________________________________________________

2) Une ahora lo que te gusta con lo que el mundo necesita, eso da como resultado tu misión. Dale un nombre y anótalo:

________________________________________________________________________________

3) Junta o une lo que tú crees que el mundo necesita con aquello por lo que te pueden pagar, eso es tu vocación. Dale nombre y anótalo:

________________________________________________________________________________

4) Junta ahora aquello por lo que te pueden pagar con aquello en lo que eres buena, eso es tu profesión. Dale nombre y anótalo:

Para finalizar debes unir tu profesión + tu pasión + tu misión + tu vocación, y eso te dará como resultado tu Ikigai o razón de ser.

Anota a continuación cuál es tu Ikigai y tus reflexiones al respecto:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

¿Qué es aquello que le falta al Ikigai según mi visión?

Permíteme por favor, y con todos mis respetos hacia los japoneses, entregarte un interesante punto de vista. Es sólo eso, un punto de vista sesgado que puedo dar sin ser una gran conocedora del Ikigai en su profundidad. Pero te lo quiero compartir de todos modos porque no es un capricho mío sino una conclusión basada en la observación.

Existen personas que siendo ya adultas y sin ningún historial de entrenamientos previos se han propuesto ganar una maratón, o ser la mejor en algo de lo que no tenían ningún conocimiento ni habilidad natural. Y eso se convirtió en su razón de ser. Estamos claras en que son excepciones, pero sucede.

Esto que acabamos de ver, se trata de un aspecto que el Ikigai pareciera no incluir necesariamente en su mandala de propósito, y que tiene que ver por un lado con aquello que no viene “dado” por defecto y por otro con los desafíos que nos presenta la vida: lo que nos cuesta, lo que nos duele, lo que nos lleva a veces al borde de la locura inclusive. Se trata de las heridas (y las fortalezas y virtudes que desarrollamos gracias a ellas) así como también los aspectos donde pareciera que venimos “cojeando”.

Algo que nos puede dar interesantes luces al respecto es el ascendente, el nodo norte y el nodo sur de la carta astral, aspectos que hablan sobre la “misión del alma”. Tanto el ascendente como el nodo norte constituyen una invitación a desarrollarse en áreas o aspectos que no nos son familiares, que no nos agradan y que incluso tendemos a rehuir naturalmente.

El eje nodo norte – nodo sur plantea que tenemos un “pasado” que desarrollamos con mucha experticia y que ahora venimos a experimentar algo generalmente opuesto, nuevo y desafiante. Por ejemplo, si tu nodo sur está en casa 10, vienes de haber estado orientada hacia lo externo: los escenarios por ejemplo, siendo cantante, oradora, siendo vista y reconocida. El desafío para este nodo sur será el nodo 4, es decir, ir para adentro, hacia tu mundo emocional profundo, hacia la vida familiar, hacia el silencio y la quietud interior. Y para eso tu alma va a planificar una vida que eventualmente te conduzca a vivir de esa manera. Tu gran desafío entonces será lograr el equilibrio entre lo que te es cómodo y fácil pues ya tienes maestría ahí (estar afuera, en los escenarios) y este desafío de salir de tu zona de confort yendo hacia adentro, haciendo familia, etc.

Si tú rigieras tu vida y tu propósito basada exclusivamente en aquello que amas y en lo que eres muy buena, sin considerar ese nodo norte en la casa cuatro, podrías dedicar tu vida a pasar arriba de los escenarios dando charlas y seminarios o siendo rockstar, haciéndole el quite al mundo interior y podrías no considerar importante detenerte a sanar tu mundo interno emocional, tus relaciones de pareja y formar una familia, lo que podría ser muy importante también en esta aspectación astrológica.

Esto sucede para cada uno de los nodos norte y sur que encontramos en la carta astral de cada persona. Incluso si no crees en los astros, te vas a encontrar muchas veces en tu vida en que todo te parecerá tan desafiante que incluso si estás muy alineada con tu Ikigai, te parecerá que la vida te está obligando a mirar incluso más allá de él para mostrarte una nueva invitación, inclusive un camino totalmente diferente al que tenías planificado. Esto también es parte de tu Propósito, como las variaciones del Menú del restaurante de las que hablamos previamente y lo que toca es aprender a incluir esta nueva propuesta que ha traído la vida, hacerse 100% responsable y decidir hacer algo orgánico y constructivo con ello, aprender a aceptarlo, a amarlo, a integrarlo y encontrar -otra vez- un nuevo punto de equilibrio.

FODA

Se trata de una herramienta muy útil y muy usada en las organizaciones, que nos ayuda a identificar las diferencias entre nuestros puntos fuertes y qué es lo que requerimos para alcanzar nuestros objetivos y metas. Un FODA bien hecho te ayudará a desarrollar un plan de acción global.

Ahora te invito ahora a realizar un FODA personal básico, simplemente tomándote un momento para conectar y escribir cuáles son tus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Puedes leer más detalles sobre esta herramienta descargando la planilla digital de trabado creada especialmente para los ejercicios de este libro desde el link https://andreaburon.cl/libro

Fortalezas: ________________________________________________________________________________Oportunidades: ________________________________________________________________________________Debilidades:
________________________________________________________________________________
Amenazas:
________________________________________________________________________________

A continuación describe tus valores internos, tus sueños y tus pasiones.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

Ya hemos hecho varios ejercicios a lo largo de este libro. ¿Cómo te sientes? Tengo clarísimo que es bastante información, lo que nos confirma que todo es propósito y todo sirve al propósito. Lo que buscamos por medio de estas reflexiones y ejercicios, es hacerlo consciente y darle estructura.

¿Lista para continuar? Vas a anotar tu fecha, hora y ciudad de nacimiento en tu cuaderno o archivador que has dedicado exclusivamente para el trabajo con tu Propósito, puedes navegar en tu buscador de internet o puedes descargar las planillas de trabajo desde mi web con los accesos directos a los sitios que recomiendo para que puedas completar la siguiente información:

Los siguientes aspectos se pueden calcular basándose sólo en tu fecha de nacimiento:

– Aspectos de la carta astral (dónde está tu sol, luna, ascendente, nodo norte y sur, Quirón, etc).

– Numerología y arcanos

– Nahual o kin maya

– Horóscopo chino

– 12 curadores de Bach

 

Los siguientes aspectos requieren una cierta investigación y autoconocimiento. Ya hemos visto algunos de ellos:

– Temperamentos
– Submodalidades (visual, auditiva, kinestésica)

– Eneatipo (Tomado del eneagrama, van del 1 al 9)
– Biotipo ayurvédico (vata, pitta, kapha y las combinaciones entre ellos)
– 12 arquetipos de Jung

 

Los siguientes aspectos requieren una cierta investigación y autoconocimiento. También hemos visto algunos de ellos:

– Libros, películas, series, personajes, historias, canciones favoritas.
– Colores favoritos (La planilla te entregará el paso a paso para el desglose de tu propósito a partir de tu color favorito. Mientras tanto veamos el siguiente ejemplo: Si tu color favorito es el verde, te debes preguntar qué te evoca: podría ser naturaleza, amor, sanación, sexualidad. Y los oficios relacionados con esas áreas podrían ser sanadora, terapeuta, sexóloga, entre otros).

– Animales favoritos: En las clases que doy suelo trabajar con el oráculo de los animales de poder de Karina Malpica pero también aplicando la misma lógica que con el ejercicio de los colores. En la planilla descargable encontrarás ejemplos de distintos animales y cómo los puedes relacionar con tu Propósito.

 

Básicamente cualquier aspecto de tu vida puedes ser interpretado siguiendo la misma lógica o prisma del Propósito además de los contenidos entregados a lo largo de todo este libro.

 

Ejercicio: Sesión de coaching interna con alguien que admiras

Para este ejercicio debes tomarte un tiempo a solas, apagar el celular y aislarte de los ruidos del exterior. Es ideal que lo hagas cuando todos duermen y así te aseguras de que no tendrás interrupciones. Vas a respirar profundo y hacer consciente tu respiración. Te anclas a Tierra y abres tu corazón, conectándolo con tu corazón elevado (Timo), tu pineal, tu pituitaria y tu ser superior.

 

Permite que la sonrisa del Alma sea la que sostiene tu corazón, tus pensamientos, tus órganos y cada célula de tu cuerpo.

 

Pregúntale a tu corazón con qué personaje que tú admiras te gustaría tener una sesión de coaching o mentoría individual. La primera persona que aparezca en tu pantalla interior o en tus pensamientos es la correcta. Cierra los ojos e imagina que estás efectivamente con esa persona frente a ti. Por ejemplo, Sergi Torres, el Dalai Lama, Nelson Mandela, etc.

 

Imagina que esa persona está frente a ti. Cómo te saludaría, qué te diría de entrada. Debes llevar el ejercicio hasta el final sin distraerte. Tienes una hora completa de sesión y debes aprovecharla! Luego imagina o visualiza que le preguntas por algún tema que tiene conflictuada o aproblemada y que no sabes cómo resolver. Le pides su consejo. ¿Qué te diría? Desarrolla la conversación como si realmente estuvieras ahí y cierra cuando ya tengas todas las respuestas y claridad que deseabas. Agradécele a tu personaje interno por su ayuda y finaliza la sesión. Luego toma nota de las respuestas que recibiste, de  aquellos aspectos más relevantes que no debes olvidar e incorpóralos en tu archivador.

 

Capítulo IV: New age, terapias, propósito y espiritualidad

El mundo de las terapias complementarias o “alternativas” es mucho más antiguo de lo que creemos. Lo que es más nuevo es lo que conocemos como el mundo del new age, concepto que se viene utilizando desde la segunda mitad del siglo XX y que hace referencia a un movimiento o agrupación de diferentes corrientes que de alguna manera destaparon dichas corrientes y las hicieron accesibles para cualquier persona que quisiera acercarse a estas prácticas.

El new age hoy es fuertemente criticado por muchas personas e instituciones. Los más científicos lo consideran “humo” y las líneas de profunda espiritualidad también. Pero más allá de toda crítica, te quiero invitar a mirar el new age a la luz del Propósito de la humanidad, para que puedas ir más allá de tus juicios y vayas entrenando tu visión bajo el prisma del Propósito.

Recordemos que todo en la vida tiene un Propósito, y el del new age fue el de masificar el acceso a corrientes ocultistas, terapéuticas, prácticas ancestrales, espiritualidad, misticismo, chamanismo, etc. Nada de mal para personas como tú o como yo, a quienes en algún momento se nos hizo insuficiente la religión que nos enseñaron en el colegio y nos hicimos preguntas que nadie sabía contestarnos (y que ni siquiera los grandes filósofos de todos los tiempos lograron dilucidar).

Desde ese espacio de gratitud hacia la apertura de estos conocimientos, posibilidades y espacios de exploración antes impensados, podemos incluso resignificar los juicios que hemos heredado desde el mismísimo new age y darle una mirada desde las profundidades del Ser, transformando antiguos paradigmas o sistema de creencias, para anclar en nosotras una espiritualidad profunda.

Hay que reconocerlo, sin el new age, muchas de nosotras quizás no nos habríamos encontrado a nosotras mismas o las respuestas que buscábamos. Lo que hay que tener claro es que fue una puerta o un empujón para muchas y muchos, pero que no es un lugar donde podamos quedarnos demasiado tiempo sin ser expelidas por sus propias inconsistencias.

Cabe señalar, que entendemos por espiritualidad al movimiento que nos invita a ir hacia adentro comenzando desde adentro, en tanto que llamamos desarrollo o crecimiento personal a todos los recursos externos que usamos para ir hacia adentro y para llegar a una zona de paz, ya sean videos, talleres, terapias o libros que sirven para que trabajes con tus emociones, estés tranquila contigo misma y desde ese lugar puedas ir hacia adentro y recordar quién eres.

Como ya hemos dicho, la espiritualidad es un camino que no empieza en el exterior y por tanto las religiones -por venir desde una institución externa- siguen siendo un recurso externo que –por cierto- se puede usar para ir hacia una zona de paz interior. El que sean recursos externos en primera instancia, no quita que las usemos para ir hacia adentro y comenzar un viaje de espiritualidad profunda y real. Cada una parte donde puede y es perfecto así.

El innecesario poder del subconsciente y la lucha a la que nos lleva

¿Dónde surge el problema? En el “pegoteo”. Sí, en ese “quedarse pegadas” en lo externo, en los problemas, sombras, patrones, creencias y absurdamente interminables “errores” del subconsciente. Insisto, no estoy diciendo que no haya que atenderlo, al contrario, es algo que debe ser incluido en nuestro camino hacia el equilibrio, pero es que el mundo terapéutico puso tan de moda el subconsciente, que en mi opinión, se le ha otorgado muchísima más importancia de la que debería tener, dejándonos muchas veces entrampadas, quitándonos poder y conexión con lo que sí importa.

Imagínate un iceberg: el subconsciente es como la parte de debajo de ese iceberg, la parte que no se ve. Puede efectivamente ser importante en algún momento de nuestras vidas para entender por qué nuestra psiquis funciona de una manera u otra, o desde dónde provienen ciertos mecanismos de defensa que radican ahí.

La mente consciente entonces es la punta del iceberg y el subconsciente es todo lo invisible. Los antiguos Hunas (chamanes hawaianos actualmente conocidos en el mundo entero gracias a su milenario Ho’Oponopono) dicen que ahí es donde se encuentran los pensamientos negativos, las memorias dolorosas y las creencias erróneas de nuestra vida actual, de nuestra adolescencia, de nuestra infancia, de nuestra vida intrauterina, de vidas pasadas, memorias heredadas de los ancestros y del subconsciente colectivo también. Por lo tanto, como diría el Dr. Len: “Ahí hay mucha basura.” Y el problema es que le hemos dado mucho poder a esa basura.

Y si pones el foco en algo, lo haces crecer. Si lo alimentas, lo haces crecer. Como bien lo ejemplifica una antigua leyenda Cherokee que voy a resumir a continuación: Un abuelo le relata a su nieto la historia de dos lobos que viven dentro de nosotros y que se enfrentan entre sí. Uno es el amor, la compasión, la generosidad, la alegría, la gratitud, la solidaridad, etc. Mientras que el otro representa la avaricia, la codicia, la ambición, el egoísmo, la rabia, el miedo, etc. Cuando el niño le pregunta a su abuelo: ¿Quién gana cuando se enfrentan estos dos lobos? El abuelo le responde: “Gana el que tú alimentes”.

Lo que sea que alimentes, riegues o abones, eso va a crecer…

De la misma manera, si alimentamos y ponemos todo nuestro foco en el subconsciente, le vamos a dar un poder innecesario. Si ponemos todo el foco en el ego y en las creencias que debemos cambiar “antes de permitirnos ser felices” o de permitirnos lograr lo que soñamos, vamos a estar poniendo ahí todas nuestras fuerzas y vamos a entramparnos, que es lo que le puede pasar al arquetipo de la sacerdotisa: la mujer que va a las profundidades a conectar con todo su poder y sabiduría pero se queda atrapada ahí y se olvida de sonreír, se pone a luchar y se olvida de la belleza de la vida, descartando así la posibilidad de vivir de una manera más fácil, relajada y simple.

Sí, simple. Porque por algún motivo muchas de nosotras nos creímos la historia esa de que la vida es con esfuerzo y “sudando la gota gorda” a cada segundo, librando todo tipo de batallas por conseguir nuestros sueños, por derrotar a todo tipo de enemigos (desde el sexo opuesto y  personeros del gobierno de turno hasta las tendencias mundiales que se han impuesto desde hace siglos o “energías malignas” que conspiran contra nuestro bienestar y felicidad), cayendo innumerables veces en un activismo desenfrenado, rabioso y vengativo.

Si a alguien eso le da paz y le hace feliz, pues bien. Quién soy yo para juzgarla, asumo que es parte de su camino hacia encontrarse consigo misma, o sea, con la paz que es. Mientras tanto, y después de una vida entera luchando, yo he bajado las armas, y te invito a hacer lo mismo si así lo sientes, para que nuestra revolución sea la del sentido, la del Propósito, la del Amor.

No estamos aquí para luchar, ni por nuestros sueños, ni por nada. Mira que interesante: incluso si me declaro una guerrera de luz luchando por la paz (¿vaya incoherencia no?), estoy declarándome en guerra, y podría incluso estar cayendo en la exclusión de mis sombras, las cuales efectivamente están ahí, pero no para que les haga la guerra. Nuestras sombras están ahí para que las abracemos, las amemos y las usemos como trampolín hacia nuestra completitud y Totalidad.

Recuerda, si tienes que luchar por algo, eso te quitará la posibilidad del milagro, que es el estado natural de la vida cuando estás en el flujo de ella.

¿Hacia dónde nos lleva todo esto? Hacia un viaje de integración, de incluir lo que habíamos estado evitando, evadiendo y excluyendo. Un viaje que te lleva a conectar con lo mejor de ti (es decir, lo que es real de ti, lo demás no lo es), con tu ser esencial, con tu corazón y con tu Alma en conexión con tu Ser superior individual y colectivo (supra y superconsciente) que es tu verdadera identidad, lo que realmente eres.

¿Por qué caemos en las trampas del subconsciente? Porque cuando te dedicas a mirar la cantidad de basura que hay en el subconsciente empiezas a creer ilusoriamente que eres eso. Es decir, te empiezas a identificar con tu pasado, empiezas atribuirle la responsabilidad e incluso la culpa de todo lo que eres, y de todo lo que te pasa a tus memorias, a tus supuestos acuerdos kármicos, a las herencias familiares y ancestrales, a las vidas pasadas y a todas las historias que te sigues contando reconstruidas por tu mente con el objetivo de ahorrar energía, para lo cual repite patrones de conducta y hábitos, y entonces dejas de tener poder en el aquí y en el ahora porque toda tu vida, tu éxito y tu felicidad dependen de que sanes un pasado que ni siquiera existe. No, no existe, porque lo único que es real es el presente. Para profundizar en esta última idea, te invito a leer El poder del Ahora, de Eckhart Tolle.

Entonces, podríamos decir que de tanto mirar al subconsciente, lo haríamos crecer más aun de lo que es y podríamos llegar a creer que necesitamos estar el resto de la vida en terapia para alcanzar a solucionar una pequeña parte de toda esa compleja y vasta estructura llamada subconsciente, por si acaso logramos ser feliz después de “trabajarnos”, después de “sanarnos” y después de “evolucionar”.

Sanarse realmente significa cambiar el punto de vista o mirar desde otra perspectiva lo que pasó, para resignificarlo dándole sentido y propósito. Aprender no es sino recordar lo que ya sabes y eres. Evolucionar es una trampa del tiempo lineal que podría hacerte creer que ahora mismo no eres suficiente y que “algún día” quizás lo seas (menuda trampa!!!).

Estas son algunas de las creencias que nos dejó como herencia el new age. Pero no puede ser que dependamos de haber sanado y resuelto todas las cosas que habitan en nuestro subconsciente para ser felices, abundantes y para vivir alineadas con nuestro Propósito. Y en este punto quiero tomar uno de los grandes regalos del coaching y compartírtelo, y es la invitación a bajarnos de la nube de las ideaciones sobre lo que debería ser y cómo debería ser, para ir a lo que sí es y a la acción.

Qué estás eligiendo ser y quién quieres ser tú hoy aquí en medio de lo que sea que esté pasando en tu vida es lo más importante y determinante. No lo que fuiste. Lo que estás eligiendo ahora. Ya sea una enfermedad, ya sea una crisis individual, ya sea una crisis familiar o lo que fuere. Tu decisión en el presente tiene mucho más peso y mucho más poder que todo lo que está en el subconsciente y que las historias pasadas de lo que aparentemente fuiste. La única manera de transitar hacia este nuevo estado de consciencia donde tú tienes el poder (y no tu subconsciente) es tu decisión y tu voluntad. Es dar el primero paso y hacerlo, porque perdona que sean brutalmente honesta en este punto: aquí no hay un cómo. El cómo viene después, como resultado de tu decisión y de comprometerte con el qué y para qué.

El mito del “cómo”

Si realmente hubiera un “cómo”, significaría que tendrías que pasarte quizás cuántos años resolviendo algo que ilusoriamente no está resuelto, antes de merecer ser feliz, antes de ser suficiente. En la escuela de periodismo nos enseñaron que para escribir un artículo con el método de la pirámide invertida, debíamos responder las siguientes preguntas: qué, quién, dónde, cuándo, cómo, por qué y para qué.

Pero fuera de la “pirámide invertida” del periodismo, querer tener el “cómo” antes de tener resueltas las primeras preguntas, es como querer ganar una maratón sin haber aprendido a caminar primero.

Y si te digo que a veces no hay un cómo, es porque me pasé muchísimos años esperando un cómo que nunca apareció y que de un momento a otro fue sustituido por una decisión. De la misma forma que cuando a una mamá la llama su hijo pequeño en la mitad de la noche. Esta mamá está absolutamente agotada, por supuesto que no quiere una interrupción en su descanso, pero cuando ese hijo grita: “¡Mamá!” ella no se pregunta: “¿Cómo hago para ir para allá? ¿Qué terapia hago para tener fuerza y energía para ir a atender a mi hijo? ¿Qué bebida energética puedo tomar? ¿A quién puedo pedir ayuda?” No hay un cuestionamiento, no hay un cómo, sólo hay una decisión de pararse de la cama y llegar, sea como sea, a atender a su hijo que la llama. Insisto: no hay un cómo, hay una acción que deriva de la decisión. Ése es el cómo.

Y así mismo sucede con la felicidad, con el amor y con el Propósito. No hay un cómo ser feliz, hay una decisión de ser feliz. No hay un cómo amar, sino una decisión de amar. No hay un cómo descubrir mi propósito, hay una decisión de vivirlo, sea como sea.

Qué quiero decir con esto, que una de las creencias más limitantes que tenemos hoy, es que hay que esperar a tener resuelto algo para lograr el siguiente paso, que tienes que tener resuelto todo tu mundo interior antes de poder ir ayudar a otros, que tienes que tener la vida perfecta antes de ponerte al servicio de los demás, que tienes que amarte primero a ti mismo antes de amar al otro, y todo esto es una creencia, es un punto de vista, pero no tiene por qué ser así.

¿Por qué no? Porque cuando entramos en consciencia de unidad y vivimos en esa consciencia, lo que sucede es que te das cuenta que cuando estás amando al otro te estás amando a ti, y que es imposible que ames al otro y no te ames a ti. Lo que das al otro te lo das a ti, porque eres lo mismo que el otro, y al amarlo te amas. No importa en qué orden, no importa qué sucede “primero”, porque el amor es circular. Como nos enseñaron en el colegio: “el orden de los factores no altera el producto”. ¡Sí! ¡Tal cual! Para algunas corrientes psicológicas, conductistas o terapéuticas podrá no ser así, pero esa es su verdad. ¿Cuál es la tuya?

Te lo cuento porque he visto la transformación que sucede en algunas personas cuando -al compartirles este punto de vista- se dan cuenta de que siempre se han amado, pero se pasaron años pensando que no lo hacían, años en que sus terapeutas le dijeron hasta el cansancio que debían amarse a sí mismas primero, por supuesto que sin éxito alguno ¿Por qué? Porque esta idea mental de “tener que amarse” viene a ser una imposición bastante difícil de cumplir para una persona que no conoce el amor desde la mente sino desde la experiencia de amar, a los otros y a sí misma, incluso sin ser consciente de ello, claro.

¿Cómo podría alguien decirte lo que es el amor? ¿Cómo podría alguien saber que no te amas? ¿Basado en qué? ¿En sus propias imágenes mentales de lo que debe o de lo que debería ser el amor para ti? La verdad es que es tremendamente liberador cuando alguien finalmente te dice que no hay nada malo contigo, que ya te amas y que está todo bien, seas consciente de ello o no. Lo que sucede es que se abre el campo infinito de potencialidades y puede ocurrir un cambio de switch inmediato, donde te das permiso para vivir la vida de una manera distinta a como la venías viviendo hasta ahora, donde decides tomar el toro por las astas y dejar de darle poder a lo que te dicen los demás, para comenzar a darle poder a lo que dice tu intuición, tu corazón y tu sabiduría interior.

El peligro del subconsciente

Lamentablemente muchas de nosotras crecimos con una creencia base de que si dábamos a los demás primero no nos estábamos amando a nosotras ¿Complejo no? Porque pasamos años postergando nuestra felicidad a la espera de tener permiso, y sin saber que es imposible no amarse. Como si existiera alguien en el mundo que pudiera venir y decirme “Vale Andrea, ahora que hiciste las tareas ya me parece que te amas, así que ya tienes permiso para ser feliz”.

No es para que te des cabezazos contra la pared por lo que ya sucedió, es para que no sigas postergando tu decisión de ser feliz y de validar lo que intuyes (y si lo intuyes es porque lo sabes).

Así que ahora te invito a mirar lo que es real en el aquí y en el ahora, no lo que está en el subconsciente. Cuando dejas de poner tu foco en el subconsciente se abre la posibilidad de conectar con tu supra y tu súper consciente. Y eso “se come” literalmente al subconsciente. En números simples, porque tu ser superior equivale por lo menos al 70% de lo que eres, es decir, tiene más del doble del tamaño de las aparentes “limitaciones” asociadas al subconsciente.

Esto quiere decir que puedes ser feliz más allá de tus circunstancias o más allá de tu subconsciente, puedes ser feliz y exitosa más allá de tus creencias limitantes y puedes ser lo que tú quieras. Hay muchísima gente tremendamente exitosa en el mundo que no se hizo ninguna terapia o proceso antes de lograr ser exitosa. Gente que pasó más de 5 años en sicoterapia y luego en 20 minutos con un gran Maestro, resolvieron un problema que en todos esos años no habían logrado. Estas personas que se transforman de un momento a otro, ya sea en el amor, en el dinero, en sus relaciones, etc. ¿Qué hicieron? Decidieron. Eligieron. Tomaron las riendas de su vida. Se dieron una nueva oportunidad: la de volver a elegir y la de usar sus propios patrones y fortalezas para lograrlo nuevamente.

Si tú eliges correctamente, eso lo vas a lograr manifestar o precipitar en tu vida desde el presente. Pero mientras le sigas dando poder a las creencias obsoletas de tu subconsciente, eso va a seguir mandando y esa realidad se va a seguir manifestando en tu vida. Pero basta con que dejes de creer en lo que creías (¿cómo? Decidiéndolo) para que esa creencia se transforme y sirva como una experiencia que se pone también al servicio de tu Propósito, junto a todas las demás.

Y con esto no estoy diciendo que no sirvan muchísimas de las terapias que existen hoy, porque de hecho lo hacen, pero yo soy partidaria de que prioricemos y elijamos aquellas que nos conectan con el presente más que con las que nos quitan nuestro poder y nos sacan de él (como las que nos conectan con el pasado). Porque si sigues dependiendo de tu terapeuta y de tener resueltas todas tus vidas pasadas, lazos energéticos, kármicos, cósmicos, y cuánta cosa puede llegar a haber en el subconsciente, vas a seguir harta de estar harta y no vas a encontrar esa paz que está ahí justo detrás de tu decisión de dejar de estarlo.

Es más simple, es tremendamente más simple. Pero a veces nos gusta jugar a ser la Gerente General del Universo y se nos olvida que la vida es más simple, se nos olvida que la vida es un juego, que es ilusión y que podemos cambiar nuestra percepción para volver a elegir y elegir desde el presente, elegir desde el amor, elegir lo que hemos sido y lo que somos.

Sólo hay que dar ese primer paso, saltar al vacío como bien dice Sergi Torres e ir hacia un nuevo espacio de consciencia donde dejamos de ser guerreras, donde dejamos de vivir separadas o divididas, donde dejamos de creer que somos mejores o peores que “los demás”, donde dejamos el juego de estar “despiertas o dormidas”, donde dejamos el juego de que hay unos “malos” que nos pueden venir a atacar o que nos pueden manipular. Todo esto, es un error de percepción. Somos todas y todos iguales. Todas estamos llamadas a ver esto.

Un último mito a derribar antes de pasar al siguiente apartado: todas estamos llamadas y todas somos elegidas. ¿Qué locura sería esa de estar todas invitadas a una fiesta y que haya sólo algunas elegidas que dejen pasar? Quizás alguien, en algún tipo de texto, escribió eso de que “muchos son los llamados y pocos los elegidos” alguna vez, pero si lo hizo fue hace siglos, y ya estamos en el 2020: tiempo de un software upgrade obligatorio, ¿no te parece?

“Protección energética” y coherencia interna

Muchas veces pasamos por procesos terapéuticos que nos sirven para darle a la mente lo que necesita entender. Como ya dijimos, todo bien con ello siempre y cuando no nos identifiquemos ni con la mente ni con lo que hay en ella, que no nos creamos que somos eso, que vayamos más allá y no le entreguemos todo el poder a otra persona, que no dependamos de otro/a para ser felices, para dar el siguiente paso o para tomar una decisión.

Porque si hay un legado tremendamente dañino para nuestro poder personal y para nuestra felicidad en esta vida es la creencia instaurada de que hay otro que es más que yo y que además de eso hay que protegerse de “algo”, creencia que proviene de una percepción dual del mundo donde me considero algo separado y distinto del otro. Saber esto nos acerca a nuestra coherencia interna.

Entonces, si yo soy algo diferente y creo que estoy separada del otro, podría tener que necesitar protegerme de ese “otro”. Pero cuando entramos en consciencia de Unidad, y somos uno, ya no necesito “protegerme” del otro; en primer lugar, porque soy consciente de que el otro está siendo creado desde mis pensamientos y mi mundo interior, y, en segundo lugar, porque somos lo mismo, porque somos Uno. Si me hago una con el fuego y soy fuego, ¿cómo podría quemarme?

Si llevamos esta comprensión incluso a la preparación de nuestros alimentos, podríamos encontrarnos con una posibilidad real de alquimizarlos. Y esto es algo que efectivamente yo he practicado durante más de ocho años ya con los asistentes a mis cursos, entrando en consciencia de unidad para alquimizar los alimentos. Y cada vez que lo hemos practicado hemos tenido resultados sorprendentes.

¿Cómo podría el alimento hacerme daño o provocar en mí un malestar si somos Uno? No digo que sea fácil hacerlo, puede requerir en muchos casos un proceso y práctica rigurosa, para luego pasar alquimizando permanentemente toda la vida y convertirte realmente en una maga, en una alquimista de la vida donde todo pasa por el filtro del amor, la consciencia y la unidad que siempre somos.

El que seas la mejor alquimista que hay en tu vida, no quiere decir que no pidas ayuda de vez en cuando, todos podemos aprovechar los recursos terapéuticos que tenemos disponibles para ciertos momentos de angustia o de estrés. Puede ser necesario en algunos momentos hacer una técnica de tapping, hacer algún tipo de terapia para ayudarnos con la intensidad de un estado emocional, pero sin duda que siempre el mejor recurso que vamos a tener para surfear y para navegar en esas profundidades que nos presenta la vida en momentos tormentosos incluso, es el de respirar conscientemente y entrar en el presente a sentir lo que sentimos (no aumentarlo, sino que sentirlo en vez de evitarlo) de manera que lo que sentimos no nos gobierne más, tal como nos ha enseñado Sergi Torres en su libro “Me acompañas”.

Si haces un acto de honestidad y dejas de evadirte a ti misma, dejas de evadir lo que sientes, dejas de evadir tus relaciones mirando al celular, mirando Netflix o mirando las redes sociales y empiezas a hacerte cargo de lo que estás creando y de lo que estás proyectando, lo que va a suceder es que vas a entrar en presencia y en presencia vas a llevar tus memorias a cero y ahí es donde la magia comienza. Ese es el llamado punto cero desde donde todo es posible ¡Voilá!

Ho’Oponopono

Para mí es un verbo y un estilo de vida. Oficial o no, Ho’Oponopear es limpiar las memorias dolorosas, las creencias erróneas y los pensamientos negativos alojados en nuestro subconsciente (representado por nuestra niña interior), para llevar las memorias a CERO. Ho’Oponopono es soltar y confiar, es entregarle esos programas que están instalados en nosotras y que ya no nos sirven, a la Divinidad o Aumakua como le llaman los hawaianos, y permitir que se restablezca el orden original. Es formatearnos y resetearnos sanando nuestra niña interior, que es quien carga con esas memorias dolorosas.

Es conectar con nuestro Ser Superior y abrirnos al campo de posibilidades infinitas. Es recordar quién somos de verdad, nuestra identidad original (inteligencia superior) y activar la Divinidad en nosotras de manera consciente. Esta divinidad es el famoso Yo Soy, y ahí radica la paz del Yo.

Es razonable que queramos usar Ho´Oponopono, por ejemplo, para mitigar un dolor o un duelo, ya que estamos programadas para buscar soluciones y sentirnos mejor. Lo importante aquí es que sepas que el objetivo y el propósito principal del Ho´Oponopono es la toma de responsabilidad de que somos 100% creadoras de nuestra realidad, y a la vez un acto de humildad desde nuestro aspecto humano donde aprendemos a entregar a la Divinidad (y a nuestro propio aspecto divino) lo que no está en coherencia con nuestro Ser. Vivir esta filosofía es una declaración de paz, de amor, de compasión y de responsabilidad por lo que estamos contribuyendo a crear.

Cuando en Ho´Oponopono hablamos de soltar, entonces, lo hacemos en el sentido de entregarnos a la vida, a su flujo. No en el sentido de no hacernos cargo o hacer vista gorda, sino que en el de entregarnos y rendirnos a lo que ES, desde la total aceptación. Confiar y entregar, porque en este camino de paz el proceso de confianza y gratitud es tremendamente importante.

Cuando soltamos, lo que soltamos es el control y la “gerencia del universo”, y nos entregamos a lo que es más grande, a nuestra planificación prenatal, a ese plan o destino que no conocemos (aunque podamos tener atisbos de él) y nos rendimos al momento presente. Cuando eso sucede, podemos entrar en el vacío. Y desde ahí reseteamos la percepción que tenemos del universo, todo se simplifica y volvemos a conectar con la pureza, con la inocencia, con la alegría, con la paz y con el gozo que nos da la paz. Luego se activa el potencial infinito que tenemos de todo, dentro nuestro.

¿Quieres tú elegir eso? Es tu decisión. No mañana, no en dos años más: ahora. No lo postergues más, no esperes a tener resuelto nada más. Deja de postergarte, llevamos demasiado tiempo postergándonos como humanidad. Este es un buen momento para volver a elegir, para entrar en el ahora y dejar de hacer significativo lo que no tiene realmente más que el significado que tú le has dado.

Y comienza a alimentar tus dones, tus talentos, tus pasiones, tus virtudes, la magia y la maestra que eres, para convertir todo eso (si lo deseas, claro) en tu marca personal e inclusive en un producto o servicio que puedas compartir con el mundo y que te permita vivir de ello sin más excusas, con libertad financiera, sin estirar más el tiempo, sin seguir culpando a otros, sin seguir victimizándote, sin seguir esperando que otra persona te cuide, te proteja o lo haga por ti.

Capítulo V: El camino de la no dualidad

Crecimos creyendo que la vida funciona con elementos separados entre sí. Creímos (y sentimos) que al nacer nos separábamos de nuestro origen (nuestra madre biológica que simbólicamente representa a Dios durante la vida intrauterina). Al creerlo, la vida comenzó a doler, creyendo que la separación percibida era real. De hecho los expertos se refieren a esta “primera separación” como el primer duelo que vive un ser humano en esta vida. A contar de ese momento nos pasamos la vida buscando el paraíso perdido, ese mundo donde éramos uno con el todo y eso lo abarcaba todo.

Percibimos un mundo donde aparentemente estamos aislados uno del otro, separados de la felicidad real, de la autorrealización, de la paz o de un mundo “mejor”. Por eso nos pasamos la vida buscando la felicidad “allá afuera”: en el futuro, en la vejez (cuando ya hayamos cumplido todas nuestras metas y estemos retiradas), en el éxito material o profesional, en las relaciones de pareja, en las terapias, en las religiones, etc.

Pero existe un mensaje que nos acompaña desde hace miles de años que nos da una nueva esperanza a esta obsoleta forma de vivir la vida y que trasciende todas las religiones. Se dice que es el núcleo del Hinduismo, Sufismo, Budismo Zen, Shivaismo de Cachemira y de las enseñanzas de Cristo. Se trata de la no-dualidad: el Advaita.

Advaita es una palabra del sánscrito que significa “no dos” (no-dualidad). Advaita no es una filosofía ni una religión. La no-dualidad es una experiencia en la que no existe separación entre el sujeto y el objeto, no existe separación entre el  “yo” y el resto del universo, o entre “yo” y Dios. La no dualidad es la experiencia de la consciencia/presencia, y se refiere a nuestra verdadera naturaleza, la cual se manifiesta como felicidad, amor, gozo y belleza absoluta.

El advaita señala que la verdadera naturaleza de la realidad es no-dual. Que no existe la separación pero que percibimos las cosas por separado debido a nuestra excesiva dependencia de la mente (donde habita el pensamiento dual).

Estas enseñanzas nos invitan a ver que no somos personas separadas ni distintas, no estamos separados por fronteras ilusorias ni por razas. Ni siquiera estamos separados por sexo: hombres o mujeres, no somos ni más ni menos ni distintos. No estamos aislados de la vida ni de los demás, pues somos Uno y podemos vivir en esta consciencia de unidad.

Cuando llegamos a esta comprensión o realización, la búsqueda finaliza, el eterno conflicto o lucha con “los demás” desaparece. Gracias a la realización no-dual, podemos vivir la vida con total simplicidad y disfrutando la maravilla del momento presente: aquí y ahora. Ya no es necesario escudriñar permanentemente el pasado para buscar nuestra identidad ni tampoco perseguir nuestra felicidad en el futuro.

Patrones
Ya hemos dicho varias veces que no hay nada que aprender, sólo recordar. No hay nada que soltar sino que hay que integrar. Porque aquello que resiste, persiste. Todo aquello que tratamos de exhalar o de soltar sin habernos hecho cargo primero de esa sombra, del aprendizaje que nos trae, de eso que nos está invitando a mirar queda ahí y nos toca la puerta una y otra vez. A eso lo llamamos patrones que se repiten.

¿Por qué se repiten? Porque no nos hemos detenido a mirarlos y sumergirnos en ellos. Una buena idea sería observar el patrón que se repite con los ojos del corazón, mirarlo con buenos ojos, con dulzura, con mirada amorosa como se dice en constelaciones familiares y amar lo que es, por sobretodo, porque esa es la mejor manera para que algo se transforme. Amar lo que es desde el presente.

Te comparto a continuación un párrafo donde el padre de las constelaciones familiares lo explica con fuerza y simpleza:

 

“Todo lo que lamento, lo estoy excluyendo.

Todo lo que acuso, lo estoy excluyendo.

A cada persona que despierta mi enojo, la estoy excluyendo.

Cada situación en la que me siento culpable, la estoy excluyendo.

Y yo estoy cada vez más empobrecido…

El camino inverso sería: Todo lo que lamento, lo miro y digo ‘Sí, así fue y lo incorporo en mí con todo el desafío que me representa. Haré algo contigo. Ahora te tomo como una fuente de fuerza, sea como fuere.’

El movimiento básico es siempre el mismo: en lugar de excluir, incorporar”

Bert Hellinger

 

Ejercicio: Anota este párrafo, imprímelo, úsalo como fondo de pantalla, tenlo a mano. Cada vez que estés frente a un patrón que se repite, frente a un dolor o a cualquier cosa que te esté generando mucha incomodidad, vuelve a leerlo en voz alta y aplica la idea. Luego cierra los ojos por unos minutos respirando de manera consciente y en cada inhalación intenciona que llevas aquello que habías estado excluyendo hacia tu corazón, pues tu corazón es como una gran procesadora, cuando entra ahí tu miedo, tu pena, tu dolor, adquiere su tamaño real, ya no es un “monstruo” amenazante allá afuera sino algo con lo que puedes vivir… porque cuando incorporas o tomas lo que habías rechazado, al consentir plenamente, se transforma y lo que entra en tu corazón realmente es el fuego o las brasas de esa alquimia.

Amar lo que es

Una historia mental es una secuencia de pensamientos no reales que nunca han sido cuestionados y que puede dar como resultado un patrón que se repite. Una vez que eres consciente de él, te recomiendo que apliques las famosas cuatro preguntas que enseña Katie Byron: pregúntate qué historia te vienes contando a ti misma, para poder iniciar un proceso de indagación donde -más que renunciar al patrón- se te invita a encontrar una buena razón para mantenerlo:

  1. ¿Es eso verdad?
  2. ¿Tengo la certeza absoluta de que eso es verdad?
  3. ¿Cómo reacciono cuando tengo ese pensamiento?
  4. ¿Quién sería sin ese pensamiento?

Luego céntrate en cambiar o mejorar lo que está en tu ámbito de acción real actual. Si bien en Ho’Oponopono hemos aprendido que somos 100% responsables de lo que creamos, la invitación aquí es a hacer tu parte desde el espacio que tú consideras tu parte. Ese límite va a ser distinto para cada persona. Para algunas puede que haya cosas que no son de nadie en particular (como un complejo sistema que no pertenece a un ser humano en particular sino que más bien es una situación o una institución no atribuible a nadie) y por tanto lo que queda es aceptarlas, pues como bien dice Sergi Torres, “al final sucede como sucede”. Si estamos en guerra con lo que –aparentemente- estamos presenciando, no lograremos el estado de aceptación, lo cual por cierto no es un sinónimo de conformismo.

Es aquí donde comenzamos a echar mano a nuestras comprensiones y realizaciones sobre no dualidad. Aquí recordamos que la vida es como una obra de arte que estamos esculpiendo.

Recordemos que tu naturaleza (lo que eres) nunca está en peligro, y por tanto no necesita salvación, ni iluminación, ni protección. Es como si estuvieras jugando un juego de mesa con tus amigas y en ese juego cada una representa un personaje: incluso si en el juego pierdes, a ti (la jugadora) no le pasa nada realmente. A no ser que te creas el personaje y te olvides que es sólo un juego. ¿Te imaginas el sin sentido que tendría que te enojes con tus amigas por  los números que te salieron en los dados y que te hicieron perder la partida?

Una de las creencias que sería bueno revisar, tiene que ver con este paradigma de la dualidad que nos ha tenido durante demasiadas décadas peleando o jugando a la guerra de las galaxias: los “buenos” contra los “malos”, el ying y el yang, lo masculino y lo femenino, lo blanco y lo negro. Esta dualidad aparente y digo aparente porque no es real, es una ilusión que tiene también un propósito colectivo y en este sentido no estoy desacreditando lo que ha sucedido hasta ahora, sino más bien abriendo la puerta a la posibilidad de que deje de suceder de esta manera.

Si hay algo allá “afuera” que te hace conectar con el miedo, te digo desde ya, que por ahí NO es. Si te hace sentir mejor o superior al otro, por ahí no es. Si te hace pensar que tú estás “despierta” y la otra persona está “dormida” (o sea que tú eres más o mejor), por ahí tampoco es. Si te hace sentir menos o inferior o “dormida” frente a otro que es mejor o que está “despierto”, eso tampoco es el camino de la conciencia de Unidad.

Si nos divide o nos separa, no puede ser el camino de la felicidad, no puede ser el camino del gozo y de la paz. Insisto: si te da miedo, no es; si te hace sentir superior, no es; si te hace sentir inferior, no es; si te hace sentir diferente, tampoco es. El camino del medio es el de la integración y la unificación de las polaridades: el yin y el yang, el masculino y el femenino, el negro y el blanco, los dos bandos de la Guerra de las Galaxias dejando de luchar para vivir en armonía. La no dualidad nos invita a la integración y a despolarizarnos, nos invita al camino de la autorregulación y de la paz, para que dejemos de ver antagonistas en la película de nuestra vida y más bien veamos potenciales y posibilidades de expansión.

La no dualidad nos invita a dejar de juzgar lo que es bueno y lo que es malo. Hasta ahora, hemos juzgado como “negativas” un montón de emociones como la rabia, la pena o la ansiedad. ¿Pero qué pasaría si le quitáramos la etiqueta de “malo” y lo viéramos sólo como la energía que es? Veríamos sólo una intensidad con todo su potencial.

Veamos: si tú tienes mucha rabia, eso también es todo tu poder, es una expresión creativa con un potencial gigante. La impaciencia que dices tener, contiene en sí todo el potencial de la paciencia, pues es la misma energía manifestada en sus distintas polaridades, y por tanto esa energía de la paciencia -incluso si eres muy impaciente- ya está en ti, en todo su potencial. Si eres muy intolerante, tienes en ti todo el potencial de la tolerancia. Podemos decir inclusive, que la violencia contiene el potencial y la semilla de la paz. Todo un cambio de paradigma, ¿no?

Basta de juzgarnos, de criticarnos y de indicarnos con el dedo unos a otros, pues eso nos divide y nos aleja del gran propósito universal: la Unidad. El propósito mayor, el sentido superior de la vida es alcanzar la consciencia de Unidad. Mientras nos sigamos criticando unos a otros, mientras nos sigamos haciendo la guerra, mientras sigamos celebrando las fronteras y creyendo que son reales diciendo que los de un país somos distintos a los otros, esas fronteras seguirán existiendo en nuestra percepción y seguiremos viviendo separados.

Te invito entonces a que bajemos las barreras, a que bajemos las banderas de lucha y empecemos a vivir desde la compasión y desde el presente, aquí y ahora. Cuando tú entras en conexión con el presente, sólo puede emerger lo único que existe, lo único que es real: el amor. Y ese amor es una flecha que está indicándote siempre con mucha claridad cuál es tu estrella del norte, cuál es tu mapa de navegación, cuál es tu GPS para que vivas alineada siempre con tu Propósito.

Entonces, podríamos decir que el secreto de la felicidad es vivir tu propósito ¿Quéeee??? Sí, eso mismo que has leído. Hasta el momento no he conocido ninguna persona feliz que no esté alineada con su Propósito y con su sentido superior de vida. ¿Cómo llegamos allí? Cada una encontró su propio camino hacia Roma, hacia ese amor que somos, al mismo Propósito que es ser una misma, ser la felicidad y el amor que siempre hemos sido y siempre seremos. Ahora, te toca a ti. Tú eliges.

Capítulo VI: Historias que inspiran

Al elegir la no dualidad lo que sucede es que trasciendes las historias que te contaron y que te contaste, y dejas de contarte a ti misma los cuentos de que “yo soy esto y esto otro y llevo tantos años siendo así o asá”. En el aquí y en el ahora eso deja de tener poder. En el aquí y en el ahora tú puedes crear con lo que tienes y con lo que ya eres, y tener poderosos resultados.

El Profesor

Por ejemplo, hay una historia que no recuerdo muy bien, ni siquiera sé de dónde la saqué, pero te contaré lo que recuerdo: Se trataba de un experimento que se hizo en un colegio de Estados Unidos, donde llevaron a un profesor de no muy reconocida reputación que supuestamente había creado un “súper método” para estudiantes de alto rendimiento. Como su metodología no funcionó con esos alumnos (digamos que más bien fracasó), fue contratado por un colegio de otro Estado donde tenían un curso en el que habían puesto a todos los niños más conflictivos juntos. A ellos se les informó que les traían al especialista más destacado de Estados Unidos con la metodología más exitosa probada hasta el momento.

 

En tanto que al profesor le dijeron que le entregaban el grupo de estudiantes más inteligentes y más destacados del colegio, pero que por el mismo hecho de ser tan inteligentes no tenían buen comportamiento y que por eso deseaban aplicar en ellos su “exitoso” método.

Lo que sucedió en el primer trimestre no deja de sorprender: gracias a que los alumnos creían que tenían al mejor profesor del país y el profesor pensaba que tenía a los mejores alumnos, empezó a haber un cambio. A mitad de año el grupo completo ya se había nivelado en términos de resultados académicos con el resto de los estudiantes de su misma edad, y a fin de año era el curso que tenía los rendimientos más altos de ese nivel.

Impactante, ¿verdad? Esta historia nos hace reflexionar sobre la importancia de nuestras creencias, mentalidad y decisiones. Qué importante es que recuerdes en todo momento  que gran parte de lo que sucede (por no decir todo) depende de tus decisiones, de tu foco, de tu estado mental, de tu energía, de tu estado corporal (fisiología) y de lo que tú decidas alimentar, de lo que elijas creer y crear.

Lo importante que es no sólo revisar nuestras creencias, sino trascenderlas y transformarlas para poder vivir en el presente, porque cuando estamos viviendo apegadas a nuestras creencias, estamos viviendo en el pasado, estamos viviendo una realidad que ya está obsoleta, de la misma manera que este libro ya está obsoleto porque fue escrito hace mucho más tiempo que el momento presente en el que lo estás leyendo.

Pero si tú tienes la capacidad de actualizarlo en el aquí y ahora en tu vida, puede ser un libro vivo. Realizar estas actualizaciones es la misma tarea que debiésemos hacer todos los seres humanos ojalá todos los días de nuestra vida, permanentemente. Todos los días, sí, porque la persona que eres a cada momento, ya no es la misma de hace cinco minutos atrás. Si te quedas pegada creyendo que eras esa, te va a costar muchísimo mirar quien eres en el ahora y descubrirte momento a momento. Te va a costar inclusive entrar en coherencia contigo, porque estarás preguntándote por qué cambiaste tanto en  vez de aceptar que a cada momento emerge una nueva posibilidad de tu Ser.

Así que te invito a quedarte con la importancia de hacer nuestra actualización o software upgrade interno permanentemente. Porque te otorgará una nueva visión, y un profundo diálogo interior para profundizar en este viaje. Quiero compartirte otra historia sobre este mismo tema. La escuché mientras asistía a clases de PNL hace algunos años.

 

El aura de un pan

Se trata de una profesora que estaba enseñando a sus alumnas a ver el aura de las cosas. Estaban practicando con diferentes cosas, y se podía observar que dependiendo de su naturaleza, su aura era más grande o más pequeña. Cuando tocó el turno de observar el aura de un pan podrido, las alumnas dijeron ver un aura muy pequeña.

 

Luego la profesora las invitó a mirar el pan desde otro punto de vista, pues el resultado de lo que estaban “viendo” tenía realmente que ver con el prisma desde el cual estaban mirando y la creencia previa de que algo podrido es algo sin vida. Las invitó a considerar e integrar en su pensamiento el hecho de que un pan podrido tiene muchísimas colonias de bacterias.

 

Lo que sucedió a continuación fue sorprendente: a medida que fueron cambiando su punto de vista, el aura que estaban viendo comenzó a expandirse hasta ser más grande incluso que la de un pan regular. Lo que cambió no fue el pan podrido en sí, sino el punto de vista o prisma con el que estaba siendo evaluado.

 

El experimento de la doble rejilla

A este mismo respecto, podemos mencionar este experimento que durante décadas ha asombrado a los físicos que lo han realizado. Lo puedes encontrar en internet explicado en detalle. Se trata de una prueba realizada por primera vez en 1801 para probar la naturaleza ondulatoria de la luz que contiene en sí mismo el corazón y todo el misterio de la física cuántica, el cual pone de manifiesto dos características desconcertantes de ella: los objetos físicos tienen una naturaleza dual, es decir, que según las circunstancias, pueden comportarse como un conjunto de partículas o como una onda. Y la segunda consiste en que el hecho de observarlos hace que actúen de una manera o de otra.

 

¿Cómo es esto? Simple: las partículas (fotones o electrones)  se comportan de una manera distinta cuando están siendo observadas, pero se comportan libremente cuando no hay un observador. Cuando hay un observador, al proyectar el haz de luz, el fotón viaja de manera lineal (que es precisamente lo que espera que suceda el científico que está observando). Cuando se retira al observador, al proyectar el haz de luz hacia el fotón, este ya no viaje de manera lineal sino que en todas direcciones, libremente. ¿Impresionante verdad?

 

¿Qué quiero decir con esto? Que si llevamos esto a la vida cotidiana, podemos decir que nuestra presencia (por ejemplo en una relación) está determinando el comportamiento del otro según nuestras propias expectativas y observación. Entonces, si mi “fotón marido” se comprometió a lavar la loza pero no lo hizo, puedo recordárselo amorosamente por un lado, mientras por el otro puedo mirar qué aspecto mío del cual no soy consciente está creando o contribuyendo con esa situación. Esto me hace recordar la antigua frase “no eres tú soy yo”, y sí, en este caso, totalmente es así!

 

Mala suerte buena suerte

Te comparto ahora otra de las historias que me han inspirado profundamente, y me ha servido en los momentos difíciles cuando estoy sintiendo que lo que me sucede es “malo”. Se trata –una vez más- de Anthony de Mello:

 

“Érase una vez un granjero anciano cuya mayor posesión en la vida era un caballo con el que labraba la tierra. Un día, olvidó cerrar las puertas del establo y el caballo escapó hacia la montaña. Los vecinos del granjero acudieron a consolarlo: —¡Qué mala suerte tienes! Has perdido tu caballo en pleno tiempo de cosecha—le dijeron—. Quedarás en la ruina.

El granjero respondió: —¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!

Una semana después, el caballo regresó de la montaña con una manada de caballos salvajes. Los vecinos felicitaron al granjero por su buena suerte. Pero su respuesta fue la misma:

—¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!

A los pocos días, cuando el hijo del granjero intentó domesticar a uno de los caballos salvajes, cayó de él y se rompió una pierna. Los vecinos del granjero acudieron a consolarlo:

—¡Qué mala suerte tienes! —le dijeron—. Ahora sí que quedarás en la ruina sin tener quien te ayude a cosechar.

La respuesta del granjero no cambió:

—¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!

 

Algunas semanas después, el ejército del emperador llegó a la aldea y reclutó a todos los jóvenes para la guerra. Sólo dejaron atrás al hijo del granjero; por tener la pierna rota no era apto para el servicio.

Pronto llegaron los vecinos y entre lágrimas, dijeron:

— Tu hijo es el único que no ha sido enviado a la guerra. Qué buena suerte tienes.

Y tú, ¿qué crees que respondió el granjero?

—¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”

 

Así, nos vamos invitando a reflexionar a la luz de la sabiduría popular, de historias que se transmiten de manera oral o escrita a lo largo de los años. Ahora te comparto una historia que también nos deja un bello mensaje. Por tratarse de una frase corta, se puede grabar en un anillo o collar, además de recordar esta frase fácilmente:

El Anillo del Rey

“Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: – Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total…

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino…

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.

Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes… y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: -Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero. El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas”.

¿Qué te pareció la historia? Es muy útil recordarla en momentos en que nos hemos alejado del camino del medio y estamos de regreso hacia una vida con propósito.

Ahora te comparto una historia corta que ejemplifica muy bien la importancia de la presencia plena en el desarrollo de nuestra automaestría o maestría interior. Desconozco el autor al igual que la anterior (y no lo encontré en internet).

“Después de diez años de aprendizaje, un discípulo alcanzó un entendimiento profundo del Zen.

Un día lluvioso, fue a visitar a su maestro y antes de entrar dejo en la puerta su paragua y sus zapatos.

Cuando entró a su pequeña casa, el maestro lo saludó.

-¡Maestro! Dijo el discípulo

-He venido a decirte que creo que después de 10 años de dura práctica, ya estoy preparado para ser un Maestro.

-Bien
Le contestó.
– Dime, dejaste tu paraguas, ¿a la derecha o a la izquierda de tus zapatos?

El discípulo pensó un momento pero no supo responder.

En ese momento se dio cuenta que aún no había logrado la conciencia plena, así que estudió con él por diez años más”.

 

 

Para cerrar este capítulo, quiero compartirte de manera resumida una historia de Paulo Coelho, que trata de un anciano samurái que es insultado y atacado por un guerrero sin escrúpulos durante horas, sin que el viejo samurái se inmutara. Finalmente el guerrero sintiéndose exhausto y humillado, se retira derrotado. Los discípulos decepcionados porque su maestro no se había defendido o contraatacado lo increpan, a lo que el Samurái responde:

 

– Si alguien se acerca a ti con un regalo y tú no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo? preguntó el samurái.

– A quien intentó entregarlo – respondió uno de los discípulos.

– Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos – dijo el maestro.

 

Recapitulando, a lo largo de este libro hemos visto la historia de la ranita sorda, el profesor de Estados Unidos, los dos lobos que habitan dentro de nosotros, el alumno de zen, la historia del anillo del rey, el profesor, el aura del pan, “ata tu camello” y el regalo del insulto. Para mí son historias que inspiran y que siempre comparto en mis cursos. ¡Te animo a que también las puedas compartir y dejarlas a mano para cuando las necesites!

 

Capítulo VII. El Propósito de todo

Si bien es cierto que en el camino del Propósito y del autoconocimiento no hay una meta, pues se trata de un estilo de vida, también es cierto que cada día nos podemos conocer un poco más. Es cierto que para mi limitada conciencia humana aún no sé quién soy, pero también es cierto que estoy mucho más cerca de mí de lo que estaba a los 23 años cuando vivía tomando antidepresivos totalmente desconectada de mí misma.

El Propósito de las relaciones

A diferencia de lo que se ha creído o de la creencia ampliamente popularizada de que el propósito de las relaciones es hacernos felices, me uno a las palabras de Eckhart Tolle cuando dice que el Propósito de las relaciones es hacernos profundamente conscientes. ¿De qué? De nosotras, de nuestras sombras y de la necesidad de integrarlas y abrazarlas, de integrar algún aspecto de nuestra totalidad que quedó excluido, para espejearnos también muchas veces y darnos cuenta de que estamos proyectando en el otro no sólo nuestras luces sino también nuestras sombras y a veces incluso las de nuestros padres o las de algún evento pasado donde no terminamos de completar la experiencia.

Por otro lado, podemos decir que el Propósito de las relaciones de pareja va muy de la mano con el Propósito superior de la vida y que ya hemos mencionado en repetidas ocasiones a lo largo de este libro: alcanzar la consciencia de Unidad o Oneness, pues en la práctica taoístas así como también en las tántricas, encontraremos una invitación hacia la fusión de lo femenino con lo masculino, hacia la disolución del “yo” en esta fusión entre el ying y el yang, permitiendo la integración de los “opuestos” y la Unidad. Es por ello que muchas personas a lo largo de la historia han optado por el Tao y por el Tantra como camino hacia la “iluminación”. Es un camino tan válido como cualquier otro, uno de los caminos que te pueden llevar a Roma, pero no el único.

Las relaciones humanas y especialmente las relaciones de pareja vamos a abordarlas en otro libro. A la luz de los tiempos actuales es muy importante atenderlas desde el espacio de la presencia y el presente, a la luz del amor, de la compasión, del autoconocimiento y de la auto observación.

Si no somos conscientes de que el propósito de las relaciones es hacernos profundamente conscientes y alcanzar la consciencia de Unidad, vamos a errar una y otra vez, vamos a huir de nuestras relaciones, vamos a enjuiciarlas, vamos a dualizarnos en nuestras polaridades y vamos a estar atrapados en un loop: en un círculo vicioso donde caemos en el mismo tipo de relaciones una y otra vez. Por tanto, hasta que no nos detengamos a mirar el patrón repetido, este se va a seguir repitiendo y va a seguir al mando de nuestras elecciones de pareja.

El Propósito de las enfermedades

De la misma manera podemos mirar el propósito de la enfermedad y encontrarnos con una vasta bibliografía que viene incluso desde antes de la época de Ruediger Dahlke con su libro “La enfermedad como camino” (1983) con Louise Hay y su tremendo trabajo con la autoestima, el amor propio y las enfermedades, y tantísimos otros que nos han dado muchísimas luces en este sentido, hasta los últimos avances en bio-descodificación y en la biología del presente.

Cuando una enfermedad o un síntoma llega a la vida de una persona viene a remecer su sistema de creencias, lo que daba por sentado, su zona de confort y su manera de mirar el mundo. Dependiendo de qué tan fuerte sea la enfermedad, pareciera que viene a mostrar algo que no ha sido integrado en primer lugar, y en segundo, a invitarnos a hacer un acto de sinceridad, de presencia, de autoconocimiento y en última instancia, de gratitud y de reverencia hacia la vida.

¿Quién no ha salido tremendamente fortalecida y empoderada después de una enfermedad? Especialmente las más dolorosas o molestas, más conscientes nos hacen. Quién no ha sido invitada profundamente a valorar lo que sí tiene, mientras se encuentra en un proceso de dolor e incertidumbre? Porque antes de la enfermedad solemos tener esta mala costumbre de ver el vaso medio vacío, creyendo que a lo máximo que podemos aspirar es a ver el vaso medio lleno, no sabiendo que el vaso está siempre lleno (de aire), y aún más, que el vaso somos nosotras y lo llenamos nosotras. Después de una enfermedad volvemos a poner el foco en lo que sí importa, volvemos a agradecer por lo que sí hay, en vez de estar quejándonos todo el día por lo que no hay.

Pero requiere disciplina mental, rutina y compromiso el mantener estas prácticas saludables de gratitud y presencia una vez que los síntomas van desapareciendo.

El propósito de la enfermedad tiene que ver con que conectemos con el Amor que somos y con el presente, sacándonos del piloto automático o “modo sobrevivencia”. Porque si hay algo que tiene la capacidad de traernos rápidamente al presente, es el dolor. El propósito de la enfermedad es mostrarnos y entregarnos un mensaje que no hemos tomado o no hemos querido ver. A veces como un tirón de orejas, y a veces como un huracán que se lleva todo lo obsoleto y todo lo que no tenía una base firme.

Aprender a dialogar con los síntomas puede ser de tremenda utilidad en todo tipo de enfermedades. Para hacerlo, te presento a continuación un ejercicio para que practiquen de cómo conversar con un síntoma y cómo conversar con una enfermedad. También puedes descargar el ebook y el ejercicio en mp3 desde la página de recursos complementarios en mi web.

Cómo conversar con un síntoma paso a paso

Si quieres profundizar en el diálogo con tu síntoma, puedes ir a una sesión de biodescodificación, de canalización, de acupuntura o de sanación energética, pero al menos en aquellos de baja o mediana gravedad, he observado importantes mejorías en cosa de minutos con esta simple práctica.

Recuerdo una ocasión en que una amiga nos contó a través del grupo de whatsapp que llevaba varios días con dolor de espalda y ya casi no lo soportaba. Había hecho varias cosas para aliviarlo, incluido el uso de analgésicos, sin mayores resultados. No sin titubear -y a riesgo de ser llamada loca por esta propuesta tan poco ortodoxa de conversar con un síntoma con la misma naturalidad que conversamos con un amigo- le envié un audio por interno invitándola a dialogar con su síntoma de la misma manera que propongo en este libro.

Ya no recuerdo si fue al rato o al otro día, que me envió un audio con voz de “no puedo creer lo que acaba de pasar aquí”. Había hecho el paso a paso que le propuse y el dolor había desaparecido. Ella había “escuchado” claramente el mensaje que su síntoma le traía y había aceptado la “sugerencia” que le hizo: se había comprometido con ella y con su sanación. Nada más era necesario, y por tanto, la razón de ser del síntoma había desaparecido.

Por supuesto que no tiene que suceder de la misma manera en todos los casos, hay algunos síntomas y algunas enfermedades (dependiendo de su propósito) que duran lo que tienen que durar y por más que conversemos con ellas, su manifestación sintomática sigue el curso normal de la enfermedad. En algunos de esos casos, podemos encontrarnos con personas que venían de estar años sin tomar vacaciones ni descanso, o personas que se cansaron de jugar un rol que ya no querían.

Recuerdo el caso de una persona que tenía paralizada la mitad de su cuerpo. Un terapeuta amigo le hizo una sanación al frente de toda su familia, y para sorpresa de todos, en cosa de minutos esta mujer recuperó la movilidad en todo su cuerpo. Transcurridos algunos minutos, una de las hijas de esta mujer comenzó a decir “¡Qué felicidad! ¡Ahora todo volverá a ser como antes! ¡Ahora todo volverá a ser como antes!” Te podrás imaginar lo que sucedió a continuación: la mujer lentamente fue perdiendo nuevamente la movilidad de su cuerpo, hasta que retornó a su estado previo.

¿Qué sucedió ahí? Al parecer la mujer en el fondo no quería que todo volviera a ser “como antes”. De una u otra manera se las había arreglado para salir (aunque fuera mediante un síntoma) de una vida de la cual creía no tener escapatoria. Y con lo que sucedió, pudo darse cuenta de que su estado actual era una decisión, ciertamente no consciente, pero suya, y no sólo eso sino que además una decisión que le acomodaba y que de una forma u otra, agradecía.

Muchas veces el síntoma tiene como función traernos de regreso al aquí y al ahora. Otras veces tiene la función de hacernos creer en la magia, en la sanación o incluso en la física cuántica (muchos ingenieros, profesores, científicos, médicos, entre otros, se han visto forzados a dejar su escepticismo de lado cuando después de haberlo probado todo, han terminado recurriendo a las medicinas y terapias complementarias con tal de mejorarse de algo que médicamente no tenía cura, luego de lo cual han dejado incluso sus profesiones atrás para dedicarse por completo a esta nueva actividad). En otros casos, el mensaje no es sólo para quien se enferma sino para toda su familia y lo que les toca vivir en torno a ella (para los casos más dolorosos, sugiero leer algunos capítulos del libro “El plan de tu alma” de Robert Schwartz). Y en otros casos de lo que ese síntoma les estaba mostrando, pudieron sanar, resignificar e integrar lo que había quedado excluido. Como puedes ver, no hay sólo un significado o interpretación a la luz de un solo sistema de descodificación de síntomas. Si nos quedamos sólo en el “diccionario de las enfermedades” podríamos estarnos perdiendo una buena parte de la invitación que ellas nos tienen. (Y eso que aquí he dejado aún sin nombrar unas cuantas otras opciones).

Ahora quiero invitarte a que apliques este ejercicio de conversar con un síntoma físico, a cualquier síntoma emocional o mental que pueda aparecer, a cualquier relación que te tiene los pelos de punta, o que te tiene incómoda, recordando siempre entrar en el presente, en presencia y activar el modo mindfulness en ti.

Recuerda que todas las respuestas se encuentran dentro de ti y que si bien puede haber algunas pautas externas que te ayuden a identificar el origen de un síntoma, desde mi experiencia es algo muy personal y se debe evaluar caso a caso, por lo que te invito a mirarlo desde ahí, conectando con tu propia sabiduría interior al servicio de tu felicidad, de tu Propósito y de tu sanación.

Cuando hablamos de sanar nos referimos al arte de mirar una herida o un dolor desde un nuevo prisma, para comprender su sentido y resignificarlo, integrando su mensaje y abrazando ese dolor, llevándolo hacia el corazón para incluir y amar lo que fue y lo que es.

Como ya dijimos -cuando algo duele- la primera invitación con que nos encontramos es la de sentir lo que sentimos y reconectarnos con nuestro cuerpo, es decir, entrar en el PRESENTE. Es muy recomendable utilizar el dolor como un “empujón” hacia la presencia (consciencia) y hacia el autoconocimiento, el cual además nos permite alcanzar una maestría, fortalezas o virtudes divinas como las llama Robert Schwartz, autor de “El Plan de tu Alma”.

Las virtudes de las cuales habla Schwartz, que nos pueden ayudar a encontrar el Propósito de una experiencia dolorosa son: fe, confianza, aceptación, compasión, coraje, bondad, amor propio, amor incondicional, paz, gozo, gratitud, empatía, paciencia, referencia personal, compartir, reverencia a la vida, cooperación, armonía, balance, apertura del corazón, humildad, espiritualidad, dulzura, amabilidad, autorregulación, perseverancia, ecuanimidad, atentividad y cuidado, generosidad, ser consciente de tu fuerza y poder personal, capacidad de perdón, etc.

Ejercicio:

Paso 1: Respiración consciente más chequeo corporal (auto scanner de pies a cabeza) para saber desde tu autoconsciencia corporal o propiocepción qué estás sintiendo.

Paso 2: Reconoce en qué parte de tu cuerpo está el síntoma. Luego tómate unos minutos para sentir lo que sientas. Ya sabemos gracias al Mindfulness, la importancia de realizar este ejercicio de presencia o atención plena. Repite internamente “así se siente este síntoma en mi cuerpo”. Puedes usar un adjetivo calificativo para describirlo.

3) Una vez que te has tomado algunos minutos para estar con tu síntoma, ya deberías poder observar algunos cambios: probablemente ya tuviste algunas descargas de tu sistema nervioso parasimpático o involuntario (bostezo, suspiro, lágrimas, risa, movimientos involuntarios en general). El dolor también puede haberse movido o cambiado.

4) Ahora mira tu síntoma y dile: “Sí, te veo y a contar de ahora te tomo como fuente de fuerza sea como sea”. Repite Lo siento, perdóname, gracias, te amo varias veces (Palabras de Ho’Oponopono)

5) Con los ojos cerrados visualiza o imagina: Si el síntoma fuera “algo” físico, que pudieras ver, cómo sería? qué forma tendría? qué tamaño? de qué material? qué color? Textura? Olor?

6) Imagina ahora que lo sacas fuera de ti por un momento y lo visualizas frente a ti: imagina que te está mirando. Con qué expresión facial lo está haciendo? Está triste, feliz, enojado, indiferente?

7) Ahora pregúntale qué necesita de ti. Se lo puedes dar? Si puedes, imagina que se lo das (y esperas a ver qué sucede).

Si no puedes dárselo, pregúntale con qué experiencia, situación o persona está relacionado, qué tenías que recordar/experimentar de esa experiencia, cuáles son las virtudes que te invita a desarrollar, ¿qué está haciendo por ti que tú no estás haciendo por él? ¿Qué te está obligando a mirar y ver que sin él no habrías visto ni mirado? ¿Puedes hacerlo? Toma lo que ganaste o estás ganando con en esa experiencia, llévalo en un cofre a tu corazón, deja ir la experiencia dolorosa, porque ya no la necesitas: ya tomaste lo que necesitabas (el mensaje).

Si es un síntoma o experiencia en curso, pregúntale qué se requiere de ti para trascenderla y que se convierta en aprendizaje consciente, a qué te está invitando/obligando. Luego comprométete a hacer por ti eso que te está obligando el síntoma, y luego déjalo ir, o pregúntate qué quisieras hacer con “eso” que aún tienes frente a ti, puede ser lanzarlo lejos (soltar), devolverlo al Universo, a su origen, abrazarlo fuerte hasta que se disuelva dentro de ti, inspirar y llevarlo a tu corazón para que desde ahí se transforme. Lo que prefieras siempre está bien, siendo la recomendación número uno entregarlo al Origen o Divinidad y Hooponopearlo.

9) Luego inhala toda la experiencia transformadora y el mensaje que has recibido hacia tu corazón para que ahí se termine de integrar y transformar. Al incorporarlo -en vez de excluirlo- te haces más fuerte!

10) Entrégale amor a la zona de tu cuerpo donde estaba o está el dolor o síntoma. Agradece desde la sonrisa del alma por esta experiencia donde te has hecho más sabia y más fuerte. Revisa tu cuerpo nuevamente de pies a cabeza y déjate sostener por la sonrisa del alma en cada una de sus moléculas y células, para terminar de restablecer la armonía y equilibrio original.

11) Cierra los ojos conectando con tu corazón y pregúntale cuál es el Propósito de toda esta experiencia en tu vida más allá del síntoma. Hacia dónde te está llevando este proceso. Permítete recibir un mensaje claro. Repite todo el proceso si es necesario.

¿Cómo se entra en presencia o atención plena? Te detallo a continuación los pasos para entrar en modo Mindfulness y así aprender a sentir en el cuerpo lo que estás sintiendo. Al igual que todos los ejercicios de este libro, si prefieres escucharlo, puedes descargarlo en su versión mp3 desde la página de material complementario. También encontrarás algunos recursos adicionales, incluida la meditación de activación del supraconsciente y la de activación del Propósito.

Ejercicio Mindfulness         

Cuando suceda algo que te saca de tu equilibrio, la invitación es a que te hagas consciente de cómo se siente en tu cuerpo. Este proceso te ayudará a observar tus pensamientos y convertirte en maestra de tus emociones.

1) Comienza realizando algunas respiraciones conscientes, observando cómo se siente el roce del aire en tus fosas nasales, en la punta de nariz y cómo cambia la temperatura al inhalar y al exhalar.

2) Luego decide y manifiesta el deseo de no continuar con el proceso de pensamiento habitual. En lugar de hacer lo que haces regularmente, es decir, alimentar tus pensamientos y sentimientos de alarma, detente y trae tu consciencia desde tu cabeza y emociones hacia tu cuerpo.

4) Ahora dedícate a observar cómo esa emoción o pensamiento se siente solo en tu cuerpo.

5) Si puedes nombrar el sentimiento, hazlo. Pero si no puedes sólo debes repetir: “así es como me siento ahora”.

6) Simplemente dedícate a estar en modo atención plena con lo que sientes, siéntate a sentirlo, concentrándote siempre en no permitir que se traduzca en análisis o pensamiento.

7) Hazte consciente y experimenta la sensación que recorre tu cuerpo: después de un tiempo la sensación debería comenzar a reducirse o a ser más llevadera.

Podrás notar que cuando decides no evadir lo que sientes y entras decididamente a sentir lo que sientes, en vez de agrandar la sensación, esta irá disminuyendo.

Esto, a su vez, te dará espacio para que recuerdes la famosa Ley de la Impermanencia, conocida como Ecuanimidad o Arte de la no reacción, que practican los budistas en sus diferentes tipos de meditaciones. Esta ley dice que nada es permanente, que todo va a pasar (Como la historia del anillo del rey). Y desde ese espacio de consciencia te invita a no reaccionar y a observar lo que es y lo que hay, sabiendo que nada dura para siempre. Respira, entra en ti, ahí está tu hogar.

Capítulo VIII: Herida, vocación, trabajo y propósito.

En este capítulo vamos a seguir mirando a la luz de la no dualidad y de la Unidad, el Propósito de tu vida y de tu alma, respecto del cual ya hemos dicho que tiene que ver con todo lo que tú eres: tiene que ver con toda tu esencia, con todo lo que tú traes de nacimiento, con lo que deseas construir o cultivar, con tus sueños, tus desafíos, tus favoritos, tus características basales (te gusten o no), con aquello que amas, aquello que te apasiona y aquello que resistes, y que vamos a mirar en particular en este capítulo a la luz de tu maestría, de tu herida y de tu vocación.

Si bien ya se nos ha dicho hasta el cansancio que debemos dedicarnos a aquello en lo que seamos muy buenas, a veces nos encontramos con personas que son muy buenas en todo: en el área de las matemáticas, en el área humanista, en el área de los números, de la ciencia, de la ingeniería y encima de eso, no sólo son buenas en eso sino que además les gusta todo eso. No suele suceder con demasiada frecuencia pero sí existen (conozco varias), y pueden ser parte del grupo de personas a quienes les cueste más conectar con su Propósito de Vida en sus múltiples niveles. La gracia, es que una vez que lo han hecho, ¡se vuelven imparables!

Si bien la mayoría de las personas podemos ser muy buenas en muchas cosas, para trabajar más específicamente con el Propósito, lo que queremos mirar no es sólo aquello en lo que eres muy buena si no aquello en lo que eres excepcionalmente buena.

La pregunta número uno es: ¿Qué harías por el resto de tu vida aunque no te pagaran? Y en segundo lugar, y por favor no dejes de anotarlo a continuación: ¿Qué es aquello que sólo tú sabes hacer con maestría? ¿Qué es aquello que nadie más sabe hacer como tú sobre la faz del planeta? ¿Qué es aquello en lo que eres excepcionalmente buena, aquello en lo que nadie te podría reemplazar porque no hay nadie más que lo vaya a hacer como tú?

Anota a continuación tus respuestas:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Si después de reflexionar durante un rato no lo encuentras, te invito a que vayas a preguntarle al menos a tres personas cercanas a ti, familiares y amigas cuáles son tus maestrías y superpoderes. Seguro te sorprenderás con sus respuestas. ¡Hasta te podrías emocionar! Incluso si encuentras una respuesta dentro de ti, te sugiero que hagas como complemento el ejercicio de entrevistar a tus cercanos, porque podría embellecer y potenciar lo que ya has descubierto de ti.

Anota a continuación lo que dice tu familia y amigos sobre tus Maestrías:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

En el capítulo dedicado exclusivamente a ejercicios anotaste algunas respuestas sobre tu infancia. Pensando en ello yo te pregunto ahora ¿Qué tiene que ver aquello que tú querías hacer de chica con aquello que harías por el resto de tu vida aunque no te pagaran y con aquello en lo que eres excepcionalmente buena? Porque ahí probablemente tengas una Maestría. No me digas que no puedes, que para qué lo vas a escribir, sólo escríbelo ¿Por qué? Porque al plasmarlo en el papel tú pones el qué y el Universo pone el cómo.

Tómate algunos minutos para escribir la conexión o correlación que encuentres entre tus sueños de niña, tu maestría o maestrías y lo que harías por el resto de tu vida aunque no te pagaran:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

De la herida al Propósito

Veamos ahora los grandes dolores de vida de una persona: Puede haberle dolido la falta de amigos, una enfermedad, una muerte cercana, la soledad, la incomprensión, darse cuenta de la infidelidad de uno de los padres, o sentir que ellos ya no se preocupaban, tomar la decisión de separarse, el egoísmo de alguien, la necesidad de cariño sin tenerlo, etc.

Siempre, nuestras heridas o grandes dolores, tienen que ver con nuestro Propósito y Misión, en algún nivel al menos (por no decir en varios). Así, todos podemos descifrar, nuestras grandes heridas y dolores. Como te ya te conté, mi vida cuando niña tampoco fue nada fácil, tuve muchas heridas y dolores. Pero más que alguno o varios de ellos en particular, lo que más me dolía era lo que subyacía a esos eventos: ¿para qué me estaba pasando eso? ¿Qué sentido tenía? ¿Por qué sentía tanto dolor en mi vida? ¿Por qué tanto dolor en el mundo? ¿Cuál era el Propósito de todo eso?

Ese cuestionamiento permanente me llevó a recorrer múltiples caminos de sanación y búsqueda de lo trascendental. Con el paso de los años llegué al Reiki y desde ese momento no paré más. Con el tiempo y la realización de muchísimos cursos de sanación y desarrollo personal, descubrí que el dolor que me significaba la falta de sentido me hizo desarrollar mi propio método para trabajar con el Propósito de Vida. Es decir que mi herida me condujo hacia este aspecto de mi Propósito laboral y vital.

Veamos otro ejemplo: tomemos cualquier ruptura sentimental importante en la vida. No es necesario explicar demasiado, ya que la mayoría hemos pasado por una situación así y sabemos lo doloroso que puede llegar a ser. En el momento mismo en que se acaba la relación es difícil (pero no imposible) enfocarse en otra cosa que no sea el dolor. Si nos resistimos a él comenzamos a sufrir. Pero si nos rendimos a vivir la experiencia, todo se irá acomodando hacia un nuevo orden más rápidamente. El tiempo y los recursos que tenemos hacen lo suyo y en algún momento ese duelo termina, eventualmente encontramos una nueva pareja y desde ese nuevo lugar podemos agradecer la relación anterior como una experiencia de maestría, de espejearse, y –por qué no decirlo- de trampolín hacia la nueva relación.

Anota a continuación alguna experiencia dolorosa que te permita aplicar esta lógica. Escribe qué ganaste de esa experiencia en términos de aprendizaje:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

¿Qué superpoder interno, fortaleza o virtud divina te viste obligada a desarrollar? (Por ejemplo paciencia)

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Veamos algunos ejemplos más y de qué manera esa fortaleza puede ser llevada a una actividad laboral remunerada que permite su sanación y resignificación desde el servicio:

Herida Virtud divina a desarrollar Oficios/profesiones
Sentido de no pertenencia, rechazo, Abandono Auto-reconocimiento. Valor personal. Autoestima. Asistente social, profesora, consteladora familiar, psicóloga, terapeuta.
No encontrarle sentido a la vida Motivación para buscar más allá de lo “tradicional” Terapeuta de Propósito de Vida. Orientadora. Coach
Privación de libertad Creatividad Artista. Emprendedor.
Abuso Resiliencia. Autosanación. Alquimia personal. Sexólogo. Terapeuta sexual. Terapeuta. Psicólogo/a.
Traición Perdón. Compasión. Mediador. Terapeuta.
Muerte de alguien cercano Justicia, Equilibrio, Sanación, Perdón. Juez, Abogado, Psicólogo, Terapeuta. Médico (si la muerte fue por enfermedad).

 

Ahora es momento entonces de que revises hacia dónde te ha llevado y hacia dónde te podrían llevar tus heridas. Tómate un tiempo a solas en el computador o con cuaderno en mano y permite que aparezcan todas tus ideas. Recuerda: aquellas ideas que hagan latir tu corazón con más alegría y fuerza (ocupa tu Propositómetro) son las que más se acercan a tu realización.

Valores

¿Qué es para ti sagrado? ¿Cuáles son tus valores? Esto también es parte del puzle que se va armando cuando estás trabajando con tu Propósito, cuando vas juntando las piezas con cada aspecto que descubres sobre ti. Ya con que tengas cinco o seis piezas importantes, vas a empezar a ver cómo la información se repite una y otra vez. La confirmación debería ser clara y contundente.

Con mucha regularidad, veo en los cursos la cantidad de información repetida que aparece cuando las personas empiezan a mirar sus características físicas, emocionales, mentales, espirituales, su arquetipo ayurvédico, horóscopo maya, horóscopo chino, etc. Cuando lo decodificamos y lo vemos a la luz del propósito, se les repite prácticamente lo mismo en cada uno de esos ítems. Es decir, su numerología dice lo mismo que su arcano, lo mismo que su carta astral, lo mismo que su nahual maya, lo mismo que su eneatipo, que sus animales de poder, lo mismo que su FODA personal, y por supuesto, lo mismo que sus valores internos!!! Y así, podríamos seguir analizando todo lo que encontremos sobre esa persona, ¡y seguirían apareciendo piezas del mismo puzle! Porque todo, insisto, todo, está apuntando siempre hacia el Propósito en todos sus niveles, desde el aspecto laboral-vocacional hasta la autorrealización del Ser.

Anota a continuación cuáles son tus valores fundamentales en la vida, aquello que no estás dispuesta a tranzar ni a ceder.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

¿Te imaginas que tu propósito vital y laboral atentara contra alguno de esos valores fundamentales? Sería una locura. Pero no es así. Lo que realmente sucede es que tu Propósito, tu esencia y tus valores van siempre alineados.

Yo le pregunto a las personas siempre: ¿Cómo sería la vida si realmente todas recordáramos desde pequeñas a lo que vinimos y para qué vinimos? Si desde chicas tuviéramos una percepción real del presente y no del pasado, si desde chicas pudiéramos dedicarnos conscientemente a nuestro Propósito ¿Qué habrían estudiado? ¿Qué habrían hecho diferente? Y siempre hay algo en lo que todas concordamos: qué distinto habría sido si hubiéramos tenido estos indicadores cuando estábamos en el colegio.

Si a eso le sumamos todo lo que hemos venido diciendo, nos abre pie para el desarrollo de la coherencia interior, que es el aspecto más espiritual de nuestro Propósito en su totalidad.

Ganar dinero haciendo lo que más te gusta

Hay personas a quienes les pagan por jugar todo el día a los videojuegos. También hay gente que hace de viajar su actividad remunerada, siendo una nómada digital, o una chef que viaja por el mundo haciendo un programa de televisión, lo que fuera.

Durante muchos años me pregunté cómo podría yo vivir de una de las cosas que amo hacer: leer. Me preguntaba: ¿Quién me va a pagar por leer? Y me convencí a mí misma de que esto no era posible. Resulta que ahora he visto aplicaciones de celular donde hay personas que leen por ti los libros y te lo venden resumidos. A mí nunca se me ocurrió hasta que lo vi hecho realidad.

Te invito a que realices un brainstorming o lluvia de ideas en busca de cómo convertir aquello que amas en una actividad remunerada. Esto es un ejercicio que si yo hubiera hecho, me podría haber llevado a la idea de estas aplicaciones recién mencionadas.

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Pero recordemos algo: si crear esas aplicaciones hubieran sido mi propósito laboral actual, se me habría ocurrido la idea de los resúmenes de una u otra manera, o habría soñado con ello. Pero no lo era. Lo que sí se me dio fácil fue el empujón que me dio mi mejor amiga hacia la aventura obligatoria de escribir un libro en pocas semanas y publicarlo después de muchos años intentándolo sin éxito. Claro, porque no hay nada más poderoso que una idea a la cual le ha llegado su hora, como bien dijo Víctor Hugo. Y esta idea de ser escritora se viene cocinando desde mi adolescencia. Y no sólo eso, escribiéndolo me doy cuenta de que me gusta más escribir que leer.

Esto partió como una afición a escribir todo (cuando digo todo, es todo, como ya vimos en los relatos pasados). Lo que no lo escribía, lo grababa en un cassette. Con la llegada de la preadolescencia mis diarios de vida se convirtieron en poemas. Y con la llegada de autores como Rimbaud a mi vida, esos poemas se convirtieron en cartas de reproche, sufrimiento y reclamos divinos. Lo mío siempre fueron las letras: nunca fui buena ni me gustó la biología, las ciencias, las matemáticas ni las artes manuales.

Pero el espectro humanista a la hora de elegir qué estudiar, era aún demasiado amplio. Finalmente cuando llegó el momento de la elección ya lo tenía claro: quería ser escritora, y mi estrategia para lograrlo sería estudiar periodismo. Nunca quise ser periodista, siempre quise ser escritora.

Recuerdo en la época de colegio haber escrito (a mano obviamente) cartas interminables a mis amigas durante las vacaciones, podía llenar fácilmente 9 ó 10 páginas de historias y reflexiones. Luego fueron los “fax” y luego los mails. También era la encargada eterna del diario mural de la sala de clases y muchas veces confeccioné revistas artesanales, sí, con horóscopo incluido inventado por mí.

Otra cosa que se me dio siempre con mucha facilidad fue la lectura, era algo que me apasionaba y que podía capturar todo mi interés por horas y días. Podía incluso esconderme bajo las sábanas con una linterna con tal de seguir devorando libros por las noches. Por un buen libro también era capaz de portarme mal para que me echaran de la sala de clases y así poder irme a la Biblioteca del colegio a seguir avanzando en las lecturas que sí me interesaban. No cualquier libro, sólo los mágicos, sólo aquellos en los que veía reflejada mi luz y mi sombra, aquellos que me inspiraban, aquellos que me hacían suspirar, aquellos llenos de historias y personajes que me hacían soñar con un mundo mejor. Como “El joven Lennon”, que me tuvo portándome mal varios días seguidos, hasta haberlo terminado en esas horas de “castigo” en la biblioteca.

Si te cuento todo esto, es porque quiero que veas con mayor claridad aun cómo nuestras historias de vida y biografías, siempre contienen pistas y claves que van tejiendo con hilos -muchas veces invisibles- las redes de nuestro “destino”. Aunque al escribir lo mío parezca muy claro, nunca tuve esa claridad hasta que lo tuve escrito bajo las directrices del Propósito.

Ejercicio: Biografía

Por eso, te invito ahora a escribir una breve biografía de tu vida concentrándote idealmente en los aspectos que hemos mencionado ¡Es hora de remover un poco el baúl de los recuerdos! Si te surge alguna emoción incómoda o dolorosa, es un buen momento para aprovechar de practicar el ejercicio de Mindfulness, aprender a sentir lo que sientes para que no te gobierne más y utilizar el primer ejercicio de este libro de trabajo con la niña interior. Aprovecha de abrazarla y de traerla a este presente, quedándote con el foco en lo que ganaste de esa experiencia y de qué manera se constituyó en un trampolín, en una fortaleza, en un valor fundamental y en impulsor de quien eres hoy.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lee ahora lo que acabas de escribir y saca tus propias conclusiones sobre tu Propósito:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Intuición y Propósito

Uno de los aspectos que no podemos desmerecer nunca en la vida es el trabajo personal que debemos realizar con nuestra intuición. Y más especialmente a la hora de trabajar con el Propósito. Por tanto, se hace imprescindible que a la hora de conocerte, escuches tu corazón y escuches tu intuición. Cuando tú hagas tu declaración de propósito, el mundo se las va a arreglar para mostrarte el cómo “llegar” a él, y digo “llegar” porque más bien tiene que ver con cómo “precipitarlo” a tu realidad presente.

Ejercicio: Declaración de Propósito.

¿Has tenido de esos momentos en la vida cuando desde adentro surge una voz profunda que dice “Yo nací para estoooo!”. Pues bien, es parte del propositómetro. Anota 3 a 5 momentos de tu vida donde hayas sentido niveles altísimos de satisfacción, expansión, completitud, paz y felicidad. Esos momentos en que has sentido que “eso era todo lo que necesitabas en la vida”, que habías vivido toda tu vida sólo para “ese momento” o momentos en los que has sentido que por fin has encontrado tu lugar en el mundo. A la sensación emocional y física que te produce el evocar esos momentos, la llamamos Propositómetro. Si no encuentras momentos que cumplan con esas características en tu pasado, te invito a cerrar los ojos e imaginar qué tipo de eventos podrían gatillar esas sensaciones en ti en un futuro potencial.

Anótalas:
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Basada en tu Propositómetro, en tu intuición y en las reflexiones y conclusiones que han surgido a lo largo del libro, te invito a elaborar una declaración de Propósito laboral ocupando las mismas palabras (verbos y sustantivos) que usaste en tus descripciones. Ésta debe hablar de quién eres, de cuáles son los intereses que te conectan con los mayores niveles de satisfacción y de cómo vas a contribuir o servir al mundo.

Recuerda que el secreto de una vida significativa y llena de Propósito es dar, servir y contribuir

La visión que puedes lograr tiene que ver con lo que tú obtuviste de esas experiencias y el significado que tienen para ti. Los sentimientos que afloran al evocar esos momentos te dejan con la sensación de estar viviendo de acuerdo a un Propósito, de estar siendo sostenida por la vida y por el Universo completo.

Te dejo algunos ejemplos para que te inspires:

 

“Vivir con libertad las aventuras y desafíos que me presenta la vida mientras descubro quién soy”
“Ser la mejor mamá del mundo para mis hijos y contribuir a su desarrollo pleno”

“Ser una influencer que impacta al mundo viviendo con compromiso y pasión”

“Crear las oportunidades para ayudar a acortar las brechas de la desigualdad en el mundo”

“Construir instancias que permiten a las personas lograr sus sueños”

“Recordar mi verdadera esencia para trascender la ilusión de la matrix”

“Facilitar que las personas que conozco se sanen a sí mismas y sean felices”

“Ser un puente entre el mundo científico y el mundo espiritual dando lo mejor de mí en cada momento”

Anota tu Declaración de Propósito a continuación:

 

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Ahora que la tienes, escríbela en letras grandes y bonitas en un papel lindo, o imprímelo con algún color o diseño significativo para ti. Cuélgalo en un lugar especial y visible. También puedes enmarcarlo si lo deseas.

 

Emprender tu Propósito. Emprender tu Misión.

Ahora, vamos hablar de cómo podrías convertir esta Declaración de Propósito en un trabajo remunerado, un trabajo con sentido y con propósito. Para eso necesitas juntar tu vocación con tu misión y una visión que lo sostenga.

¿Cómo llegamos a ello? Hay muchas maneras, una de ellas es a través del Ikigai que ya vimos, sin embargo, la que yo he observado que sucede con mayor frecuencia, es la del poder que tiene aquella vocación que emerge desde la herida o desde las heridas de vida de las personas, y que normalmente aúna vocación, misión y visión, y que es el modo que ha permitido que hoy puedas estar leyendo este libro.

Deseo con toda mi fuerza que te ahorres los casi 30 años que me tomó a mí encontrar ese sentido y Propósito, y he querido mostrarte “el atajo”, intentando resumir en estas páginas años de búsqueda, de investigación, de formaciones, insights, vivencias, experiencias y tropiezos. No me arrepiento de nada, pues ha sido una tremenda experiencia de vida y la agradezco profundamente, pero también soy de la visión de que hay personas cuyo Propósito es recorrer un camino para luego recoger y resumir de alguna manera lo mejor de eso que recorrió y ponerlo al servicio de otros, cosa que suele suceder con quienes escribimos libros.

En esa misma línea, diremos que para que sucedan los cambios profundos que estamos viviendo en esta humanidad, es importante que sanemos nuestras heridas (en el sentido de resignificarlas y dotarlas de sentido). Y cuando sucede la sanación profunda es cuando la herida toma sentido.

Por ejemplo, he conocido personas que han convertido su herida de maltrato en una vocación por trabajar –de manera terapéutica- con personas que vivenciaron lo mismo. O de personas que fueron obesas y luego se dedicaron a ayudar a otros en clínicas de obesidad, personas que tuvieron enfermedades “incurables” a los ojos de la ciencia, y que luego estudiaron las mismas terapias que los ayudaron en su sanación para trabajar con personas con el mismo diagnóstico. También sé de personas que han convertido – al igual que Louise Hay- su herida de vida en un proyecto de sanación.

Hay personas que han vivido fuertes experiencias que fueron en desmedro de su autoestima y que han ocupado toda esa experiencia y la resiliencia que desarrollaron en dar el salto y subirse arriba de un escenario para compartir con otros sus superpoderes, para tocar la vida de otros y recordarles que sus vidas pueden ser extraordinarias. No en el sentido de rockstar como decíamos al inicio del libro, sino que desde cualquier espacio de hacer extraordinario lo cotidiano, de hacer sagrado lo rutinario, de hacer extraordinario lo ordinario.

Cuando hablamos de superpoderes que acompañan tu Propósito, hablamos de aquellos valores internos y de aquellas características y fortalezas internas que te acompañan de base en tu vida: la resiliencia, la humildad, la empatía, el coraje, la lealtad, la permanencia, la constancia, la perseverancia, entre otros. Son valores internos que a mí me gusta llamar superpoderes, pero que no remiten a algo extraordinario de afuera (como ser invisible o indestructible como es el caso de los superhéroes de la televisión) sino que remiten a cómo vives y cómo eliges vivir tu vida día a día para llenarla y dotarla de sentido.

Así que te pido ahora que anotes cómo a la luz de tu biografía te desarrollaste y convertiste en la persona extraordinaria que eres hoy, seas consciente o no de lo que eres y de todo lo que has logrado. Al escribirlo, lo harás consciente. Luego te invito a que hagas algunos cambios basada en una toma de consciencia real de quién eres y de hacia dónde quieres caminar para vivir una vida llena de sentido y propósito, con la certeza de estar contribuyendo desde el espacio que tú decidas para vivir en unidad y en paz interior, porque ya sabemos que eso es felicidad. Y –por supuesto- desde un espacio de gratitud, que es tremendamente importante para una vida con sentido. Desde el presente, insisto.

Ejercicio. Anota a continuación el Plan de Acción paso a paso que usarás para convertir tus superpoderes, heridas y propósito en un servicio, producto, negocio o emprendimiento, con alma, claro:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Propósito y Servicio

Ya hemos revisado cómo podemos descubrir el propósito de ciertos eventos de nuestra vida a través de encontrarles el sentido y el superpoder que nos traía esa experiencia. Hemos dicho ya que el propósito mayor es la Unidad, es recordar nuestra verdadera identidad, nuestra esencia, nuestro origen. Esto se hace a través de la práctica de la auto observación. A algunas personas les resultará muy fácil hacerlo a través de la meditación o de prácticas contemplativas, a otros a través de practicar estados expandidos de conciencia y para otros será a través de la vida misma, de la cotidianidad.

Es tremendamente importante traer a la vida cotidiana la espiritualidad de manera consciente, de la misma manera que debemos llevar la vida cotidiana hacia la espiritualidad. La integración de los opuestos o “des-dualización”, es un propósito y a la vez un objetivo importantísimo en los tiempos actuales. Una vida mundana sin espiritualidad no es sostenible, de la misma manera que no es sostenible una vida espiritual donde descuidamos el aspecto físico, material y la cotidianidad. Ambos extremos pueden provocar dificultades, escasez, disociación en algunos casos y también exclusión de aspectos importantísimos de nuestro Ser.

Y para conectar nuestra parte humana con el aspecto más espiritual y tal como ya hemos venido diciendo durante todo este libro, tenemos que ponernos al servicio. La contribución es un pilar fundamental del Propósito, es tocar la vida de los otros y encontrar desde ahí la certeza del propósito. Cuando algo te conmueve, te trae al momento presente y te emociona, la sensación de propósito se activa y sientes que se te paran los pelos. Como ya dijimos, yo lo llamo Propositómetro y tiene todo que ver con tu Propósito.

Ejercicio: Detox emocional

Una manera de apoyar fuertemente nuestra búsqueda de sentido, es liberarnos de la mayor cantidad posible de juicios y  prejuicios con los que solemos vivir a través de un détox emocional. Al hacerlo podremos mirarnos a nosotras mismas más fácilmente. Si logramos convertirlo en hábito el resultado será permanente. Se trata de un reto que siempre realizamos en los cursos y que realmente marca un antes y un después a los pocos días de haberlo iniciado: es un desafío que viene de Estados Unidos y que se llama “A free complaint world”, de Will Bowen, que consiste en 21 días sin juicios y sin quejas. ¿Cómo? Debes tener una pulsera de silicona o plástica que puedas cambiar de mano cada vez que te pilles a ti misma enjuiciando, criticando o quejándote.

El desafío consiste en pasar 21 días con la pulsera en la misma mano, o sea 21 días sin quejas. Dicen las estadísticas que las personas demoran un promedio de tres meses en lograr la meta. Más allá de que lo consigas o no, lo importante es que puedas reconocer la cantidad de energía y tiempo que utilizas cada día y a cada rato para criticar, quejarte, enjuiciar, pelear, victimizarte, etcétera. Para vivir una vida con Propósito debemos tener todo nuestro foco y atención en el Propósito ¡no en la queja!

Capítulo IX: El Propósito del Covid 19

Creo que nunca antes me sentí tan profundamente agradecida de ser quien soy y de haber vivido lo que viví. Creo honestamente que para una persona como yo, que ya ha vivido buena parte de su vida arriba de un barco en aguas turbulentas, que lleva años haciendo teletrabajo con la hija pequeña en casa la mayor parte del tiempo, sin redes de apoyo cercanas, no tiene demasiado mérito esto de estar en cuarentena sin estar colapsada.

Y es que realmente estos meses no han sido tan abismalmente distintos a  la “normalidad” previa desde que mi hija nació. Creo que gran parte de los que trabajamos de manera independiente desde casa y no contamos con redes cercanas podemos decir algo similar. Por cierto que no es lo mismo no tener acceso al patio, no poder circular libremente por las calles como de costumbre y mirar lo que está sucediendo en todo el mundo, pero mayoritariamente en mí hay una paz y una certeza que están timoneando este buque.

Y entiendo que esto se debe a que estoy eligiendo la Paz. A que le estoy dando poder a lo que debe tener poder y no estoy alimentando el miedo, la angustia, la ansiedad o la desesperanza. También aplico la ley de la impermanencia, el poder del ahora y el poder del servicio.

Claro que pueden aparecer cosas incómodas o intensas, igual que tantas veces en la vida. Pero cuando eso sucede me permito sentirlo en modo presencia plena, me dispongo a sentir lo que estoy sintiendo para que no me gobierne (en inglés le llaman “master your emotions”, y ser maestras de nuestras emociones está lejos de querer controlarlas o gestionarlas). Y sí, sé qué lo he dicho muchas veces, pero atendiendo a que aprendemos por repetición, es algo que elijo repetir una y otra vez. De esta manera, entro en un proceso de desidentificación, recuerdo que no soy eso, y no me identifico con la incomodidad.

Yo ya estuve colapsada muchas veces antes. Cuando nadie más lo estaba, yo sí lo estaba. Es solo un tema de “orden” cronológico. Pero sí, también he estado ahí, y sé lo difícil que es hasta que llega a instalarse la paz y la certeza (que llegan siempre acompañados de una gran dosis de Propósito).

¿Qué hice para trascenderlo? Nada nuevo: hice las paces con todo ese cansancio. Me rendí a él. Aprendí a aceptar que mi nueva vida era así, y que siempre estaba haciendo lo mejor que podía (y que puedo), incluso cuando no lo parezca. Aprendí una y otra vez que se puede aprender a ser feliz más allá de las circunstancias, simplemente decidiéndolo y entregándole al Universo, a la Divinidad, a lo que es más grande o como quieras llamarle, todo el resto.

Y por ello hoy estoy al servicio de compartir lo poco y nada que sé, con más personas que lo puedan necesitar. Pero tiene que haber una decisión previa. Una decisión de no caer en la queja o en el victimismo. O la decisión de salir de él.

Algunas me harán la pregunta del millón: ¿Cómo lo hago? Y yo le responderé lo mismos de siempre: decídelo. No hay un cómo. La decisión se come el cómo.

Es muy difícil encontrar esperanza en tiempos de crisis si te pasas todo el día diciendo que esto es una pesadilla, que es terrible, que vamos de mal en peor y que ojalá vuelva pronto la normalidad. Entiendo que pueda ser una primera reacción, pero en todo tipo de situaciones, y no sólo en una pandemia, cuando nos resistimos a algo o nos quedamos pegados en el dolor comenzamos a sufrir, cerrándonos así a la posibilidad de sentir lo que sentimos (sin bloquearlo), y cerrándonos también a la posibilidad de que podamos hacer algo con ello, porque normalmente desde el sufrimiento nos congelamos, y nos podemos pasar días criticando y “odiando”, pero sin hacer nada realmente productivo para salir de ahí.

Como humanidad tenemos una gran oportunidad con la llegada del Covid 19 a nuestras vidas. Se trata de un hito histórico sin lugar a dudas. Nunca antes habíamos estado unidos como humanidad con un mismo objetivo y con un mismo propósito. En estos meses de Covid y cuarentena, todo el mundo gira en torno a esto, probablemente de una manera nunca antes vista.

En paralelo, tenemos una gran invitación: recuperar la Consciencia de Unidad de la que hemos venido hablando. Si lo llevamos al nivel energético, diremos que el centro de energía que se encuentra en la parte superior de nuestra cabeza (chacra corona) es uno de los aspectos que está pidiendo ser incluido, visto, abrazado e integrado. Este aspecto ha sido sistemáticamente excluido de la vida de gran parte de las personas que viven la vida “sobreviviendo” más que viviendo o incluso superviviendo, por estar inmersos en una vida en piloto automático y sin Propósito.

¿Qué pasa si no incluimos este aspecto? Podríamos llegar al final de nuestras vidas dándonos cuenta de que nos pasamos la vida corriendo estresados, sin haber disfrutado, sin haber conectado con lo único que importa, sin haber vivido como lo que verdaderamente somos. Podríamos llegar al final de esta vida y decir “ojalá hubiera hecho las cosas de otra manera, ojalá hubiera vivido distinto” en vez de “confieso que he vivido”.

Neale Donald Walsch, autor del libro “Conversaciones con Dios” dice que: “El 98 % de las personas del mundo pasan el 98 % del tiempo haciendo cosas que no importan y esto se debe a que no saben qué es lo que realmente importa”. ¿Qué es lo que realmente importa? Obedecer a la Agenda del Alma, y para hacerlo, debemos conocerla. He ahí la importancia de conocerse a sí mismo, para poder alinearnos con la agenda del alma, que tiene todo que ver con nuestro Propósito vital.

En esta vertiginosidad de la vida de los últimos años donde ha explosionado de manera exponencial la sobreinformación, el consumismo y la exaltación del pasado y del futuro, hemos ido hacia afuera y nos hemos perdido. Ahora viene un virus que nos dice “paren, hay que detener el mundo” y nos obliga a ir hacia adentro, a encontrarnos con nosotros mismos, con nuestra luz y nuestra sombra, y con todo lo que hemos estado excluyendo, pero también a encontrarnos con nuestra verdadera libertad, la que no depende de si estamos adentro o afuera de una casa, en la cima de una montaña o en una jaula. Basta con que recordemos a Nelson Mandela y su historia, para que sepamos que es posible.

El Universo vive dentro de ti

La ilusión de estar encerrado es una trampa de la mente que te dice que eres libre cuando no estás “en cuarentena”, cuando no estás al aire libre, cuando no estás en una relación, etc… pero la verdadera Libertad se encuentra cuando vas hacia adentro, no hacia afuera. Ahí adentro están todas las respuestas, y todos los universos. “La salida es hacia adentro” dicen por ahí.

Me hace recordar a Merlín, quien le decía a Arturo: “Llegará el día en que te darás cuenta que todo el maravilloso Universo vive dentro de ti y entonces serás un Mago. Como Mago no vives en el mundo, el mundo vive dentro de ti…”.

Y la verdad, mi querida amiga, es me gustaría invitarte –e invitarnos- a habitar ese universo maravilloso dentro de nosotras. Ojalá de manera permanente.

Nos cuesta estar en casa porque nos obliga a mirarnos, a hacernos cargo de nuestras omisiones, a dejar de evadir nuestras relaciones más cercanas, especialmente la que tenemos con nosotros mismos (o más bien la ausencia de ella). Sí, porque estamos acostumbrados a no estar con nosotros (ni con nadie) en presencia plena aquí y ahora… Estamos acostumbrados a estar viendo una película o una serie, o mirando el celular… No sabemos estar presentes y esta cuarentena nos invitó a empezar a hacerlo, para conectar con nuestra sabiduría, con nuestra esencia, para hacernos consciente de lo que antes no estábamos viendo.

Sergi Torres en una de las tantas charlas que ha dado durante la Cuarentena, dice que la situación actual nos lleva a salir de nuestra imagen psicológica de la vida y entrar en la Realidad: tenemos que reconectar con nosotros mismos y nuestro equilibrio interior. Reconocer que somos seres vivos, que nos asusta la vida y hacer algo completamente distinto para que nos gobierne la Unidad y el Presente en vez del caos y el miedo.

Y ojo, que esto corre tanto para una pandemia como para cualquier crisis que nos toque enfrentar a lo largo de nuestras vida.

Dejar de evadirnos nos lleva al Presente, y en el Presente está nuestro Sentido colectivo o Propósito Superior: la Unidad, ser Uno con todos, regalarnos y dar lo mejor de nosotros mismos desde la Paz que podemos encontrar cuando dejamos de evadirnos, cuando aprendemos a sentir nuestra emociones para que no nos gobiernen más, cuando nos hacemos conscientes de que somos la causa de lo que está pasando y atestiguar este momento de profunda transformación donde el planeta y la naturaleza están recuperando su equilibrio. Si no lo ves, no es porque no esté pasando, sino porque estás mirando tus interpretaciones de lo que está pasando y no lo que está verdaderamente pasando.

Recuerdas una tira de Mafalda donde ella dice: “Paren el mundo que me quiero bajar”? Pues ahora sucedió. Tomemos esta oportunidad, inclinémonos ante ella, porque si nos estamos resistiendo a lo que está pasando, vamos a sufrir. El sufrimiento tiene un componente de resistencia, el dolor existe -ya los sabemos- pero el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor.

Cuando estamos alineados con el sentido superior de la vida, surge un propósito y ese propósito generalmente emerge desde la entrega, desde el servicio a lo que está sucediendo, desde el aportar a mitigar el dolor, desde acompañar con lo que cada una puedo dar al mundo: y eso es único, especial e intransferible, porque ese es TU propósito y nadie más tiene un propósito individual idéntico al tuyo. Por eso, te invito a ser tú misma, no quien crees que eres sino quien realmente eres, para que se pueda revelar ese Propósito o receta desde tu esencia.

Alguien puede tener incluso tu misma receta con los mismos ingredientes y -lo quiera o no- le resultará un producto distinto ¿No me crees? Piensa en esto: si a ti y a tu vecina les entregan la misma receta, los mismos ingredientes y un horno de iguales características para preparar una lasaña, no cabe ninguna duda de que el resultado será distinto. Y eso que la lasaña es fácil de preparar ¡Imagínate algo más complejo como un pastel! Si has visto aunque sea un capítulo de Zumbo o cualquiera de esos de desafíos culinarios televisivos, verás lo imposible que puede ser obtener el mismo resultado ¡con los mismos ingredientes y la misma receta!

¿Qué es lo que hace la diferencia entonces? TÚ!!! Tu unicidad, tu creatividad, tu empuje, tu coraje, tu dedicación y el amor que le pones ¡Así mismo es tu Propósito! Por eso te digo que es único, personal ¡e intransferible!

Pasos a seguir

Una vez que decidas ponerte al servicio de un objetivo, de un sueño, de una causa o de tu Propósito, te invito a que inicies una cadena de favores para llegar a más personas (como una cadena de amor) y que -al mismo tiempo- comiences un detox emocional, mental y físico donde dejas de llenarte de información, pensamientos, emociones y alimentos sin sentido o de dudosa proveniencia, y empieces a escuchar tu corazón (tu intuición) para que puedas reconocer con mayor precisión aún qué es lo que te hace sentir viva ahí adentro y qué te hace sentir que has encontrado tu lugar en el mundo.

Lo que sea que decidas hacer para ponerte al servicio, es un indicador de Propósito. Sí, porque cada persona creará su propia cadena de favores de acuerdo a lo que brota espontáneamente desde su interior y desde su Amor, es decir, desde su Propósito.

Acto seguido, te llenarás de fuerza, energía y razón de Ser. Y es que vivir con Propósito es el mejor energético que vas a encontrar en el mercado: el estar alineada con tu Propósito viviendo en el aquí y en el ahora. Mejor que el café, mejor que la espirulina, mejor que una energética. Meditar, vivir en el presente y vivir con Propósito, ¡son la receta de la felicidad! Y si lo pones al servicio para contribuir al mundo, toda la energía que estabas usando en enjuiciar, criticar, quejarte y victimizarte, la podrás poner al servicio de los demás, y de ti, por supuesto. Luego de eso va a crecer y –si aún no lo has hecho- te vas a dar cuenta muy fácilmente de cuáles son tus superpoderes y qué tienen que ver con tu Propósito.

De esta manera estarás conscientemente poniendo todos tus dones, tus talentos, tus valores, tu visión de la vida al servicio de la vida, y esas respuestas te van a emocionar y van a llevar tu visión al siguiente nivel, te ayudará a entrar en tu yo más real y honesto. Esto no significa que lleves tu vida a un futuro inexistente sino que precipites o actualices en tiempo presente todo lo maravillosa que ya eres,  con todo tu potencial y toda tu sabiduría.

Yo ya he iniciado este desafío con algunas personas que han tenido baja autoestima y no se creían el cuento de que podían ayudar o servir a otros hasta que se sintieran “suficientes” luego de algún proceso terapéutico o de algo similar. Las he animado a hacerlo aunque no lo sintieran, y el resultado ¡ha sido espectacular! Sí, porque al hacerlo se dieron cuenta de la cantidad de energía, sentido y sensación de propósito que las embargan cuando están viviendo para servir. Se dieron cuenta de que ya eran suficientes, y que la vida mágicamente va tejiendo los hilos para ir conduciéndolas hacia su Propósito en sus múltiples niveles.

No es vivir orientados hacia afuera, es vivir hacia adentro, pero compartiéndose. Sabiendo que no hay nada malo contigo y que eres suficiente. Y para esto yo te invito a que escribas papeles, los pegues por toda tu casa y cantes como un mantra todos los días: “Soy suficiente, soy suficiente, soy suficiente”.

Continuamos mirando el Propósito de los tiempos difíciles

Cuando las personas que han estado a punto de morir “vuelven” a la vida, nunca son las mismas de antes: algo muy profundo cambia dentro de ellos, saben con mucha más claridad quiénes son, qué desean y hacia dónde quieren dirigir sus vidas. También tiene clarísimo todo lo que NO desean. Estas personas tienen algo en común: JAMÁS vuelven a caer en el juego de postergarse y de postergar su felicidad para otro momento que no sea el presente.

Creo que si esta pandemia ha cambiado todo, las cosas no pueden volver a ser iguales…y pienso que sería muy triste si no aprovechamos este empujón que se nos ha dado para tomar las riendas de nuestra vida.

Lo que enfrentamos hoy, es una muerte para todos: simbólica en muchos casos y literal en muchos otros, y es un evento histórico que nos invita a repensarnos, a replantearnos, a mirarnos con nuevos ojos, transformarnos y reinventarnos. Si a eso le sumamos que no se puede volver el tiempo atrás por más que queramos, y que cuando ponemos nuestra energía en ese pasado imposible, nos agotamos, queda hacernos cargo de nuestra responsabilidad por ser felices aquí y ahora más allá del dolor, queda tomar el toro por las astas y enfrentarnos a lo que estábamos evadiendo cuando “éramos felices” en medio del estrés cotidiano, de los tacos de la ciudad, del cansancio y la sobrevivencia diaria.

Yo sinceramente espero que NO volvamos a como éramos antes, que este Covid deje su huella en cada uno de nosotros para que haya valido la pena, las lágrimas, el esfuerzo y el cansancio que significa cuando la vida nos dice que es hora de un cambio, y nos invita a ir hacia adentro y detenernos (en algunos casos) o ir hacia afuera, en otros. Mientras la Naturaleza comienza a restaurarse, nos hacemos consciente de la importancia de vivir en equilibrio con ella y somos invitadas a recordar qué es lo único que de verdad importa.

Quizás no somos demasiado felices estando en casa sin poder salir, pero antes de esto tampoco lo éramos. Hay otras personas que se ven obligadas a continuar saliendo por ser del área de la salud, de servicios o de algún trabajo en el que no pueden quedarse en casa. Tanto si somos de un grupo como del otro, el llamado a ir hacia adentro a mirarse, detenerse y reflexionar es para todos. Dejemos de gastar energía en lo que no existe, recuperemos todo nuestro poder creador consciente y usémoslo para descubrir quiénes somos, hacia dónde vamos, para qué nos está sucediendo esto y qué acciones concretas vamos a tomar para ser felices, no cuando se acabe esto, sino AHORA.

El tiempo ha llegado. ¡Tú eliges!

Anota a continuación las principales invitaciones que ha tenido este Covid para ti

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Detox, adaptación y decisión

Hemos dicho que hacer un detox emocional es muy importante, especialmente en tiempos de crisis. Hemos dicho que iniciar una cadena de favores también lo es, pues nos ayuda a poner el foco donde corresponde. Es decir, concentrarnos en lo que es realmente importante, en la agenda del alma, para que emerjan todos tus talentos, tus visiones, tu sentido de propósito y tus superpoderes al servicio de ese propósito y de este puzle que se va armando sobre una base de unidad, amor, compasión y paciencia.

Te invito a no identificarte con lo que está pasando. Tú no eres eso. Tampoco eres lo que te pasó o las historias que te sigues contando a ti misma. Eckhart Tolle lo explica con maestría en su libro “El poder del ahora”, mientras que “Un Curso de Milagros” nos explica desde su primeros capítulos que lo que vemos no significa nada en sí mismo, sino que le hemos dado todo el significado que tiene para nosotros. También nos explica que nuestra mente está absorbida en los pensamientos del pasado y por tanto no vemos nada como realmente es ahora.

Para que esta crisis se nos haga más fácil, tenemos que desarrollar el sentido de la adaptabilidad, ¡sí! Y es que si existe un superpoder que tenemos que desarrollar sí o sí en estos tiempos es precisamente la adaptación y la adaptabilidad. Y para eso te invito a que, en primer lugar lo decidas, y en segundo lugar ocupes todos los recursos que tengas disponibles para lograrlo.

Puedes –por ejemplo- ocupar “Ho´Oponopono” tal como explicamos previamente en este libro, y llevar tus memorias a cero para permitir que emerja todo tu potencial, descubrir tu propósito, entrar en conciencia de unidad, vivir en presente, dejar de juzgar y dejar de creer que hay algo malo contigo ¡No me cansaré de repetirlo! Es un cuento que te contaste, no hay nada malo contigo realmente. Debes saber que eres suficiente y que puedes encontrar la libertad dentro de ti tal como hizo Nelson Mandela o Víctor Frankl, quienes lograron niveles altísimos de verdadera libertad y propósito estando privados de libertad física, así como tantas otras personas lo han hecho, aunque no sean personajes históricos.

Descubrir tu libertad interior te ayuda a desarrollar la adaptabilidad y la resiliencia. Puedes transformar y permitir que aquello que pase a través tuyo se transforme, pero a la vez te transforme ¿En qué? En lo que siempre has sido ¿Qué es eso? Amor y conciencia, unidad, gozo, placer. Por eso decimos que el Propósito eres TÚ y que tú eres ese amor, que tú eres esa felicidad y esa unidad que emerge desde el momento presente. Que puedes tocar e impactar la vida de otros desde tu unicidad, desde tu esencia y desde lo que tú desees poner al servicio con amor. Y no, no tiene que ser algo aparatoso, público o ruidoso: puede ser desde detrás de bambalinas, desde la tranquilidad de tu escritorio, desde el silencio de una montaña, o desde la privacidad de la maternidad.

Sí, porque para muchas personas la maternidad puede ser el gran eje de su propósito de vida. Ya he conocido varias. Y cada vez que entro en este tema recuerdo una frase de Teresa de Calcuta que dice “Si quieres cambiar el mundo ve a casa y ama a tu familia”.

Puedes no haber terminado de hacerte ninguna terapia o no haberte hecho ninguna en absoluto en tu vida, y aun así ya eres suficiente, ya eres digna y merecedora de ser feliz y de contribuir al mundo viviendo tu Propósito. No son tus títulos ni tus diplomas sino tu experiencia de vida la que te ha dado las Maestrías que tienes. Sea lo que sea que decidas hacer al servicio del amor, si lo haces decididamente y con pasión, te hará feliz. Hay un texto cuyo autor o autora no encontré en internet, que dice: “Sé feliz, incluso si lo único que te hace feliz es tu té de las mañanas. Vive para beber el té de la mañana, hazlo maravilloso, emociónate al respecto. Compra tazas, compra una tetera, compra una gran cantidad de té para que tengas una variedad infinita. Tal vez aprende cómo prepararlo bien. Abre un negocio de té, permite que esa pequeña felicidad sea lo que sea, se convierta en tu pasión. Es lo que te mantendrá vivo”.

Estoy de acuerdo con gran parte de este escrito. Vive para ello, sé feliz. No hay más peros, no te pongas más excusas. La felicidad es una decisión, como cuando te contaba algunos capítulos atrás que una mañana me desperté y dije: “Basta. Esto no depende de nadie más, no depende de mi pasado ni es culpa de nadie. Depende de que yo elija ser feliz aquí y ahora.” La felicidad es una decisión y un hábito, se elige. Y se elige ser feliz más allá de las circunstancias –por dolorosas que sean- y no hay un cómo, hay una acción, hay un decir lo que quiero desde lo que soy. Luego el universo nos muestra el cómo.

Crisis
Vamos a hablar ahora sobre el significado de la palabra crisis en chino: sus kanjis significan mucho más que los ya conocidos “amenaza y oportunidad”. El segundo kanji además significaría “momento incipiente, punto crucial, cuando algo comienza o cambia”. Pero si vamos más cerca y nos remitimos al diccionario en español, encontraremos que crisis significa cambio, mutación, duda o momento decisivo. Somos nosotros quienes le hemos dado de entrada una connotación negativa a esta palabra.

La oportunidad que yo veo en la crisis del Covid -así como en muchas de las crisis que podemos tener a lo largo de nuestra vida- es la invitación a replantearnos las preguntas que nos hemos hecho durante toda nuestra vida, y que hemos ignorado muchas veces para no “complicarnos”. Durante las crisis, el sentido, la misión y el propósito de la vida vuelven a cobrar relevancia porque todos nuestros paradigmas se ven amenazados, nuestra estabilidad -que nunca fue real por lo demás tampoco- se ve vulnerada o amenazada.

Qué lindo sería si de todo esto descubrimos cómo amarnos los unos a los otros de una manera que nunca hemos hecho para que nos guíe la unidad y el presente.

Y es que a veces se requiere algo completamente distinto para empezar a descubrirnos como seres humanos, en consciencia, en amor, en decisión, en auto cuidado… Y cuidarse a uno, también, significa cuidar al otro sin distinciones, sin diferencias, que es precisamente lo que está sucediendo en estos tiempos y hagamos lo que sea que tengamos que hacer, vamos a permitir que la sabiduría que existe cerca de nosotros y que está anclada en el presente, emerja, para conectarnos con los pilares del propósito y desde ahí terminar de armar este puzle, terminar de preparar El Menú del restaurante en su nueva versión y permitir que emerja tu versión punto dos, punto tres, punto siete, punto cien. Hay personas que se han reinventado a sí mismas una y otra vez y van en su versión punto doscientos. No importa en cuál estés, lo que toca es tomar nuestros valores fundamentales y lo que somos, y ponerlos al servicio.

Y así, pasamos al último capítulo de este libro, al capítulo que nos va a dar más herramientas técnicas y prácticas de cómo cultivar nuestro propósito a partir de lo que ya hemos descubierto de él.

Capítulo X. Últimos ejercicios y conclusiones

De los pilares del Propósito, uno de los fundamentales es el Servicio, del cual hemos hablado ya bastante, pero vuelvo a recalcar que la vida se trata de expandirse y dar, no sólo de buscar la felicidad. Cuando no estamos dando, la felicidad “se arranca”.  La felicidad es la paz interior. La paz que radica en el saber y reconocer que no sabemos nada, que realmente casi todo lo que creemos saber es una ilusión y una percepción, la paz que nos da el confiar en la vida y en el plan que nuestra Alma ha trazado para estar en ella y dar nuestro 100% o más para servir a nuestro Propósito (en todos sus niveles).

Otro pilar fundamental del Propósito es vivir la unidad, ser tú misma, saltar al vacío, entrar en el silencio y aprender a sentir lo que sientes, para que puedas descubrir que no eres eso y encuentres la paz que hay detrás de aquello que has estado evadiendo, de aquello a lo que le temes y para que aquello que sientes no te gobierne más.

Otro pilar es la acción, la decisión, lo que decides que harás con tus descubrimientos, con tus insights, con la claridad y las comprensiones que van llegando a ti en cada momento. Si todo queda en una hermosa nube pero en tu vida cotidiana sigues estando harta, es porque no lo plasmaste o no lo llevaste a tu vida, porque no pasaste a la acción.

Por eso es fundamental que tengas una estrategia para cada área de tu vida, ¡sí! Para cada una de ellas.

Desde la profundidad que te permite el viaje al fondo de ti misma, podrás aportar paz, alegría y presencia. Y desde ese espacio, podrás reconectar contigo misma y tu equilibrio interno para que lo puedas proyectar hacia el mundo externo.

Así como la naturaleza está recuperando un cierto equilibrio, debemos permitir que eso también entre en nosotras y nos entregue de vuelta el equilibrio que habíamos perdido con el correr precipitado de la vida, para luego reconocer que debemos funcionar como un solo Ser, como una sola unidad integrada e interconectada que nos permita trascender esta situación. Porque como es arriba es abajo y como es adentro es afuera, ¿por qué? Porque es lo mismo.

Ahora te pido que anotes en las siguientes líneas, cuáles han sido los aspectos que más te han llamado de lo que has descubierto de ti misma a lo largo del libro. Te pedí al inicio del libro que fueras anotando en los costados o en un cuaderno las palabras e ideas claves para ti. Te pido que te tomes unos minutos para juntarlas en las siguientes líneas:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Lo que tú has leído en este libro, nadie más lo ha leído. Lo que tú consideras importante y lo que te ha llamado la atención no es ni será igual para nadie. Lo que tú has resaltado o subrayado tiene que ver con TU Propósito. Por ello te pido que subrayes todos los conceptos e ideas que subrayaste repetidamente, y te tomes unos minutos para reflexionar qué tienen que ver contigo. Lo más probable es que descubras que tiene TODO que ver contigo. Escribe un resumen de lo que has descubierto.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Pilares y creencias que sostienen tu vida

Ahora te voy a invitar a que cierres los ojos por un momento y revises dentro de ti esa vocecita que emerge, algo así como la voz de la consciencia o de tu alma, como el Pepe grillo interno que todos tenemos, lo queramos o no, y le vas a preguntar a esa voz y a tu intuición: cuáles son las tres áreas o pilares fundamentales de tu vida que necesitan ser atendidas con mayor urgencia en este momento en aras de alinearte con tu propósito vital y laboral. Anótalas a continuación:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________

 

Una vez que hayas anotado estos tres aspectos, te voy a invitar a que revises las creencias que tienes asociadas a cada una de ellas, por ejemplo si es el dinero un área de tu vida que necesita ser abordado ¿Qué creencias tienes sobre el dinero? Generalmente son frases armadas que escuchamos desde nuestra infancia como: “La plata se gana sudando la gota gorda”,  “Nada en la vida es gratis”, “La plata o el poder corrompe”, etcétera. Una serie de creencias que nos hicieron muchas veces asociar el dinero con algo negativo, pero que realmente necesita ser integrado como energía de Gratitud, pues tal como hemos visto al inicio de este libro, el dinero es una energía a través de la cual agradecemos por un servicio o por un producto, una labor, etc. Y es que si miramos el dinero como una energía de gratitud lo vamos a poder resignificar y eso es realmente sanar nuestra relación con él, no es soltar, es integrar, resignificar y hacer las paces con él.

Anota aquí las creencias que descubriste:

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

“Cuando uno está inspirado por algún gran propósito, algún proyecto extraordinario, todos sus pensamientos rompen sus vínculos: su mente trasciende las limitaciones, su conciencia se expande en todas direcciones y se encuentra en un mundo nuevo, grande y maravilloso. Las fuerzas, las facultades y los talentos inactivos se vuelven vivos, y te das cuenta que eres mucho más capaz de lo que nunca has soñado ser.” Patanjali

¿Qué quiere decir esto? Que para trascender una creencia tienes múltiples opciones, algunas provienen del mundo de las terapias, como un buen tapping o técnicas de reprogramación como PNL, Access Bars o Psych K. Pero también está el camino de la decisión consciente, de ver algo para luego trascenderlo tomando una decisión con toda tu fuerza. Sí, por eso siempre digo que no hay nada más poderoso que una persona con Propósito: se vuelve imparable, como bien dice Tony Robbins.

Bruce Lipton dice que “en el momento en que cambias tu percepción, es el momento en que reescribes la química de tu cuerpo”. Las opciones son diversas. La invitación queda abierta. Nuevamente, tú eliges.

Ejercicio
Te invito a dirigirte ahora al material complementario del libro en la página web para realizar los ejercicios de cómo destruir una creencia.

Rueda de la Vida: Visión y Acción

Luego de revisar y trabajar con las creencias en estas tres áreas fundamentales de tu vida que necesitan ser atendidas con mayor urgencia, vas a escribir tu visión para cada una de ellas: y vas anotar qué es lo que tú deseas lograr en esa área específica. Eso surge cuando pones tu mente al servicio de tu corazón y puedes visualizar o soñar cómo sería tu vida cuando hayas alcanzado el éxito en esa área. Debes definir qué es exactamente lo que quieres, por qué lo quieres y qué necesitas para obtenerlo.

Una vez que hayas escrito el enunciado de Visión para cada área, vas a revisar a través de tu cuerpo si esto realmente es lo que quieres o es algo que crees que quieres. Es decir, que podría ser una idea mental de lo que quieres y no lo que realmente quieres. Para ello le vas a preguntar a tu cuerpo: ¿Esto es lo que realmente quiero? Si tu cuerpo se pone liviano y se expande es un “sí”, mientras que si tu cuerpo se contrae y se pone pesado, es un “no”.

¿Por qué le preguntamos al cuerpo? Porque entendemos que dentro de él está todo el universo, y por tanto todas las repuestas: dentro de tu cuerpo se encuentra la intuición y la sabiduría asociada al tercer ojo, al timo, al corazón, a la pineal, a la pituitaria y al plexo solar.

Si no alcanzas a percibir tu sensación corporal puedes hacer el siguiente ejercicio con papeles: en uno anotar “sí” y en otro anotar “no”, cerrarlos, revolverlos y pedir que la energía te muestre la respuesta situando tu mano encima de cada uno hasta tener claridad de tu elección.

Si tu cuerpo y tu intuición dijeron que sí, vas a escribir a continuación un poderoso “por qué” y un poderoso “para qué” para esa área de tu vida, junto con un riguroso y contundente plan de acción con los pasos a seguir para lograrlo. Recuerda que si no vas a la acción no habrá transformación, sólo aprendizaje selectivo.

Si el área elegida es pareja –por ejemplo- luego de trabajar con las creencias limitantes que han controlado hasta ahora esa área de tu vida, describirás tu relación de pareja ideal (visión) y luego en detalle describirás cuáles son los motivos por los que quieres conseguir a toda costa esa visión.

¿Ya tienes tu visión? Entonces ahora debes poner toda tu energía en la focalización de ese o esos objetivos a través de tu plan de acción. Cuando te fijes una meta tienes que continuar siempre con la acción de manera inmediata. Decide y anota ahora: ¿cuál es el paso más pequeño que puedes hacer inmediatamente que te lleve en la dirección de lograr esta visión? y ¿cuál es el paso más grande que decidirás dar inmediatamente para alcanzarla?

Una vez que has terminado con el primer pilar fundamental, realizarás el mismo ejercicio con las otras dos áreas. Una vez que has completado esta fase, debes pasar a la acción y cumplir tu plan de acción diario con disciplina. Mientras ya estás en eso, podrás avanzar con las siguientes áreas de tu vida. ¿Cuáles son estas? Pues las que tú decidas, pero generalmente son entre 8 y 12, y solemos encontrarlas descritas cuando realizamos el ejercicio de la Rueda de la Vida que se enseña tanto en PNL como en Coaching. Las áreas o pilares más comunes que encontramos en los diagramas de rueda de la vida son: salud, amor de pareja, dinero o finanzas, energía, trabajo, ocio, espiritualidad, desarrollo personal, familia, amigos, educación, éxito, autoestima, seguridad y contribución.

¿Pero sabes qué pilar NUNCA he visto en una rueda de la vida? Precisamente el que nos convoca en este libro: Propósito. Así que te invito a sumar este ítem a tu rueda de la vida (aunque entendemos que el Propósito a su vez es la sumatoria de todas ellas), pero en este caso con el objetivo de asignarle un valor específico y crear así una visión de futuro potente y prometedora en esta área de tu vida también.

La importancia del plan de acción

Ya hemos dicho insistentemente que vas a desarrollar un plan de acción paso a paso, idealmente una Carta Gantt de tu propósito y de tu vida, de qué pasos vas a seguir y en qué tiempos, porque si no das el primer paso, va aquedar sólo en una linda intención.

No es lo mismo decir “Voy a crear mi sitio web” que decir: “Tal día de tal mes de este mismo año voy a tener mi sitio web creado”. ¿Ves? Aquí nos estamos saltando el “cómo” (la excusa), estamos pasando directamente de la intención a la acción.

¿Qué cómo se hace? Una forma es siguiendo el ejemplo de otros que lo hicieron antes que tú: te metes a internet, buscas un tutorial sobre cómo crear tu propia página web o contratas a un webmaster, o le preguntas a tus amistades quién sabe hacerlo y si lo puede hacer por ti. No te quedes en la excusa del dinero, recuerda que hay cientos de personas exitosas que comenzaron sin un peso en sus bolsillos. Aquí se trata de creatividad.

No busques que sea perfecto, en el camino –y sólo cuando sea necesario hacerlo- lo vas a mejorar. Sólo hazlo y comienza!!! Créeme, porque aquí es donde la mayoría de los emprendedores, de los terapeutas y personas en general se quedan entrampados en el famoso “No sé cómo aterrizarlo, cómo bajarlo, cómo convertir esto en un producto que pueda ser monetizado, en un producto que contribuya y que genere valor al mundo”. Déjame decir que la verdad es que tú, sólo por el hecho de ser tú misma, ya tienes todo el valor para contribuir. El resto es acción.

Tu historia vale, tu biografía vale, tu experiencia vale y la sabiduría que has adquirido, todo, absolutamente todo cuenta a la hora de mirar cómo puedes contribuir. Y créeme, siempre va a haber alguien a quien tú puedas contribuir, siempre habrá alguien para quien sí eres suficiente, partiendo por ti misma!!!

No importa si la primera página web tenía fallas, no importa si el primer negocio que se te ocurrió como emprendedor “no era”. De hecho hay estadísticas sobre el emprendimiento que nos hablan sobre “varios intentos fallidos” antes de “darle en el clavo” al momento de emprender. No estoy diciendo con esto que tenga que ser necesariamente así, pero sí estoy diciendo que no te rindas si no obtienes el resultado esperado al primer intento, o a los primeros!! El verdadero éxito consiste en la capacidad de mantenerse optimista y con fe aun cuando hayamos “fracasado”. Lo que sí sabemos que da ese primer intento es experiencia, coraje y redes que servirán para los siguientes intentos. Y eso –automáticamente- hace que dejemos de considerarlo como un fracaso.

Una de las dificultades a la hora de tener éxito al momento de emprender, tiene que ver con el no poder aportar un producto con claras ventajas diferenciales sobre la oferta existente. Puede que te suceda si no estés alineada con tu Propósito, pero recuerda, que tu Propósito es único, personal e intransferible. Si lo tienes claro, tu producto también lo será.

Medita

Por favor medita, no en meditaciones donde te evades para fantasear con “figuras de luz” como decía Jung, sino con meditaciones donde entras en contacto contigo, con tu sabiduría y con lo que estás sintiendo, y desde ese espacio conócete en profundidad, construye lo que tú quieres y crea las siguientes piezas del puzle que es tu Propósito desde la expresión de tu Ser. Lo podrás lograr si pones atención al momento presente, y además lograrás hacer las paces con tu cuerpo, con tu sombra, con tu historia, con tus sensaciones y con los personajes que componen tu ego.

Ya hemos dicho que el Propósito tiene varios niveles, que es un ser vivo que se va transformando y que es como el menú de un restaurante. Si tú soñaste inicialmente con tener un menú para un restaurante internacional con especialidad en platos fríos, lo alcanzaste a crear y a hacer funcionar, pero viene de un día para otro una pandemia que te dice: “ahora todo debe ser comida caliente para delivery”, vas a agotarte si te resistes a ello y quedarás sin fuerzas para continuar. Pero si te adaptas sin poner resistencia y actualizas tu menú, te estarás actualizando a ti misma, y la vida te va a mostrar cómo continuar a contar de ese momento: el nuevo menú se va a desplegar ante ti con todo gozo, con toda facilidad y sin resistencias, recordándote que la vida es mucho más simple de lo que creías. Así sucede también con tu Propósito.

Date cuenta que ya tienes lo suficiente para vivir una vida llena de alegría, de milagros y de bendiciones para sanarte a ti misma, recordando que no hay nada allá afuera que sea más poderoso que tu verdadero Ser. Escucha tu cuerpo, abre tus alas para vivir y decide que nunca más vas a permitir que nadie las corte. Atrévete a cruzar ese puente hacia el infinito, de conexión hacia tu sabiduría interior, la cual te permite dejar de elegir el camino del sufrimiento y empezar a elegir el camino del placer, del gozo y del éxtasis, incluso más allá de las circunstancias.

Sé tú misma, hazlo tú misma, pon el “qué” y el universo pondrá el “cómo”. Escúchate, conócete, viaja hacia adentro a descubrir que eres infinita y desde ahí, el miedo nunca más te va a detener ni habrás más ”peros”. Simplemente no te identifiques con el miedo, con la rabia, con el pasado, con el futuro o con los personajes del ego. Más bien aprende a jugar con ellos, a mirarlos con amor y con compasión, y viajar desde ellos hacia tu ser superior. Usa todo como trampolín, igual que el dolor. Pon tus personajes a trabajar al servicio de tu Propósito.

En la página de recursos te dejé un ejercicio grabado de conexión con tu Ser Superior para que puedas desidentificarte de los personajes internos que componen tu ego. Recuerda que puedes ir a descargarlo en

www.andreaburon.cl/libro

También podrás encontrar mi podcast llamado “Propocity, la ciudad del Propósito” en Spotify y en Anchor, donde además estoy subiendo nuevos recursos de manera permanente, además de interesantes entrevistas sobre el Propósito a especialistas de diversas áreas.

Últimas palabras…

Pon el foco en tu supra y en tu súper consciente, pon el foco en la bondad del ser humano, en la maestría que tiene cada persona, en la flor de loto que puede emerger en el lodo y en las flores que se abren camino entre medio del pavimento. Tú y yo somos como esa flor de loto. Todas lo somos. Decide por ti, decide y elige el amor, recuerda que todo es más simple, es infinitamente más simple de lo que tú crees. Esto es todo lo que se necesita para dejar de estar harta de estar harta.

Bienvenida a una vida con Propósito, bienvenida a una vida llena de sentido, llena de energía, llena de motivación y sobre todo llena de paz interior, de consciencia de Unidad y de presencia.

GRACIAS

Para acceder a todo el material complementario de este libro puedes ir a

www.andreaburon.cl/libro

 

Si quieres ser parte de nuestra comunidad de Propósito en Facebook, debes ir al siguiente enlace:
https://www.facebook.com/groups/tuproposito/

 

Para continuar recibiendo valiosa información sobre tu Propósito, suscríbete al newsletter en mi página web www.andreaburon.cl

 

Para acceder a contenido de valor diariamente sígueme en Instagram:
@andreaburon y en mi Podcast “Propocity, la ciudad del Propósito” en Spotify y Anchor.